A partir de la pandemia, la virtualidad forma parte de la realidad educativa. Los universitarios acceden a cursos de postgrado en instituciones del exterior. Persiguen la conformación de redes profesionales

27 de diciembre de 2022, 7:43 AM
27 de diciembre de 2022, 7:43 AM

Nativos digitales del siglo XXI, con una nueva realidad y nuevos desafíos, ávidos de conocimiento y dominio de las nuevas tecnologías; la juventud de hoy está ansiosa de profesionalizarse y buscar un lugar protagónico en su sociedad y el mundo. Son universitarios y cursan los últimos semestres de carreras como medicina, ingeniería comercial, diseño gráfico, periodismo o ingeniería de sistemas, entre otras.

Ya no les basta con alcanzar el grado de ‘licenciado o licenciada’. A sus 23 o 25 años, cuentan con estudios de postgrado y apuntan a doctorados. La virtualidad les ha dado la posibilidad de acceder a la educación a distancia con reconocidas universidades del país y de otras partes del mundo.

Son jóvenes que cuentan con conocimientos globales, conectados, que establecen relaciones de amistad, estudio y pertenecen a redes de contactos profesionales para ejercer su profesión en Bolivia, Perú, Brasil, China o la India. Tienen capacidad de adaptación.

Esta nueva generación de jóvenes es disruptiva. El acceso a la información les ha dado un empoderamiento especial. Como líderes en potencia, estudian, se informan y buscan soluciones a problemas reales globales que aquejan a la humanidad.

Pedro Sáenz, vicerrector de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, experto en pedagogía y educación superior, sostiene que estos nuevos profesionales son capaces de adaptarse y trabajar en entornos diferentes. La pandemia, para muchos de ellos, significó una oportunidad de expandir su mirada profesional más allá de su contexto nacional.

“Los nuevos profesionales deben tener la capacidad no sólo de adaptarse a entornos diferentes sino de desempeñarse adecuadamente en ellos, lo que obliga a que en su formación se incluyan conocimientos actualizados y que tengan la capacidad de interactuar en esos nuevos entornos ya sea presencial o virtualmente”, explica Sáenz.

En ese marco, la educación superior tuvo que adaptarse e innovar para responder a las nuevas exigencias del mercado laboral. Ahora es un espacio de práctica, del ‘aprender haciendo’ en el que los futuros profesionales desarrollan competencias, en ambientes controlados, para insertarse en un contexto laboral globalizado.

“Los profesionales de la nueva era deben ser multifacéticos, conocer y dominar diferentes áreas, con competencias tecno-digitales altamente desarrolladas, con un core de habilidades blandas muy fuerte y fundamentalmente con una altísima capacidad de adaptación al cambio constante”, agrega Sáenz.

Cambios profundos en la educación

 Para el experto en temas educativos y asesor de Unifranz en innovación y transformación educativa, Xavier Aragay, considera que la virtualidad por la pandemia ha significado un gran avance para la educación de pre y post grado.

“Soy optimista. Creo que ha significado un avance la propia reflexión que los docentes, los equipos directivos de las instituciones de educación superior han tenido que hacer para el gran esfuerzo de adaptarse tecnológicamente a la enseñanza remota de emergencia y las posibilidades de las experiencias, los aprendizajes, las reflexiones que todo esto ha significado son de por sí un avance”, indica.

La educación en la actualidad está experimentando cambios profundos, a la par de la tecnología. La sociedad –según Aragay– está ante el reto de reimaginar, reinventar, replantear, buscar nuevas miradas, herramientas y estrategias para experimentar una transformación profunda.

Este es el momento de transformaciones para la educación en todo el mundo y en todos los niveles. Transformar una institución educativa de rango superior no es fácil, significa transformar a las personas que trabajan en ella, que se relacionan, que aprenden en la educación superior y esto es de lo más complejo que hay, pero es posible.

“Hay muchas instituciones de educación superior que ya están andando por el camino de la transformación, como Unifranz. Lo más importante para iniciar la transformación de la educación superior es dedicarle tiempo (…)”, puntualiza Aragay.

Hoy en día, contrariamente a la tendencia imperante décadas atrás, es común ver redes colaborativas entre instituciones de todo tipo. Las universidades no son la excepción y han conformado equipos multiculturales para el desarrollo de proyectos de alto impacto.