Errar para innovar, liderazgo, diálogo y resiliencia, requisitos para optimizar competencias profesionales
El tema fue abordado en el conversatorio “Oferta y Demanda de Competencias en el Mercado Laboral de Santa Cruz,” organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Equivocarse es aprender. Con el error mejoramos nuestras habilidades y perfeccionamos nuestras competencias. En un mundo laboral en constante evolución, el poder sobreponerse al fracaso se ha convertido en un requisito muy deseado por las empresas, junto con la resiliencia, el aprendizaje continuo y el trabajo en equipos multidisciplinarios.
El tema fue abordado en el conversatorio “Oferta y Demanda de Competencias en el Mercado Laboral de Santa Cruz,” organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, donde expertos y líderes empresariales analizaron la importancia de las competencias laborales en un mercado en constante cambio.
La tolerancia al error y la capacidad de aprender de los fracasos además del diálogo, la resiliencia y la innovación destacan como competencias cruciales para los profesionales actuales.
“El derecho a equivocarse es un factor clave que contribuye a la innovación, el aprendizaje y la adaptación,” señala Eva Amelia Daza Murillo, CEO y fundadora de Talento & Empleabilidad y experta en selección de personal.
Según Daza, los errores no solo son inevitables en el proceso de aprendizaje, sino que también representan oportunidades de crecimiento.
“Las empresas buscan candidatos con una mentalidad de aprendizaje continuo y resiliencia. Los errores, bien gestionados, permiten a los empleados mejorar sus habilidades y adaptarse a las demandas del mercado,” afirma.
En coincidencia con Daza, Verónica Ágreda, rectora de Unifranz y secretaria Académica de la Asociación Nacional de Universidades Privadas (ANUP), cree fundamental enfrentar los errores para innovar, al igual que aprender a humanizar el uso de la tecnología para el bienestar social.
“La adaptabilidad y la capacidad de enfrentar los errores son competencias que se valoran cada vez más en el mercado global. Debemos formar a los estudiantes no solo en conocimientos técnicos, sino en habilidades humanas que les permitan enfrentar los desafíos del siglo XXI con creatividad y confianza”.
Juan Pablo Suárez, director del Instituto Cruceño de Estadística (ICE), añadió que la adaptabilidad y la capacidad de aprender son aún más importantes en el contexto de las nuevas tecnologías.
Mencionó cómo, en el pasado, la Revolución Industrial generó temores de que las máquinas reemplazarían a los trabajadores, un miedo que hoy resurge con la IA. Sin embargo, Suárez enfatizó que quienes se adaptan a estos cambios, aprovechando la tecnología como una herramienta en lugar de una amenaza, se aseguran una ventaja en el mercado laboral.
Otra de las competencias que demanda el sector empresarial es el ‘liderazgo’, trascendental en entornos de desarrollo de objetivos en equipo, según Cristóbal Roda, presidente de Ingenio Sucroalcoholero Aguaí.
“No hay innovación sin riesgo, y no hay crecimiento sin aprendizaje. En nuestra empresa, hemos visto cómo los profesionales jóvenes que se arriesgan y asumen el liderazgo de sus equipos son los que más contribuyen al crecimiento de la organización”, comentó.
Para Cecilia Peredo, subgerente de gestión de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), de acuerdo a la organización empresarial, las habilidades más demandadas son aquellas consideradas blandas.
“Según mi experiencia laboral y el constante contacto con las empresas, así como las consultas y necesidades que nos expresan, considero que las competencias actualmente más demandadas son la adaptabilidad, la flexibilidad, el pensamiento crítico, la resolución de conflictos, la capacidad de negociación, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional y finalmente, las habilidades digitales”.
Diego Urioste, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT) de Unifranz, explica que las habilidades técnicas no son suficientes para asegurar una carrera exitosa, ya que en un contexto laboral donde la inteligencia artificial (IA) y la digitalización transforman cada vez más las tareas rutinarias, las habilidades humanas son esenciales.
“La adaptabilidad, la resolución de problemas y la inteligencia emocional cobran cada vez más valor. Es fundamental que los jóvenes entiendan que la formación no termina con la universidad o un posgrado. La actualización constante es necesaria para responder a las demandas del mercado laboral”, puntualizó.
Estrategias
El conversatorio abordó estrategias para que los jóvenes puedan desarrollar la resiliencia, la habilidad de enfrentarse al fracaso, la inteligencia emocional y la adaptabilidad, entre otros.
Para un buen desarrollo de competencias en el ámbito laboral, los integrantes del conversatorio plantearon la necesidad de la práctica en etapas de formación, con pasantías y programas de capacitación para expandir sus conocimientos y adquirir experiencia en un entorno controlado.
La importancia de la comunicación y el trabajo en equipo también fue destacada como un componente clave para crear una cultura de tolerancia y diálogo. En el evento se subrayó que el entorno laboral también juega un papel crucial en el desarrollo de la tolerancia al fracaso.
Para Peredo, en el contexto boliviano, donde las pequeñas y medianas empresas (PyMES) representan una parte considerable del mercado laboral, es fundamental que estas empresas adopten una cultura organizacional que permita a los empleados desarrollar perfiles multifuncionales, proactivos y capaces de adaptarse.
La cultura empresarial en Bolivia sigue evolucionando, especialmente en ciudades como Santa Cruz, donde el sector empresarial ha impulsado la formalización y la modernización de los entornos laborales.
El conversatorio “Oferta y Demanda de Competencias en el Mercado Laboral de Santa Cruz” se desarrolló en el marco de la Feria de Empleabilidad de Unifranz, que reúne a líderes del sector empresarial y reclutadores, con los nuevos profesionales.