Siete aspectos positivos que derivan de la lectura diaria. Expertos alientan a generar el hábito en edades tempranas

15 de diciembre de 2022, 12:12 PM
15 de diciembre de 2022, 12:12 PM

En un mundo tan tecnológico y audiovisual como el que vivimos, la lectura se ha relegado en muchos lugares. La conectividad que se logra mediante los teléfonos celulares atrapa a grandes y chicos. La atención que consumen estos equipos resta un tiempo importante para la lectura.

Cada vez es más raro regalar un libro a un niño o ver un joven leyendo un libro. Eso sí, durante la pandemia se incrementó la venta de libros y, en consecuencia, se vivió un repunte en la lectura.

Popularmente se señala que ‘la lectura abre una ventana al mundo’. Alude a la posibilidad de vivir una historia, una aventura con cada uno de los libros leídos. El lector se introduce en la narración y toma parte de la frenética aventura como si se tratara de su propia historia. Y todo ello, sucede en la imaginación del lector.

Además de esta posibilidad de viajar por cientos y miles de historias, la lectura diaria conlleva otros beneficios importantes en el campo del crecimiento personal.

1. Incide en la inteligencia emocional

Los personajes que protagonizan cada relato revelan diversas personalidades. Con cada uno de ellos, se logra un aprendizaje al interiorizar su historia de vida personal. Se trata de un principio básico de empatía que redunda en la capacidad para ver las cosas desde una perspectiva distinta.

Las emociones asimiladas traspasan la narración y constituyen una lección para la vida propia

2. Incrementa el vocabulario

Leer enriquece la capacidad expresiva y aumenta el vocabulario usual del lector. Una buena recomendación implica contar con un diccionario al alcance, ahora con el celular a mano es mucho más sencillo, y buscar aquellas palabras que resultan extrañas. A tiempo de conocer su significado, se suma una palabra más para aplicarla en otras oportunidades. En otras oportunidades, es posible identificar el valor de la palabra gracias a la comprensión lectora y contextual.

3. Aumenta el bagaje cultural

Un corsario que navega por los mares de Asía, un viajero que recorre algún país en América Latina o una historia enclavada en cualquier ciudad europea permiten al lector adentrarse en una cultura nueva. Es un hermoso efecto positivo.

Cada libro, desde su primera página, se convierte en un universo desconocido. Al completarlo deja la satisfacción de culminar una obra y, por qué no, alguna anécdota o curiosidad para brillar en una conversación.

4. Corrige y mejora la ortografía

La memoria visual producto de la buena lectura se siente al momento de escribir. Es probable que no nos demos cuenta. Al utilizar una palabra resultará natural escribirla con b o con v, según corresponda. No se requiere una pausa para pensarlo. El cerebro actúa de manera inmediata.

Esta memoria práctica también mejora la capacidad expresiva ya que se asumen múltiples estructuraras para construir frases. Se enriquece, sin esfuerzo, tanto la corrección como el estilo.

5. Alivia el estrés

Tras una jornada de trabajo intensa, es el momento del descanso. Un libro, un espacio propio y un momento sin interrupciones permite recobrar la tranquilidad. Nada más abrir el texto y meterse en el relato, el lector se aleja de las obligaciones habituales para navegar en un mundo de fantasía.

Si además es un momento compartido en familia, también ayudará a cohesionar la convivencia en el hogar. Para ello, elija bien el texto, adecuado a la edad del niño, y compartan el relato juntos.

6. Despierta la imaginación

Una ilustración en ‘El principio’, el libro de Antoine de Saint- Exupéry, muestra el potencial creativo vinculado a la lectura. ¿Se trata de un sombrero, una boa que engulló un elefante, o es qué más puede ser? Durante el recorrido por las páginas de un libro, el lector recrea los escenarios donde se produce la acción. También imagina el proceder de los personajes y, otro ejemplo de imaginación, hay que dotarles de un timbre de voz para dinamizar sus diálogos.

La mente se convierte en un lienzo donde se proyecta una peculiar película. Con cada capítulo, se permite recrear y redirigir la historia en un posible final. Solo la continuidad de la lectura permitirá definir el cierre del relato.

En contraposición del mundo audiovisual, más atractivo y magnético; el mundo de la imaginación es mucho más libre y creativo.

7. Educa la fuerza de voluntad y el compromiso

Como muchos hábitos, la lectura requiere el esfuerzo diario hasta encontrar la rutina adecuada. Es probable que se debe dejar de lado otras actividades, como ver la televisión, por ejemplo, para agarrar un libro. Esta decisión forja el carácter y la voluntad.

El propio Groucho Marx, el actor cómico e histriónico, aludía a esta misma escena con su humor habitual. "Considero que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien enciende el televisor salgo de la habitación y me voy a otra parte a leer un libro". Una sugerencia para engancharse al saludable hábito de la lectura.