Son jóvenes que demuestran otro tipo de fortalezas. Una psicóloga anima a encauzar la facilidad de acceso a internet de los jóvenes para "facilitar que el estudiante se apropie del conocimiento".

22 de diciembre de 2022, 7:52 AM
22 de diciembre de 2022, 7:52 AM

Con solo 19 años, Camila se define como activista y “defensora acérrima” de los animales. Ésa fue su motivación para entrar a estudiar Derecho. Recientemente, terminó el segundo semestre de la carrera y cree que los conocimientos y la preparación que está adquiriendo la ayudarán en su proyecto de vida, que es evitar que perros y gatos vivan en situación de calle.  

Nacida en 2003, la joven universitaria paceña es parte de esta nueva generación, conocida como los Centenial, Zeta o de Cristal. Se informa, se distrae y, muchas veces, se educa desde su celular. Ella es hija única y asegura que, durante la pandemia, el único compañero fue su pequeño aparato móvil.

Camila, al igual que millones de jóvenes que nacieron durante la primera década de este nuevo siglo, ha sido catalogada como “generación de cristal” por su alta sensibilidad a problemas globales como la crisis ambiental o el cuidado de los animales.

El término de “Generación de cristal” se popularizó gracias a las plataformas digitales. Se refiere a los jóvenes nacidos después de 2000.

La filósofa Monserrat Nebrera sostiene que ellos “pueden llegar a ser más frágiles, inestables o inseguros, pueden llegar a tener poca tolerancia a la crítica, al rechazo y la frustración,  en consecuencia de que son criados por personas que vivieron épocas de carencia y han trabajado por darles todo para que no les falte nada como a ellos en su momento”.

En tanto, Liudmila Loayza Barragán, directora de la carrera de Psicología de Unifranz, asegura que este denominativo se debe a la alta sensibilidad que presentan los jóvenes de esta generación.

“Es una generación más sensible, un tanto temerosa, y preocupada por otros aspectos de la vida cotidiana como la ecología y los animales. Tiene otras luchas, a diferencia de las generaciones que la antecedieron”, dijo.

Según la experta, lo que no se debería hacer es tratar a esta generación como si fuera frágil e incapaz de hacer las cosas; al contrario, tienen otro tipo de fortalezas y no se debe mirar a una generación con los ojos de anteriores generaciones y, menos, esperar que actúen de la misma manera que los adultos de hoy, cuando eran jóvenes, porque la brecha tecnológica es abismal respecto a hace 30 años.

Las personas de la generación Centenials son nativos digitales, tienen la información en la mano y a solo un chasquido de dedos. Su realidad es otra en un mundo aquejado por el calentamiento, la crisis climática, la extinción de la fauna silvestre o el maltrato a las mascotas. “Su mirada es otra”, aclara.

“El error es pretender que sean como antes. Hay que respetarlos como son. Así como son, están buscando soluciones. Esta generación tiene representantes muy importantes que, hoy en día, están luchando, por ejemplo, por los derechos humanos y también por salvar el planeta de todo lo que la industrialización le está haciendo daño y que es una de las principales metas que tiene esta generación”, dijo la psicóloga.

Juventud empoderada

El conocimiento ha empoderado a los jóvenes de esta época ya que el acceso a la información es lo que da poder. Los Centenials saben qué hacer, conocen sus derechos, conocen sobre las acciones que afectan en el comportamiento de otros y del mismo planeta. El detalle es regular ese conocimiento.

“A diferencia de las generaciones pasadas que teníamos que ir a investigar a la biblioteca o buscar en periódicos, los nativos digitales tienen todo al alcance de la mano, no saben qué quiere decir una palabra o una frase lo buscan en Google desde sus celulares”, según Loayza.

Aprovechar efectivamente este acceso supone “direccionar ese aprendizaje", reseña la académica. "Como educadores, trabajamos con metodologías activas que facilitan que el estudiante se apropie del conocimiento, en función a lo que él quiere conseguir. Estamos logrando que nuestros estudiantes tengan proyectos de vida y el docente deje de ser un simple transmisor de conocimientos y se convierta en facilitador que ayuda a dirigir los aprendizajes”, complementa.

Generación ansiosa

Indicadores de estados ansiosos, ataques de pánico o síndromes depresivos que se diagnostican en las consultas de los médicos han aumentado en la última década. Psiquiatras y psicólogos están recetando mayores medicamentes psicotrópicos para calmar esos estados de ansiedad.

“La ansiedad es un miedo anticipado, es un vivir constante en el futuro de qué va a pasar y eso sí es una problemática en la que hay que trabajar constante y lo que más ayuda es el autoconocimiento”, apunta Loayza. Sentir miedo es normal, pero vivir en el futuro no es de lo más aconsejable, sentencia la mencionada autoridad universitaria.