Nina Py Brozovich hace un llamado a las universidades y las autoridades educativas para afrontar estos problemas desde un aprendizaje responsable

19 de diciembre de 2022, 7:48 AM
19 de diciembre de 2022, 7:48 AM

El cambio climático es una realidad en el mundo. Constantemente se denuncia el deterioro de los glaciares o las sequías cada vez más fuertes. El impacto es evidente y, hasta el momento, aumenta sin contención. Por ello, los activistas ambientales apuntan a los efectos devastadores que se pueden sentir, ante todo, por las nuevas generaciones. 

Los niños y los jóvenes de hoy, lejos de ser víctimas pasivas, han comenzado a tomar protagonismo desde  los colegios y las universidades como camino para el desarrollo de un futuro mejor. Nina Py Brozovich, activista medioambiental y fundadora de Friday For Future Bolivia, defendió la necesidad de introducir en las aulas temas vinculados a la educación ambiental. Su propuesta fue parte del III Foro Internacional de Educación Superior, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

La organización que Brozovich comanda en Bolivia se sumó al movimiento extendido a nivel mundial de niños y jóvenes en edad escolar para exigir  a los gobiernos mayores medidas para luchar contra el cambio climático. Friday For Future surgió en 2018 a raíz de las protestas impulsadas por la sueca Greta Thunberg, de 16 años.  

Para Brozovich, de 18 años, es importante el reformar la educación y hacerla compatible con los problemas que enfrenta la sociedad, como el medio ambiente. Las aulas se transforman en un espacio para formar estudiantes y profesionales con conciencia ambiental, que puedan ayudar a buscar soluciones al cambio climático.“Si no hay conciencia con lo que sucede no existirá relación de apego, no se entenderá la gravedad del problema y que consecuencias podría tener en nuestras vidas, y como ya nos está afectando”, explica la activista. 

La pandemia supuso un momento de inflexión para todos. Demostró la necesidad de incorporar responsabilidades con los demás, con el planeta a todo nivel y, sobre todo, en la formación educativa a través de la habilidades humanas. “Como estudiante, puedo decir que veo bastante alentador el hecho de que se empiecen a incluir temas de cambio climático y ambientales. Sin embargo, hay mucho por hacer. Por eso, creemos que la formación educativa es vital para lograr objetivos”, apuntó Brozovich en su ponencia.

La joven estudiante representó a Bolivia en la Primera Cumbre de Juventud por el Clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2019, en Nueva York. Desde entonces, se mantiene como una firme activista en pro de la educación ambiental. 

Colegios y universidades espacio de concienciación

Las pérdidas significativas de bosque y biodiversidad en zonas como la Chiquitania, la Amazonia y el parque nacional Madidi, ocurridas en Bolivia, sobre todo desde 2019, son escenarios que llaman a la reflexión. Los escenarios educativos se tornan en un espacio fructífero para referirse al mencionado deterioro del medio ambiente. 

La activista considera que los estudiantes, conjuntamente con organizaciones ambientales, podrían lograr alianzas que gestionen voluntarios para impulsar campañas de concienciación, refugios de animales y defensa de parques naturales.

La educación ambiental, apuesta Brozovich, debería venir desde corta edad “sabiendo que nuestra generación y las que vienen se enfrentarán al problema”.

Las universidades están un paso más adelante con carreras que impulsan la sustentabilidad en la formación de los profesionales entre ellas ecoturismo, las distintas ramas de las ingenierías, ciencias ambientales, producción sustentable, recursos hídricos y energías renovables.

Sin embargo, la ambientalista asegura que es insuficiente, se requieren aliados en el Estado, en sectores productivos y sociales, se requiere de educación  para el desarrollo sostenible en escuelas, familias, comunidades. En la actualidad, la acción del hombre sobre el medio es tal que puede llegar a provocar consecuencias incalculables para la especie humana, para el ambiente natural y para el ambiente creado por el hombre.

Llama a las universidades y las autoridades educativas a sumarse al esfuerzo. Son llamadas de alerta que insisten en que existe la posibilidad de un retroceso que podría ser irrecuperable, concluye.