"Las condiciones para las mujeres son mucho más desfavorables", resalta Xiomara Zambrana, del Instituto Mujer y Empresa

27 de marzo de 2023, 10:15 AM
27 de marzo de 2023, 10:15 AM

La pandemia dejó su marca en Bolivia. Las consecuencias en salud han sido ampliamente reportadas. De igual modo, aunque con menor precisión, también se conoce su repercusión en la economía. Cierre de empresas, despidos, incremento de la pobreza son algunos indicadores utilizados por los analistas. 

Como en toda situación dramática, el parón generalizado permitió a miles de personas que se ‘reinventen’ y encuentren en emprendimientos económicos o startups (empresas emergentes) soluciones innovadoras a la falta de empleo formal. De esta manera, se generan ingresos económicos.

Las mujeres, tal vez, son las que mejor comprendieron que la crisis les abría una oportunidad para crecer a partir de pequeños emprendimientos en rubros diversos. Desde la gastronomía hasta los servicios o tecnología han permitido el surgimiento de ideas emprendedoras.

Sin romanticismos, con valentía

Un estudio de línea base desarrollado en ocho municipios del país, por parte de una plataforma interinstitucional liderada por la Coordinadora de la Mujer, da cuenta que siete de cada 10 emprendimientos femeninos actuales nacieron en el contexto de Covid-19 y cuatro de cada 10 están haciendo esfuerzos por reactivarlos.

De acuerdo al mencionado estudio, el 75% de los emprendimientos actuales no tienen más de tres años de antigüedad Es decir, nacieron en plena pandemia. Otro dato relevante es que los emprendimientos de mujeres generaban menos ingresos que los de los hombres.

Lorena, una joven de 30 años, inició su emprendimiento de galletas de jengibre y empanadas de queso con albahaca durante la cuarentena. Sus principales clientes eran sus familiares y amigos, a quienes les dejaba sus pastelillos en las puertas de sus domicilios, aprovechando que su papá trabajaba y tenía autorización de circulación. Aunque le iba relativamente bien con el emprendimiento gastronómico, este año, Lorena hizo una pausa porque consiguió un empleo formal en la profesión que ella estudió: la biología.

“El desempleo, la precariedad laboral y el incremento del trabajo de cuidados no remunerado impactaron de manera particular en la autonomía económica de las mujeres, quienes, en muchos casos, se vieron en la necesidad de apostar por pequeños y esporádicos emprendimientos que les permita generar ingresos económicos para sus familias”, afirma la directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, Tania Sánchez, en relación al estudio.

Emprender: un camino cuesta arriba para las mujeres

El emprendimiento, de por sí, es un camino cuesta arriba, pero para las mujeres la brecha es aún más profunda. Su condición de género dificulta el acceso al conocimiento, a la capacitación o al financiamiento en iguales condiciones que los varones.

Xiomara Zambrana, directora adjunta del Instituto de la Mujer & Empresa (IME), asegura que el acceso a financiamiento para las mujeres es muy diferente que, para los hombres. No solamente porque las propiedades están a nombre del esposo o de los hijos sino por los diferentes requisitos que se solicitan para este acceso. Gran parte de las mujeres inician su negocio con recursos propios o préstamos de amigos o familiares.

“Es un camino cuesta arriba porque las condiciones para las mujeres son mucho más desfavorables, en todo sentido. Por eso, es importante poder trabajar respecto a estas dificultades o barreras, para poder tener un mayor crecimiento y desarrollo económico (…). La mujer constituye más de la mitad de la fuerza productiva del país”, puntualiza Zambrana.

Según la representante del IME, un estudio de perfil de la mujer emprendedora que realizó la institución, vio cuán importante es para las emprendedoras acceder a redes de contacto.

“Las redes de contacto son clave para poder emprender, porque se puede conocer allí inversores, gente que te puede dar algún tipo de apoyo (…), acceder a estas redes no es fácil, por eso surgen redes de apoyo de mujeres que necesitan que puedan entrar a estas redes más liderazgo femeninos”, puntualiza Zambrana.

Apoyo institucional a las emprendedoras

“Es vital que las instituciones puedan facilitar el camino de la mujer emprendedora. Si es una institución financiera puede generar carteras, productos y servicios en donde se faciliten las condiciones a las mujeres para poder obtener capital (…), lo propio con el tema del acceso a la educación, al conocimiento, el potenciar las habilidades, como es el caso de IME, en donde se puede acelerar emprendimientos”, agrega Zambrana.

David Coaquira, docente de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que muchas veces se “romantiza el acto de emprender”, cuando en realidad las mujeres tienen que superar muchos escollos antes de consolidar su emprendimiento.

El especialista sostiene que una de las mejores formas de apoyar la generación de empleo a partir del emprendimiento es implementando políticas públicas para el acceso a financiamiento, capacitación y acompañamiento constante a través de mentores.

“La mayoría de las ideas de negocio se quedan en idea, debido al tema monetario. Una política de apoyo al emprendimiento debería contemplar no solo dinero, sino asesoramiento, aceleradoras (…), tenemos jóvenes emprendedoras con mucha hambre de salir adelante, pero se rinden debido a estas barreras”, afirma.