Gabriel Mendoza, médico con especialidad en Patología, alerta sobre los riesgos del consumo frecuente de vapes. Al igual que el cigarrillo, pueden derivar en un cáncer de pulmón

9 de octubre de 2024, 15:00 PM
9 de octubre de 2024, 15:00 PM

Las generaciones más jóvenes están enfrentando en la actualidad una serie de nuevas enfermedades y condiciones de salud que no se veían hace 20 o 30 años. Estos problemas están relacionados con el uso de dispositivos modernos como los cigarrillos electrónicos (vapes), auriculares y teléfonos móviles, entre otros.

Gabriel Mendoza, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explora cómo estos dispositivos están afectando la salud de los jóvenes. “Se trata de patologías que van en aumento en nuestra sociedad y que están ocupando un lugar destacado junto a otras que, como el alcoholismo y la drogadicción, eran protagonistas”, explica.

Cigarrillos electrónicos: un riesgo emergente

El uso de cigarrillos electrónicos ha aumentado significativamente entre los jóvenes, y con ello, también han surgido nuevas enfermedades.

Datos recientes de la Organización Panamericana de la Salud (OMS) muestran que 7,4 % de la población boliviana consume tabaco, en su mayoría jóvenes entre 12 y 24 años. De ellos, 9,6% prefiere los cigarrillos electrónicos.

“Esta cifra es bastante alarmante tomando en cuenta que quienes consumen cigarrillos electrónicos tienen al menos el doble de posibilidades de fumar cigarrillos más tarde en su vida, y que además están expuestos a otros daños, producto de la gran cantidad de compuestos químicos que estos contienen”, sostiene la representante de la OPS en Bolivia, Alma Morales Salinas.

Aunque inicialmente se promocionaron como una alternativa más segura al tabaco, estudios recientes han demostrado que los cigarrillos electrónicos pueden causar graves problemas de salud, entre ellos el cáncer.

Entre los efectos más preocupantes se encuentran las enfermedades pulmonares graves, que en algunos casos han requerido hospitalización. Además, la nicotina presente en estos dispositivos es altamente adictiva y puede afectar el desarrollo cerebral de los adolescentes.

Al principio, el cigarrillo electrónico fue una opción o sustituto para aquellas personas que querían dejar el cigarrillo, pero también se ha visto que, dependiendo la marca, algunos tienen nicotina y otros, adicionalmente, saborizantes.

“Se ha visto que inclusive estos cigarrillos electrónicos tienen cancerígenos y uno de ellos es la Nitrosamina (sustancia química que se encuentra en los productos de tabaco y en el humo del tabaco, que pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer en los seres humanos) que es un cancerígeno muy potente que puede causar lesiones pulmonares, aproximadamente, 10 a 15 años después de haber usado diariamente estos cigarrillos”, explica el médico.

Además, el vapor que presentan tiene también sustancias aceitosas, como el glicerol que se acumula en los pulmones y puede provocar la acumulación de grasa.

“Hay una enfermedad nueva provocada, justamente, por el cigarrillo electrónico. Me refiero a la neumonía lipoidea (causada por la aspiración de agentes oleosos) que desde hace un año es catalogada como enfermedad reciente en España”, dice el médico.

Aunque la OMS afirma que todavía es muy temprano para determinar las consecuencias que tiene fumar cigarrillos electrónicos, se ha estipulado que son productos perjudiciales para la salud, al igual que el consumo de tabaco. 

La propia OMS presenta un listado de consecuencias o afecciones que se derivan del consumo de cigarrillo y vapes. Desde el aumento del riesgo de enfermedades cardíacas o el incremento de la posibilidad de desarrollar trastornos pulmonares hasta la posibilidad de exponerse a lesiones físicas como quemaduras por explosión o mal funcionamiento.

Además, el fumador compromete la salud de los no fumadores ya que éstos también se exponen a la nicotina y a otras sustancias nocivas expulsadas por el mismo fumador. 

Auriculares y cambios fisiológicos

El uso constante de auriculares ajustados está provocando cambios físicos en los jóvenes. Estos dispositivos, al ser utilizados durante largos periodos, pueden modificar la estructura del cráneo, especialmente en individuos que aún están en pleno desarrollo. La presión constante de los auriculares puede causar deformaciones y afectar la fisiología normal del cráneo.

“Los dispositivos auriculares están modificando el cráneo; todo el día esos jóvenes están usando un auricular aprieto y, como ellos están en pleno desarrollo, está modificando su fisiología”, indica el galeno. 

Teléfonos móviles y nuevas condiciones de salud

El uso excesivo de teléfonos móviles también está generando nuevas condiciones de salud. Problemas como el “cuello de texto” (dolor y rigidez en el cuello debido a la postura inclinada) y la fatiga ocular digital son cada vez más comunes. Estos problemas no se observaban con tanta frecuencia en generaciones anteriores y ahora están afectando a un número creciente de jóvenes.

El tabaco y sus consecuencias

El tabaco sigue siendo la principal causa de cáncer prevenible en el mundo, siendo el cáncer de pulmón el más común entre los fumadores.

La nicotina, un químico presente en el tabaco, es responsable de la adicción, ya que libera dopamina en el cerebro, proporcionando una sensación de placer y alivio temporal de la ansiedad. Sin embargo, esta adicción lleva a un consumo continuo y a la exposición a más de 50 sustancias cancerígenas que afectan no solo a los pulmones, sino también a otros órganos como la boca y la vejiga.

“El humo del tabaco produce inflamación en los bronquios, o sea una bronquitis, que se vuelve crónica. Los pacientes ya no pueden respirar normalmente y el moco que se produce en las vías respiratorias se queda estancado (…)”, dice el médico.

Es crucial que las generaciones más jóvenes sean conscientes de los riesgos asociados con el uso de estos dispositivos modernos. La educación y la regulación son esenciales para prevenir que estas nuevas enfermedades se conviertan en epidemias. Los padres, educadores y profesionales de la salud deben trabajar juntos para proteger la salud de los jóvenes y asegurar un futuro más saludable para todos.