Es posible y probable, que la motivación por una profesión se pierda en las aulas universitarias

16 de agosto de 2023, 9:00 AM
16 de agosto de 2023, 9:00 AM

La motivación es uno de los aspectos más relevantes para que se dé el aprendizaje. Se define como el motor que transmite energía al estudiante para que inicie su proceso de aprendizaje.

Sin motivación, no hay aprendizaje. De ahí que, al abordar la afinidad que existe entre motivación y aprendizaje, es necesario analizar los aspectos que inciden directamente en esta relación.

Mario Ariel Quispe Orellana, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que la motivación puede abordarse desde dos ámbitos: extrínsecamente e intrínsecamente.

“La primera implica el entorno, por ejemplo, un buen profesor siempre generará motivación extrínseca a partir de sus clases e implementación de diversas opciones metodológicas. En cambio, la segunda (motivación intrínseca), depende exclusivamente del individuo y está relacionada a elementos como el amor propio, autoestima, satisfacción personal o la autopercepción, entre otros”, dice Quispe.

Para lograr aprendizajes significativos –entendidos como la brecha entre la zona de desarrollo potencial y la zona de desarrollo real y la utilidad que tendrá dicho conocimiento para con una persona– es necesario que el estudiante sea consciente de sus propias capacidades, fortalezas y debilidades, pues de esa manera podrá alcanzar su zona de desarrollo potencial y, por ende, el aprendizaje significativo.

Factores que motivan la elección de una carrera universitaria

Existe diversidad de factores que influyen en el estudiante al momento de elegir una carrera. Quispe destaca algunos de estos:

● Contexto y momento histórico. Existen carreras que tienen alta demanda en razón del momento histórico en el que se desarrollan. En Bolivia con el descubrimiento de yacimientos de gas, la carrera de Ingeniería Petrolera adquirió bastante relevancia. En la actualidad las carreras a nivel técnico están alcanzado estos umbrales.

● Contexto familiar. Una familia en la que existan profesionales de un área de formación específica, como médicos o abogados, influirá en la elección de la carrera de una persona.

● Presión social y laboral. Muchas veces la elección de la carrera está determinada por la oferta laboral o por los réditos que esta pueda tener en el futuro.

● Vocación. En esta última característica confluyen las aptitudes, las actitudes y las pasiones de una persona al desarrollar una labor.

Unifranz

La motivación puede abordarse desde dos ámbitos: extrínsecamente e intrínsecamente

La motivación por una carrera debe ser personal

Si bien todos tienen capacidad para desenvolverse en cualquier área de formación, es necesario que esas aptitudes, actitudes y pasiones estén alineadas con la carrera elegida.

“De otro modo, ya sea para complacer a los padres, sociedad o amigos, la elección en algún momento no satisfará al estudiante y probablemente termine frustrado en un empleo que no cubra sus expectativas o deseando realizar otras actividades”, puntualiza.

Para el experto, a menos que la elección de la carrera sea hecha por vocación, terminará en frustración, pues, como Ken Robinson indica en “El Elemento”, para que una persona alcance su desarrollo pleno debe encontrarse en su elemento, aquel lugar en el que sus aptitudes naturales confluyan con sus pasiones.

La motivación puede perderse en el camino

Cuando aún estaba en el colegio, Lorena soñaba con estudiar Medicina. Con anticipación, se preparó para el examen de dispensación y aprobó con una de las máximas notas. A los pocos días de iniciar clases, el docente llevó a todo su curso a la morgue para que puedan presenciar una autopsia. Luego de salir de esa ófrica sala, Lorena abandonó la carrera con la que había soñado. Hoy, 12 años después, ella es una exitosa abogada.

Es posible y probable, que la motivación por una profesión se pierda en las aulas universitarias. Nadie ingresa a una carrera universitaria pensando que le agradarán todas las asignaturas del plan de estudios, y tal vez cierta área de formación o prácticas clínicas o profesionales le muestren al estudiante que la carrera no era lo que esperaba.

“Sin embargo, también puede pasar lo contrario, que en un principio no estemos del todo convencidos de la carrera que elegimos, pero que, con el pasar de los semestres y con la apropiación de competencias técnicas, uno se termine enamorando de su carrera (…)”, precisa Quispe.

Recuperar el interés por una carrera

En caso que se haya perdido el interés por la carrera elegida, se podría recuperar desde dos puntos de vista, según Quispe, a partir de un análisis de los réditos económicos que la carrera genera y el incremento de la calidad de vida que proporciona y, segundo, a partir de los impactos que la carrera tiene en la sociedad.

“Ahí es cuando el estudiante se da cuenta que su profesión realmente aporta al desarrollo y crecimiento de la sociedad, mejorando no solo la calidad de vida de una persona sino también la de sus pares”, puntualiza.

Quispe menciona cinco aspectos que los estudiantes deben tomar en cuenta al momento de elegir una carrera universitaria:

● Reconocer los conocimientos previos para afrontar una carrera universitaria

● La economía con la que cuenta en el momento determinado de elegir una carrera

● Inclinaciones e influencia familiar, el ambiente y las experiencias de familiares motiva o desmotiva la elección de una determinada carrera universitaria.

● La motivación desde la época escolar estimula, fomenta y potencia el desarrollo de ciertas aptitudes que determinan la elección de carrera.

● Conocer y reconocer sus aptitudes e inclinaciones personales, básicamente decantarse por hacer lo que a uno le gusta hacer.

“El método Ikigai podría brindar luces a un estudiante sobre la elección de su carrera, pues se pretende buscar el equilibrio en cuatro pilares fundamentales de la vida, los cuales son: pasión, vocación, misión y profesión”, afirma el académico.

INFOGRAFÍA

Unifranz