El exministro de Cultura de Colombia se destaca por el empuje constante que da a la economía naranja. Habla de tecnología, tradición y creatividad

18 de diciembre de 2024, 14:00 PM
18 de diciembre de 2024, 14:00 PM

En una era marcada por la constante evolución tecnológica, el arte, la cultura y las industrias creativas han encontrado un aliado invaluable en la tecnología. Hoy, las herramientas digitales no solo facilitan la creación, sino que permiten proyectar con mayor confianza y versatilidad aquello que somos, creando un valor que trasciende fronteras.

Como bien lo señala Felipe Buitrago, exministro de Culturas de Colombia y creador del concepto de “economía naranja”, la clave radica en combinar nuestra identidad con las nuevas tecnologías para generar oportunidades económicas y sociales.

“Cuando utilizamos la tecnología para proyectar con mayor confianza, creatividad y versatilidad nuestra identidad, creamos un enorme valor”, afirma el CEO de GO Future Hub, quien participó en el segundo Foro Internacional de Economía Creativa, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en Cochabamba.

La fusión entre saberes ancestrales, tradiciones y expresiones artísticas con tecnologías como la realidad virtual, la animación digital y los videojuegos permite crear experiencias únicas y significativas. Esto se traduce en un impacto económico positivo y en la posibilidad de que nuestros artistas, gestores y creadores vivan dignamente de su talento.

Un videojuego, por ejemplo, que incluya la riqueza de una lengua indígena o el patrimonio de una comunidad, no solo preserva la memoria cultural, sino que también conecta con nuevas generaciones.

"Las tecnologías son herramientas", afirma Buitrago y agrega que "las herramientas son útiles o inútiles dependiendo de cómo las utilicemos". Este enfoque pragmático deja en claro que no se trata de reemplazar lo tradicional por lo moderno, sino de realzar nuestra identidad a través de estas herramientas.

Economía naranja: el potencial del talento y la cultura

La economía naranja, concepto que Buitrago creó y defiende con pasión, representa una oportunidad infinita para el desarrollo económico basado en la cultura y la creatividad. Según él, esta economía es la posibilidad de "convertir lo que somos, nuestra identidad, en nuestra herramienta de progreso".

Las artes visuales, las artesanías, el turismo cultural, la música, el cine y los videojuegos son solo algunos de los sectores que integran la economía creativa. Cada uno de ellos, con diferentes grados de desarrollo tecnológico, comparte un denominador común: son medios de expresión que nos recuerdan quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Buitrago advierte sobre la importancia de valorar la cultura local. “Si localmente no apreciamos a nuestros hacedores, afuera no nos van a valorar”. El reto es generar un reconocimiento real del valor del trabajo artístico y cultural, no sólo en términos monetarios, sino también en su aporte a la identidad social.

La memoria y los sueños: la materia prima del futuro

El talento y la creatividad son los recursos más importantes de cualquier sociedad. Para Buitrago, "la materia prima es el talento que tenemos dentro de nosotros, la memoria de nuestras tradiciones y nuestros sueños por ser mejores".

Esta combinación de elementos culturales, cuando se potencia con tecnología, puede transformarse en bienes y servicios que enriquecen tanto espiritual como económicamente.

Por ejemplo, en sectores como las artesanías, no se trata solo de calcular el costo de producción de una pieza, sino de valorar su significado cultural. "Cuánto vale y qué representa para la comunidad y darle ese valor dentro de la sociedad para que todos lo apreciemos", dice Buitrago. En ese sentido, la tecnología permite ampliar la difusión de estas creaciones, conectarlas con nuevos mercados y contar las historias que hay detrás de cada obra.

La tecnología, herramienta de transformación social

En las industrias creativas, no existe un único modelo de producción. La tecnología permite combinar talentos de diversas maneras y adaptarlos a diferentes contextos: un músico puede crear la banda sonora de una película, grabar un concierto en vivo o producir jingles publicitarios. La clave está en identificar oportunidades emergentes y adaptarse a ellas.

Según Buitrago, "es fundamental invertir en investigación, conocimiento y prospección de oportunidades en la economía creativa". Solo así se podrá potenciar el talento y transformar a artistas y creadores en agentes de cambio económico y social.

La tecnología, cuando se combina con políticas adecuadas, puede crear el entorno propicio para que surjan referentes internacionales como Shakira, Carlos Vives o Juanes; sin embargo, Buitrago aclara que, evidentemente, los gobiernos no pueden crear un Carlos Vives, pero sí pueden aportar para que “10 o 100 Carlos Vives puedan experimentar su talento y compartirlo con su gente”.

La clave, según el experto, está en generar infraestructuras y ecosistemas creativos que faciliten la conexión entre el talento y las oportunidades. Esto incluye desde formación especializada hasta plataformas tecnológicas que amplíen la proyección de las obras artísticas.

Reconocimiento del valor cultural

Hasta hace algún tiempo, la cultura era percibida como algo marginal y sin valor económico. Sin embargo, el panorama ha cambiado. "El reconocimiento social de los rubros de la economía creativa es un proceso", afirma Buitrago. Aunque se han logrado avances significativos, aún falta camino por recorrer para que la sociedad comprenda que nada es gratis y que el trabajo del artista, el gestor y el creador vale.

La cultura y la creatividad son motores económicos capaces de generar empleo, riqueza y bienestar. Al combinar la memoria de nuestras tradiciones con la innovación tecnológica, no sólo proyectamos nuestra identidad, sino que también contribuimos al desarrollo sostenible y a la construcción de sociedades más justas y equitativas.

La tecnología es mucho más que una herramienta, es un puente que conecta nuestra identidad con el futuro. Como lo expresa Buitrago, al combinar el talento con la innovación, creamos un valor inigualable que trasciende generaciones. Apostar por la economía creativa y el uso estratégico de la tecnología no solo fortalece nuestra cultura, sino que también impulsa el progreso económico y social de nuestros países.

"Es la oportunidad de entender que, detrás de esas expresiones artísticas que tanto nos emocionan, tenemos la posibilidad de crear oportunidades enormes para las futuras generaciones", reflexiona. El reto está en valorar lo que somos, invertir en el talento local y utilizar la tecnología como catalizador de transformación.