La teoría no basta, las empresas buscan experiencia y práctica en nuevos profesionales
La práctica dota a los profesionales de habilidades para resolver problemas, versatilidad y la capacidad de encontrar soluciones creativas adaptadas a los entornos en los que operan.
Cada año, miles de nuevos graduados de las universidades salen a un mercado laboral saturado buscando su primer empleo. Si bien los conocimientos adquiridos durante su paso por las aulas son valorados por los reclutadores de las empresas, estos señalan que la experiencia y la práctica son fundamentales para los candidatos.
“La teoría no basta, la experiencia es vital. Cuando una persona en las aulas comienza a mostrarse, a reflejar su conocimiento, a trabajar en equipo y a compartir con sus compañeros, nos dice mucho sobre ella”, explica Fabricio Guillén, analista senior de Gestión de Desarrollo Humano en el Banco Nacional de Bolivia (BNB).
El experto agrega que, incluso, si el postulante no ha tenido un trabajo antes de postularse, se valora su experiencia previa, como trabajos dirigidos, participación en ferias, clubes, o proyectos, entre otros factores.
“Un titulado por excelencia llama mucho la atención, ya que ha demostrado un ritmo de trabajo, una conexión con el mundo exterior constante y mantiene un estándar elevado, lo cual puede ser muy beneficioso para la empresa”, agrega el ejecutivo, quien destaca que “la teoría y la experiencia siempre van de la mano y están casadas la una con la otra”.
Pablo Ardaya, experto en Gestión del Talento Humano por Competencias, magíster en gestión empresarial y director nacional de Capital Humano de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que la experiencia no necesariamente viene de haber permanecido en un puesto laboral, sino que se forma a lo largo de la vida, con prácticas pre profesionales, con talleres, participación en grupos y sociedades, entre otras actividades.
Por ejemplo, el experto señala que un profesional de ingeniería de sistemas que desde el colegio se ha mantenido cercano a grupos de programación, ha participado de eventos como “hackatones” o retos abiertos y ha publicado algunos de sus programas, ha acumulado experiencia práctica, más allá de si trabajó o no de manera formal en una empresa.
“Cuando un estudiante aprende haciendo, realiza prácticas, se enrola en situaciones diferentes, ya sea por hobby o por aprendizaje, cuando uno en el colegio o en la universidad ha pertenecido a diferentes grupos o sociedades científicas o ha participado en diferentes ferias está generando experiencia”, expresa Ardaya.
Teoría, pero aplicada
Edda Rojo, jefa de Administración en Datec Corporación señala que la práctica es fundamental para la formación profesional, ya que permite un aprendizaje aplicado y ayuda a validar los conocimientos adquiridos en las aulas, lo que a largo plazo se aplica también en las empresas
“La práctica y la experiencia son cruciales. A veces, las personas tienen mucho conocimiento teórico, pero es como llenar una taza hasta que rebasa; si no lo aplican, no saben qué hacer con él, lo importante es usar ese conocimiento de forma práctica. Es vital que los profesionales pongan en práctica lo que saben y utilicen sus habilidades para generar valor tanto para ellos como para la empresa”, indica.
Marcelo Olguín, gerente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) apunta que un profesional con experiencia práctica tiene mayores oportunidades que uno que no cuenta con esta.
"En muchos casos, la falta de experiencia práctica es una limitación significativa. Las empresas tienen pocos espacios disponibles para acoger a nuevos o futuros profesionales en prácticas preprofesionales. Valoran enormemente que los estudiantes complementen su formación académica con experiencia práctica, ya que esto les aporta mucho valor", afirma.
La práctica, destaca el líder empresarial, dota a los profesionales de habilidades para resolver problemas, versatilidad y la capacidad de encontrar soluciones creativas adaptadas a los entornos en los que operan. Esto permite aplicar la teoría aprendida en el aula al mundo real, aumentando así su atractivo para las empresas.
"Los nuevos profesionales deben ser capaces de resolver una amplia gama de problemas en el ámbito empresarial. Necesitan ser versátiles y tener la creatividad necesaria para, mediante métodos de investigación, producir las mejores soluciones a los desafíos que enfrentan las empresas. Este tipo de profesionales son muy valorados por las empresas, lo que se traduce en una mayor incorporación de estos perfiles", puntualiza.
Melanie Coaquira, reclutadora de agentes en Nacional Seguros, resalta la importancia de la práctica, tanto aquella obtenida en las aulas como en actividades extracurriculares y capacitaciones en empresas.
“La práctica es esencial. Como dice el dicho, ’la práctica hace al maestro’. Hoy en día, tenemos muchas herramientas a nuestra disposición que los jóvenes pueden aprovechar para brindar un buen asesoramiento. La experiencia práctica es fundamental y en Nacional Seguros la ofrecemos desde el primer día, permitiendo a los nuevos empleados desarrollar sus carreras y crecer con nosotros.
Por su parte, Cecilia Miranda, encargada de Recursos Humanos en TIGO, considera que la práctica y la experiencia son equiparables con el aprendizaje teórico, pero que las primeras permiten al postulante un mejor entendimiento del mundo que lo rodea.
“Creo que la experiencia práctica es tan valiosa que el aprendizaje teórico. Puedo compartir una experiencia personal: entré a trabajar en TIGO a los 17 años, recién salida del colegio, y empecé a hacer algunas tareas que no eran tan formales como las de ahora. Esto me ayudó a entender cómo funciona realmente una empresa, qué se requiere y qué se espera de un perfil de un nuevo empleado. Las oportunidades se les darán a quienes estén mejor calificados, y la calificación no siempre se basa solo en lo académico, sino también en tener experiencias prácticas”.
Aprender haciendo
Los profesionales consultados coinciden en que el papel de la academia no puede limitarse a dotar a los estudiantes de sólidos conocimientos teóricos, sino también mostrarles la manera en que estos pueden aplicarlos, en este contexto, hay universidades en el mundo que eligen priorizar el aprender haciendo, entendida como el conjugar el conocimiento teórico, las habilidades prácticas y humanas, en la etapa de su formación.
Gustavo Montaño, doctor en Educación y vicerrector académico nacional de Unifranz señala que, en esta casa de estudios se aplican los llamados “Proyectos Integradores”, los cuales permiten a los estudiantes llevar los conocimientos adquiridos al mundo real, buscando lograr un impacto en la sociedad.
“Estos proyectos se activan mediante el trabajo cooperativo, propuestas de solución a problemáticas propias de la vida profesional proporcionadas por los socios formadores aliados (instituciones públicas y privadas)”.
En los proyectos integradores el estudiante visualiza retos y problemas a solucionar; al ser enteramente prácticos buscan integrar áreas de formación y validar el desarrollo de las competencias profesionales. La evaluación de estos proyectos permite demostrar la formación integral y el fortalecimiento del proceso de aprendizaje-enseñanza.
Los proyectos integradores forman parte de la currícula de formación profesional porque tienen carácter integrador y generan interacción de los conocimientos y aprendizajes de varias áreas de formación, dotando a los nuevos profesionales de experiencia práctica que luego puede ser llevada al mundo real y que forma parte de su formación y hoja de vida.