Comparten su tiempo entre los libros y la búsqueda de un mundo mejor. Trabajan en albergues, ayudan a animales, cuidan el medio ambiente o contribuyen con comida para hogares.

6 de diciembre de 2022, 10:29 AM
6 de diciembre de 2022, 10:29 AM

“Los encontramos sentados en grupos, eran hombres y mujeres que fueron atrapados por el alcohol. Debíamos superar el temor, la idea era llegar con un plato de ají de fideo que preparamos gracias a la recolección de víveres y con la ayuda de chefs y restaurantes que  se unieron a la causa, así llegamos al bosquecillo de Pura Pura en La Paz”, cuenta Jhoselin Tarqui Paredes voluntaria que trabaja desde hace un año y medio.

Como Jhoselin, cientos de estudiantes optan por el voluntariado como una manera de complementar su formación académica y llenar su tiempo libre complementando su proyecto de vida. 

“Causa hay” es el nombre del programa de la Fundación Unifranz que lleva comida  a personas en situación de calle y albergues, mediante la colaboración solidaria.  La voluntaria asegura que estas acciones le llenan el alma: “ser voluntaria cambió mi vida drásticamente, ya que ahora empiezo a valorar, cosas que antes no las veía, como valorar un plato de comida hecha por mi mamá, llegar a mi casa y poder dormir en una cama, y que no me pase el frío”, indicó la universitaria.

Ser voluntario es una forma de vida, basada en los principios de la solidaridad, que motiva a cientos de jóvenes altruistas que anhelan construir un mundo mejor. El voluntariado destapa el poder interior que anida en las personas  para transformar las debilidades en oportunidades, cambiar la realidad negativa de nuestro entorno a través de acciones desinteresadas o tender la mano al más necesitado, aporta al ideal que busca un voluntario, dice Pilar Hidalgo, directora de la Fundación Unifranz.

Los voluntarios son agentes motivadores que impulsan a otros y son ejemplo de desprendimiento y solidaridad.  Según Hidalgo, la Fundación tiene un ejército de más de 500 voluntarios a nivel nacional, conformado por estudiantes de la universidad y personas externas que se van sumando a su causa.



Nicolás lleva cuatro meses como voluntario. Brinda apoyo a los albergues de mascotas abandonadas. Dedica su tiempo libre a pasear perros o jugar con ellos. “El voluntariado es algo positivo y muy alegre para mí. Está cambiando mi vida, estoy conociendo gente nueva, estoy conociendo realidades nuevas e, incluso, a nivel personal, me aportan bastante”, explica-

Yerko Calle es voluntario desde 2013.  “Recuerdo que en la primera actividad que estuve con la Fundación, el Día del Niño, visitamos el Hospital del Niño, para agasajarlos. Nos disfrazamos de payasos, con pelucas, todo fue súper colorido. También llevamos globos”.

Rememora que en comitiva bajaron a pie desde la plaza Triangular en la ciudad de La Paz y que, precisamente a él, le tocó la sala de niños que habían sufrido quemaduras. “Eran niños que tenían heridas muy graves. Hay que tomar mucho valor y ponerte la nariz del payaso y entrar en papel y alegrarles el día”, indicó.

Con la voz entrecortada, relata que una experiencia que le cambió la vida es la partida de dos niños con los cuales se había encariñado y que conoció gracias a la labor que lleva desde la fundación. “Ambos tenían leucemia, que es cáncer en la sangre. Con ellos generé un lazo de amistad donde los visitaba todo el tiempo, les doné mi sangre, les doné mis plaquetas”.

“Me uní a la lucha contra el cáncer, lamentablemente el cáncer pudo más y ambos fallecieron. Me dejó una lección de vida muy importante: la vida es un ratito y hay que hacer el cambio ya”, dijo Yerko a tiempo de invitar a todos los jóvenes a sumarse a acciones de voluntariado. 


La ayuda a los animales es uno de los programas que los voluntarios estudiantiles realizan

El implicación es “vital porque los conecta con la realidad de distintas comunidades que, desde su formación, podrían transformar y hacer de este un lugar más equilibrado dónde habitar”, aseguró Hidalgo. La Fundación Unifranz trabaja con personas de escasos recursos o en una situación adversa por problema de salud y coordina sus actividades con instituciones y empresas que están interesadas en el desarrollo local a favor de las personas que más lo necesitan.

Los voluntarios desarrollan sus actividades bajo cuatro líneas de acción: “Hazlo por ellos” que está dirigido a los animales; “Dóname”, que busca brindar abrigo o donaciones de alimentos a las personas que más lo necesitan. “ACCION – REC” donde se invita a los voluntarios a grabar su paso por la Tierra promoviendo la cultura de reciclaje y reforestación; y, finalmente, “CAUSA HAY” para llevar un plato de comida a personas en situación de calle.

El voluntariado promueve un espacio donde la compasión y la solidaridad se complementan. Ambos conceptos comparten los mismos valores, referidos a apoyarse mutuamente desde una posición de confianza, humildad, respeto e igualdad. 


Compartir con personas en situación de calle deja una perspectiva nueva a los jóvenes