La estanflación, un fenómeno económico complejo que combina una elevada tasa de inflación con un bajo crecimiento económico y altas tasas de desempleo, ha surgido como un desafío considerable para las autoridades económicas a nivel mundial

20 de diciembre de 2023, 10:31 AM
20 de diciembre de 2023, 10:31 AM

“Va a haber una estanflación”, sentenció el presidente Javier Milei, el día de su posesión, a propósito del impacto económico negativo que tendrá el reordenamiento fiscal que encara a fin de superar la profunda crisis que aqueja a la Argentina. Sin embargo, ¿qué significa este término?

La estanflación, un fenómeno económico complejo que combina una elevada tasa de inflación con un bajo crecimiento económico y altas tasas de desempleo, ha surgido como un desafío considerable para las autoridades económicas a nivel mundial.

Este fenómeno es inusual porque generalmente se espera que la inflación y el crecimiento económico estén inversamente relacionados, ya que, cuando la economía está creciendo rápidamente, la inflación tiende a aumentar y, por el contrario, cuando la economía está en recesión, la inflación tiende a disminuir.

Kadir Lanza, director de la carrera de Ingeniería Económica y Finanzas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que, en una estanflación, la economía experimenta tanto una inflación elevada como un bajo crecimiento económico al mismo tiempo.

“Esto plantea un desafío para las autoridades económicas, ya que las herramientas convencionales para abordar la inflación y el bajo crecimiento a menudo pueden entrar en conflicto, ya que requiere de un enfoque cuidadoso y equilibrado para abordar tanto la inflación como el estancamiento económico simultáneamente”, indica.

Por ejemplo, para combatir la inflación, los bancos centrales podrían optar por políticas monetarias restrictivas, que aumentan las tasas de interés, que a su vez podrían empeorar la recesión y el desempleo, al desalentar el crédito, la demanda y las inversiones productivas.

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Inflación vs estanflación

Tradicionalmente, la inflación y el crecimiento económico han mantenido una relación inversa; sin embargo, la estanflación desafía esta lógica al manifestar ambas condiciones al mismo tiempo.

Este escenario crea disyuntivas significativas para las autoridades económicas, ya que las herramientas convencionales para abordar la inflación y el bajo crecimiento a menudo entran en conflicto.

Lanza explica que la principal diferencia entre ambos fenómenos de la economía radica en el hecho de que la estanflación implica la combinación de dos situaciones económicas aparentemente contradictorias: inflación y estancamiento económico.

Mientras que la inflación se refiere exclusivamente al aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía a lo largo del tiempo, la estanflación implica un aumento de precios junto a un bajo crecimiento económico y, a menudo, altas tasas de desempleo”, puntualiza.

Factores desencadenantes

Hay muchos factores que pueden llevar a una estanflación, como los choques de oferta, aumentos repentinos en los precios de los productos básicos, políticas económicas ineficaces, las crisis financieras y las expectativas inflacionarias, que actúan según las circunstancias económicas y políticas de un país en particular.

Los shocks de oferta surgen cuando hay interrupciones significativas en la producción o suministro de bienes y servicios esenciales. Eventos como las crisis energéticas, desastres naturales, conflictos geopolíticos o interrupciones en la cadena de suministro pueden aumentar los costos de producción y contribuir tanto a la inflación como a la reducción del crecimiento económico.

La aplicación de políticas económicas ineficaces o mal gestiones y las decisiones gubernamentales también son factores gravitacionales. El gasto público excesivo o la impresión de dinero en exceso, pueden generar presiones inflacionarias y elevar las tasas de interés afectando negativamente el crecimiento económico.

Las crisis financieras pueden desencadenar estanflación al generar incertidumbre en los mercados, afectando negativamente la confianza de los consumidores y las inversiones, y provocar una contracción económica y el impulso para aplicar políticas monetarias expansivas, que al final pueden contribuir a la inflación.

