La especialista delimita el perfil de un emprendedor y ofrece algunos consejos clave

15 de febrero de 2023, 17:21 PM
15 de febrero de 2023, 17:21 PM

Santa Cruz es tierra de emprendedores. Desde los centros de orientación empresarial y las universidades se motiva a los jóvenes para emprender. El objetivo busca dar el salto desde una idea de partida hasta concretarla en una empresa productiva. El camino es largo y tiene muchas trabas por superar.

La directora asociada del Instituto de la Mujer y Empresa (IME), Xiomara Zambrana, compartió su percepción sobre el perfil de emprendedor actual en Educación y Sociedad, es espacio abierto por EL DEBER para hablar de la innovación educativa y la transformación social.

Zambrana es consciente que muchos proyectos nacer a raíz de una idea que pudiera revolucionar el mercado. Sin embargo, prefiere la cautela y recomienda a todos los emprendedores mirar el entorno social antes de lanzarse a la arena. “No te enamores de la solución o de la idea, sino del problema”, aconseja.

De esta forma, la especialista en acompañar procesos de innovación pone el foco en el “valor social, en atender un problema real y concreto”. Desde ese punto de partida, se irán buscando las soluciones más prácticas y creativas para mejorar.

Un estudio realizado por el IME describe el perfil de la mujer emprendedora. Muchas de sus características son comunes también en los hombres. Zambrana enumera la lista de memoria: “determinación, creatividad, innovación, capacidad de organización, disciplina, perseverancia”: Pero también marca con claridad los rasgos diferenciales que se observan en la mujer emprendedora.

“Se autoperciben como mujeres apasionadas, mujeres valientes y resilientes”, matiza. El promedio de edad oscila entre los 25 y 40 años, si bien no se trata de un dato excluyente. Otro rasgo muy repetido en las mujeres emprendedoras muestra su formación profesional con grado universitario.

La directora del IME tiene claro el camino que se debe seguir para consolidar una idea. Ante todo, “que se capacite”, pide. “Emprender es un proceso que lleva su tiempo y maduración. Formase, apoyarse en mentores que puedan guiar” alivia ese recorrido obligado. Supone, matiza, “que no lo sabemos todo”.

Justamente ahí, Zambrana hace una pausa y se detiene para profundizar la idea. El emprendedor “sabe que va a asumir riesgos” y, por tanto, equivocarse. Peor es importante entender que “reconocer los errores permite ser flexible, creativo, innovador y ayuda a salir del traspié, salir adelante”.

Como parte del proceso de transformación de la idea, sugiere acercarse a las incubadoras de proyectos. “Son espacios de formación para que esa idea de solución tenga un periodo de mejoramiento”, defiende. Desde las incubadoras se fomenta la determinación de modelos de negocio, la definición de públicos y otros aspectos que facilitan el avance en las soluciones.

Además, junto a estas incubadoras es frecuente encontrar el capital semilla que supone el impulso financiero necesario para levantar el emprendimiento.  Con frecuencia, estos capitales provienen de la banca o de inversores ángeles. Y contribuyen a dotar de financiamiento a las ideas que pueden tener un crecimiento acelerado. “No son grandes cantidades”, aclara Xiomara, pero en sí, son un impulso para seguir adelante.