Pluvi, una solución ecológica y sostenible que aprovecha la lluvia contra la escasez del agua
Uno de los problemas mundiales es la escasez de agua. Las fuentes de agua son finitas y, con los cambios climáticos, este problema se está agravando. No es solo un problema en Brasil, sino en todo el mundo, sostiene Isabelle Câmara, socia fundadora y CEO de la startup.
La escasez de agua potable es uno de los problemas más importantes de los últimos años. La deforestación, el cambio climático y la expansión de las ciudades han hecho que este recurso sea cada vez más difícil de asegurar; sin embargo, proyectos como Pluvi convierten el agua de lluvia en potable, ayudando a familias que viven desconectadas de las redes de distribución tradicionales.
Según ONU-Hábitat para el 2030 se espera que el consumo del agua aumente en un 40%, producto del cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico.
Uno de los problemas mundiales es la escasez de agua. Las fuentes de agua son finitas y, con los cambios climáticos, este problema se está agravando. No es solo un problema en Brasil, sino en todo el mundo, sostiene Isabelle Câmara, socia fundadora y CEO de la startup.
“Además, la calidad del agua que llega a las personas no siempre es buena, lo que puede afectar su salud. Vemos también que cada vez más enfrentamos desastres ambientales como inundaciones y deslizamientos de tierra debido a los cambios climáticos. En este contexto nace Pluvi”, reflexiona.
El agua es fundamental para la salud pública, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. Según datos de ONU Habitat, solo alrededor del 0.01% del agua en la Tierra es potable, y esta cantidad disminuye cada año debido a la contaminación.
Câmara participó del Futures Week 2024, un encuentro que reunió a una treintena de expertos nacionales e internacionales de distintos campos del conocimiento con más de un millar de jóvenes con el objetivo de desarrollar y proyectar soluciones para los problemas de las ciudades del futuro. El encuentro fue organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz y se llevó a cabo, simultáneamente, en las ciudades de El Alto y Cochabamba.
Câmara indica que su startup nació en la Universidad Federal de Pernambuco, de la mano de un grupo de ingenieros, arquitectos y profesores, gracias a una investigación que tomó 17 años.
“Nos preguntamos cómo podemos utilizar el agua de lluvia desperdiciada para mejorar la calidad de vida de la población de manera económica y sostenible. Así nació Pluvi, un dispositivo para la captación, almacenamiento y tratamiento de agua de lluvia sin productos químicos”, comenta.
La experta expresa que la tecnología desarrollada por el equipo ha sido certificada y premiada en Brasil y a nivel internacional.
“En 2024, hemos producido más de dos millones de litros de agua potable en Recife, con 77 sistemas instalados y esperamos llegar a 90 unidades a fin de mes. Nuestro objetivo para 2025 es cuadruplicar la operación y expandirnos a otras comunidades afectadas por deslizamientos de tierra, así como a otros estados”, indica.
Câmara explica que ese número equivale a 200 camiones cisternas, y que ahora se busca expandir la operación a otros estados, de manera de tener una vitrina para mostrar sus logros en la COP 30 que se realizará el próximo año.
“El próximo año estaremos instalando nuestros sistemas en la isla de Combú y en la ciudad de Belén do Pará, donde será la sede la Conferencia de Naciones Unidas para hablar sobre cambios climáticos. Llevaremos nuestros equipos a comunidades que no tienen agua hace años, a veces décadas, que sufrieron deslizamientos hace 15 años y que ahora no están conectadas a la red y tienen que subir escaleras con baldes para poder tener agua en sus casas para sus actividades diarias”, señala.
De la misma manera, se busca escalar la producción de manera industrial, para lo cual se está trabajando con las unidades de educación y salud de varios Estados de Brasil, así como la propia Universidad Estatal de Pernambuco, donde el 75% del agua que se utiliza corresponde a agua de lluvia.
Pluvi contribuye al objetivo 8 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas porque facilita el acceso universal a agua potable aprovechando la lluvia. “Queremos ser referencia en soluciones sostenibles de agua, trabajando con ética, compromiso, colaboración e innovación”, asegura.
Una opción para Bolivia
Para la experta, la crisis hídrica es un desafío global que afecta tanto a Bolivia como a Brasil. En Brasil, regiones con poca lluvia han implementado proyectos de captación de agua de lluvia, tratándola como un tesoro invaluable. En las zonas urbanas del sur, donde la necesidad es mayor, se están instalando sistemas de captación en viviendas.
Un ejemplo concreto es un proyecto en el que cada metro cuadrado de techo puede captar un litro de agua por cada milímetro de lluvia. Una lluvia de 14 milímetros puede proporcionar suficiente agua para una familia de cuatro personas durante una semana para sus necesidades diarias, como beber, cocinar y limpiar. Este proyecto no solo mejora la disponibilidad de agua, sino que también eleva la calidad de vida y la dignidad de las personas.
“Es esencial cambiar la mentalidad hacia el uso del agua de lluvia, viéndola como un recurso valioso y no como algo indeseable. Las comunidades que han pasado por eventos climáticos extremos ahora ven en la captación de agua de lluvia una defensa vital”, manifiesta.
Finalmente, según Isabelle Câmara, la captación de agua de lluvia es una solución efectiva para la crisis hídrica, especialmente en zonas urbanas y periféricas, proporcionando seguridad y mejorando la calidad de vida de las personas.