También están los aumentos repentinos en los precios de los productos básicos, como el petróleo, productos agrícolas y materias primas, que al tener un peso importante en una economía puede generar inflación.

Además, las expectativas inflacionarias también pueden generar una estanflación, puesto que, si las personas y las empresas anticipan un aumento sostenido de los precios en el futuro, es posible que busquen aumentos salariales y ajusten sus comportamientos de consumo e inversión, lo que puede alimentar la inflación y el estancamiento económico.

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La estanflación no se mide directamente mediante un indicador único

Por qué debería preocupar a los países

Lanza manifiesta que la estanflación es un fenómeno económico muy preocupante para los países por los efectos que genera y las dificultades que existen para controlarla, neutralizarla o eliminarla.

Es muy difícil abordar simultáneamente la inflación y el estancamiento, porque son contradictorios y plantean disyuntivas de política económica. Por ejemplo, las políticas monetarias restrictivas que quieren combatir la inflación, suelen aumentar las tasas de interés, con el riesgo de empeorar el estancamiento económico. A ello se suma, un posible agravamiento debido a decisiones equivocadas o falta de coordinación entre políticas fiscales y monetarias.

Lo realmente grave de este fenómeno es que tiene un impacto negativo en el empleo, aumentando las tasas de desempleo y disminuyendo el poder adquisitivo de los ingresos, lo que agrava la situación de pobreza, disminuye la calidad de vida de la población y expone el riesgo severo de inestabilidad política y social”, explica Lanza.

En este escenario, la estanflación también puede representar riesgos para la estabilidad financiera y desincentivos para la inversión ya que las empresas pueden enfrentar dificultades para planificar inversiones y gastos debido a la incertidumbre económica, y los sectores financieros pueden verse afectados negativamente, llevando a serios a problemas al sistema bancario.

No es medible

La estanflación no se mide directamente mediante un indicador único, ya que es un fenómeno complejo en la economía que una variable específica.

No obstante, según Lanza, se evalúa mediante la observación de varios indicadores económicos clave que reflejan tanto la inflación como el crecimiento económico, como por ejemplo el Índice de Precios al Consumidor (IPC), la tasa de inflación o indicadores del desempeño de la economía, como la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la tasa de desempleo, los salarios reales, las expectativas inflacionarias de las encuestas, o los indicadores del mercado financiero.

“No es un concepto cuantitativo único (la estanflación), sino más bien un diagnóstico basado en la observación de diversos indicadores económicos, aunque podríamos resumir como indicadores básicos a la tasa de inflación y la tasa de crecimiento del PIB, que reflejan sus principales tendencias”, señala.

Un punto adicional importante a considerar en el contexto de la estanflación es la complejidad de sus causas y que éstas pueden variar según la situación económica específica de cada país.

La estanflación puede surgir de factores, riesgos o eventos externos e internos, y es fundamental entender que las dinámicas económicas no sólo son coyunturales sino estructurales.

Por ejemplo, en el escenario actual de la economía mundial existen riesgos derivados de las tensiones geopolíticas inducidas por los conflictos bélicos entre Ucrania y Rusia, o el conflicto de Gaza, que contraponen Occidente y Oriente, ya que si éstos perduran y se amplifican podrían tener un efecto dominó impactando en el precio de los energéticos (petróleo), materias primas y los costos de producción de las empresas, provocando la aplicación de políticas monetarias restrictivas para frenar la inflación que a su vez podrían contribuir a profundizar la tendencia recesiva de la economía mundial de los últimos años.

También están visibles los riesgos derivados del impacto del cambio climático en las economías, como resultado de la sequía y la falta de agua, las inundaciones, la crisis agraria y de los ecosistemas con efectos adversos en la producción de bienes y servicios; o también, los riesgos derivados de eventos como, por ejemplo, una crisis inmobiliaria o financiera, que actualmente podría suscitarse en la China, con impactos probables e impredecibles. A ello se suma la ineficaz orientación de las políticas económicas, como por ejemplo el caso argentino.