“En Bolivia urge una transformación digital de la justicia”, señala el analista Paul Antonio Coca

La tecnología ha transformado nuestro estilo de vida, modalidades de trabajo, maneras de enseñanza y formas de convivencia e interacción, entre otros. Los despachos legales, los profesionales abogados o el mismo poder judicial no son ajenos a los cambios y vienen experimentando importantes transformaciones en los últimos años. En el caso boliviano, este proceso innovador inició como respuesta al confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus.  

Las audiencias, las notificaciones, las citaciones ahora son posibles desde plataformas digitales o correos electrónicos, algo impensable en Bolivia, sin ir muy lejos, hace cinco años. El mundo camina hacia la digitalización.

Abogados, jueces, fiscales, procuradores, en fin, todas las personas y profesionales vinculadas al mundo legal deben adaptarse a los constantes avances tecnológicos, que afectan por igual a ciudadanos y a empresas.

Paul Antonio Coca, abogado independiente y docente universitario en la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que la incorporación de la tecnología permite a los profesionales del derecho ir más allá y hacer más eficiente su trabajo, aunque en Bolivia la actualización digital en los despachos legales recién da sus primeros pasos.

Coca considera que sin una regulación del derecho todo lo que podamos hablar no tiene validez alguna que sea demostrable ante tribunales o ante las propias autoridades de Gobierno; es decir, en las instancias que, por lo general, la ciudadanía requiere de abogados para realizar trámites.

En el caso del poder judicial, hay una Bolivia antes y después de la pandemia. Los diversos despachos jurídicos, la administración pública y la administración de justicia le dieron verdadero valor al uso de la tecnología.  

La administración pública y de justicia, los abogados y el cliente es una trilogía que debe impulsar su regulación reflexiona el docente. “Lo primero que nosotros tenemos que entender es que el abogado y el estudiante de derecho puede encontrar doctrina, legislación y hasta jurisprudencia tanto nacional como internacional en Google, en distintos formatos como el Word, PDF. Cómo hacemos que ese punto que estamos hablando beneficie al abogado, al cliente y sea empleado por la administración de justicia”, reflexiona Coca.

Bolivia es un país que en este momento se encuentra en una lucha interna entre lo conservador y lo moderno, según el docente. “Hay abogados que siguen con el método tradicional de hacer escritos en computadora y todo sea por escrito y no confían en la tecnología que es parte de nuestra realidad. En Bolivia urge una transformación digital de la justicia”.

Para Coca, la formación de profesionales en derecho es vital porque marca una nueva línea de acción y los mismos estudiantes, nativos digitales, nos adentran a la realidad del mundo en el ámbito legislativo.

 Los ciberataques el pan de cada día

Luis Enrique Páez, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Unifranz, coincide con Coca en la necesidad de legislar sobre el uso de las tecnologías en el ámbito judicial. En la sociedad digital en la que nos desenvolvemos se cometen delitos de índole cibernético, como las estafas en línea, los robos desde cuentas, el uso de plataformas para capturar víctimas de trata y tráfico, robo de propiedad intelectual, entre otros.

“¿Cuál es la respuesta que vamos a tener si nuestra barrera de defensa no está adecuada para estos embates? Debemos comenzar a analizar los riesgos que van en crecimiento en el sector financiero, por ejemplo, generar variables que nos den seguridad”, apuntó Páez en el Congreso Internacional de Derecho Informático.

Las alianzas con el Estado deben garantizar normas e instituciones jurídicas que estén preparadas para enfrentar al cibercrimen. “Mientras no pongamos este tema en la actualidad y trabajemos en unidad para perseguir este tipo de delitos y adelantarnos estratégicamente, no podremos llegar a dar garantías fundamentales a quienes convivimos en la sociedad digital, apunta por su lado el Dr. John Campos Benavides en su exposición sobre “La inteligencia del Estado en la persecución de los delitos informáticos”, en el Congreso.

La disrupción tecnológica ha revolucionado nuestra manera de comportarnos, de relacionarnos y de trabajar. La transformación digital no es opcional, “o cambias o te cambian”, concluye Coca.

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