Las salas de lectura dan cabida a nuevo espacios de interacción, trabajo colaborativo o cowork. El acceso a los libros o documentos sigue vigente para investigadores

27 de enero de 2023, 8:00 AM
27 de enero de 2023, 8:00 AM

Las bibliotecas se encuentran ante el reto de transformarse para no desaparecer. El inexorable avance tecnológico de este nuevo siglo alcanza afecta también a los libros. Datos de la Biblioteca Municipal Mariscal Andrés de Santa Cruz en La Paz dan cuenta que desde principios del nuevo siglo, el número de usuarios bajó casi en un 85%, debido al boom tecnológico a partir del uso masivo del Internet.

El nuevo modo de gestionar referencias bibliográficas obligó a las bibliotecas a adoptar un nuevo sistema de gestión para evitar desaparecer. A modo de ejemplo las bibliotecas universitarias ampliaron sus servicios. Aún mantienen el préstamo de material impreso, pero implementaron servicios de recursos digitales con accesos a bibliotecas virtuales, entre otros.

¿Cuál es el futuro para estos repositorios? Tres expertos en la gestión de libros responden la pregunta. Andrés Zaratti, gestor cultural y exsecretario Municipal de Culturas en La Paz, y Roly Lázaro y Elizabeth Coarite Gutiérrez, responsables de las bibliotecas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Las bibliotecas no están muriendo

“Las bibliotecas siguen teniendo y tendrán secciones dedicadas a los libros y los periódicos porque son una fuente importante de noticias para muchas personas; por tanto, solo se está cambiando las formas de divulgar la información de acuerdo a los cambios en la sociedad”, afirma Roly Lázaro.

El bibliotecario asegura que las publicaciones de investigaciones en material impreso no están muriendo. Los libros, periódicos y otras formas de divulgación científica todavía son populares en nuestro medio. Sin embargo, las bibliotecas de hoy adoptaron el sistema mixto por las necesidades de la sociedad digital. Los libros también están en línea y están al alcance de los interesados en una Tablet, celular o computadora.

La biblioteca como espacio físico, desde siempre, además de cumplir su función de consulta se convirtió en un espacio de interacción y socialización de ideas de quienes son usuarios del lugar, apunta Elizabeth Coarite.  

Zaratti, por su parte, considera que éste es un momento de inflexión para las bibliotecas que deben asumir el reto de transformarse para responder a las demandas de una sociedad cada vez más digitalizada.

“Se podría decir que hay una infinidad de accesos a la literatura y a la información desde las redes o desde el espacio virtual, por lo que las bibliotecas requieren transformarse, incorporarse dentro del espacio virtual, brindar servicios en línea y regenerar interacciones o soportes, por ejemplo, tener telecentros como parte de su espacio”, indica.

Las bibliotecas universitarias o especializadas tienen en su acervo recursos que no están disponibles en Internet como los libros antiguos, periódicos antiguos, revistas locales, manuscritos, mapas, materiales de archivo o material audiovisual. También hay servicios como el de referencia que es orientar al usuario según su requerimiento de información bibliográfica. Se podría decir que hay una alianza implícita para ofrecer mejores servicios al usuario.

“Cuando se dice qué información buscar en bibliotecas, la respuesta es libros de especialidad y, según bibliografía de los planes de estudios, revistas electrónicas indexadas, colecciones de normas, obras de consulta, base de datos en línea, laboratorios virtuales, simuladores, recursos con suscripción que son pagados y que no están de forma libre en Internet, paseos virtuales en 360° de museos importantes del mundo y, sobre todo, recurso de anatomía humana en 3D”, puntualiza Lázaro.

Dentro de un proceso de renovación, es factible tener ofertas de carácter más personal y complementario, como lugares de estudio colaborativo, co-workings, o desarrollar actividades que congreguen gente, donde se pueda discutir y dialogar. Es decir, espacios que no pueden ser sustituidos por el Internet.

El proceso de reinvención de las bibliotecas implica el debate sobre el concepto mismo y, al mismo tiempo, imaginar a la biblioteca como un espacio amplio, dinámico, de diálogo, de encuentro intercultural que no se centre en almacenar conocimiento sino de permitir a la población interactuar, reflexionar, acercarse de forma crítica a estos espacios a través de actividades como los clubes de libros.

Las bibliotecas se transforman en espacios de trabajo colaborativo 


No todo es cierto en Internet

Si bien, hoy en día encontramos mucha información en Internet, no implica que sea información veraz. En Internet también circula mucha información falsa.

“El investigador debe tener cierto criterio al momento de buscar información, pero el mismo no es aplicable a un usuario principiante y ahí es donde las bibliotecas físicas ofrecen servicios veraces”, asegura Coarite.

Las bibliotecas tienen la oportunidad de aprovechar las tecnologías de la información y comunicación, para democratizar, no solo de manera física, sino a través del espacio virtual, el conocimiento que albergan, por ejemplo, archivos, investigaciones propias o material que no es del todo accesible o que no es universal.

También pueden crear dinámicas de interacción con otros espacios, a través de lo digital, o brindar servicios que generen mejores experiencias con los usuarios, como son los telecentros, una experiencia implementada por la Alcaldía de La Paz, con interesantes resultados.