Dos profesionales odontólogas identifican hasta diez problemas vinculados con el uso de piercing en la lengua. Recomiendan una higiene minuciosa al menos dos veces al día

27 de junio de 2023, 11:45 AM
27 de junio de 2023, 11:45 AM

La decisión de colocarse o no un piercing en la lengua es personal. Antes de concretar la utilización de estos objetos estéticos deben estar conscientes de los riesgos y cuidados que esto implica.

Andrea Vargas Ayala y Jacqueline Ibáñez, docentes de la carrera de Odontología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, coinciden en los peligros que un objeto extraño perforado en la lengua puede causar. Identifican hasta diez riesgos derivados de la utilización de estos accesorios estéticos.

Las más preocupantes son las lesiones vasculares provocadas cuando se perfora algún vaso sanguíneo de la lengua, que es un órgano muy vascularizado. Esta lesión produce una hemorragia severa que requiere atención médica urgente.

Sin embargo, la reacción más frecuente es la inflamación de la lengua después de la perforación. En ocasiones se prolonga durante varias semanas y dificulta la alimentación, el habla y la respiración. 

Junto a la inflamación, es muy común los cuadros de dolor. Las molestias se alivian  con colutorios o geles de clorhexidina y antiinflamatorios.

Las odontólogas consultadas también refieren las lesiones nerviosa al afectar algún nervio craneal que inerva la lengua. Las consecuencias de estas lesiones alteran el gusto o la movilidad de la misma. 

Las infecciones son otro de los efectos vinculados con la colocación de un piercing en la lengua. La higiene durante la perforación se convierte en la principal fuente de contagio por bacterias como el estafilococo o el estreptococo. Las sistémicas pueden causar fiebre, escalofríos y enrojecimiento alrededor de la perforación.

En algunas personas, el uso del piercing produce una alergia a los metales. La recomendación de las académicas plantea el uso de materiales menos tóxicos como el oro, el nióbio, el acero inoxidable o el titanio.

Una vez colocado el piercing  surgen otro tipo de riesgos que lastiman la dentadura. Los traumatismos y fracturas dentarias son lesiones comunes por el uso de los piercings intraorales. El contacto continuo del piercing con los dientes puede provocar fracturas, fisuras, abrasiones o desprendimientos de esmalte, que afectan a la pulpa dental y causan sensibilidad o dolor.

Las alteraciones periodontales, otro de los problemas del uso del piercing en la lengua, dañan el tejido gingival y causan recesiones gingivales, que son retracciones de la encía que exponen la raíz del diente.

Finalmente, las odontólogas identifican la acumulación de placa bacteriana y formación de cálculo como consecuencia del uso constante del piercing. Del mismo modo, la pieza metálica incide en la posición dentaria y altera la misma.

Piercing en la lengua

El uso de estos piercing se ha popularizado entre la población joven


Un estudio realizado en Suecia por Bone y colaboradores, y publicado en Journal of Periodontology, examinó el estado de los dientes y las encías de 58 pacientes que llevaban piercings en la lengua. Encontró que el 50 % de los pacientes presentaron daños en los dientes, el 26 % de los pacientes sufrió retracción de las encías y un 7 % de los pacientes tuvo fracturas dentales, que necesitaron tratamiento restaurador o endodóntico.

El estudio describe también que el 3 % de los pacientes tuvo infecciones locales, como abscesos o celulitis, que requirieron tratamiento antibiótico o quirúrgico, otro 2 % de los pacientes tuvo alergias o hipersensibilidades al material del piercing, que se manifestaron como erupciones cutáneas, edema o prurito.

Para evitar o minimizar estos riesgos, las personas que deciden colocarse un piercing en la lengua deben seguir una serie de cuidados, según la doctora Ibáñez.

Elegir un profesional cualificado y un local higiénico para realizar la perforación, es fundamental. Además de asegurarse de que se usen instrumentos esterilizados y desechables. La elección de un piercing de material biocompatible como acero quirúrgico, titanio o silicona plástica es imprescindible. 

Del mismo modo, la limpieza del piercing dos veces al día con un colutorio sin alcohol o una solución salina, cepillar los dientes después de cada comida, usar hilo dental y revisar el piercing periódicamente son algunas de las recomendaciones que ofrecen las profesionales.

Las especialistas recomiendan que ante cualquier problema derivado del uso del piercing, como los mencionados anteriormente, se acuda al odontólogo y se valore la posibilidad de retirar el piercing.