Un estudio revela que el 48 % de casos de violencia suceden en el entorno familiar y el 26% de casos en un entorno social.

16 de diciembre de 2022, 15:55 PM
16 de diciembre de 2022, 15:55 PM

Un reporte de la Fiscalía recoge más de 4.000 denuncias por delitos de violencia sexual en Bolivia solo hasta octubre de 2022. En comparación con el periodo anterior, se observa un incremento sustancial de denuncias, pues en 2021 se contabilizaron poco más de 1.000 denuncias.

Entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año, Bolivia registró 83 feminicidios y 35 infanticidios, según informe del director de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida y la Integridad Personal, Sergio Fajardo. La autoridad detalló cifras comparativas con años anteriores: en 2020 atendieron 106 feminicidios y en 2021, 101. 

Según los datos policiales, la mayor prevalencia de feminicidios se registró en La Paz con 34 casos. Le sigue Santa Cruz con 18, Cochabamba con 10, Potosí con 7, Tarija con 6, Beni con 3, Oruro con 3 y Chuquisaca con 2.

Un estudio realizado por el Observatorio de Medios de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS) desglosa los tipos de violencia registrados en el país y reflejados a través de los medios de comunicación. 

La investigación académica revela que de las 77 noticias publicadas en medios de prensa durante noviembre de este año, 37 sucedieron en un entorno familiar (en el mismo seno del hogar), 20 en un entorno social, 12 en instituciones públicas del Estado, 5 en el trabajo y 3 en el ámbito educativo.

El informe
 muestra que el 34 % de los casos de violencia en Santa Cruz son de tipo sexual y el 32% se encuadran en la violencia física. 

Sobre la relación de la víctima con el feminicida, los datos policiales coinciden con los resultados de investigación. En la mayoría de los casos, el agresor mantiene una relación cercana a la víctima. En 24 casos el feminicida ha sido un conviviente, en 18 se trata de un enamorado.  El esposo es el victimario en 8 feminicidios. Las ex parejas son los responsables de 13 asesinatos. En 12 oportunidades no se estableció una relación directa entre la víctima y el agresor y en 9 no se determinó el feminicida.

Romper barreras

Nataly Aragón es sicóloga y catedrática en la UPDS. Desde su experiencia académica y terapéutica ayuda a las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia.

¿Por qué una mujer justifica el maltrato por parte de su pareja?

Primero diré que una mujer u hombre aprende de las relaciones de pareja de sus padres o cercanos. Así que, implícitamente, el como soy y permito reaccionar y amar a mi pareja, lo aprendí del medio familiar. En ese sentido aprendemos a permitir desde donde aprendimos. Por ejemplo; si desde niña aprendí que el amor todo lo perdona, quizá yo de adulta tome una posición de ser condescendiente y me vincularé con el otro desde donde aprendí. 

¿Puede cambiar el comportamiento de un hombre violento?

El aprender a estar en una relación es cuestión de dos, donde valores, acuerdos y sueños se unen. Son acuerdos llenos de lo cotidiano, donde además debe primar mi individualidad.

Por eso no podemos pretender cambiar a alguien, eso es responsabilidad de uno mismo; pero si presionamos o exigimos también es violencia y si exijo o pido cambio es solo mi necesidad de no aceptar la realidad de la conducta del otro. Por eso es responsabilidad de uno mismo ir a terapia o buscar ayuda;  recordar que como pareja soy solo la que acompaño, al querer cambiarlo estaría actuando como su cuidador o madre. Para que no suceda hay que comunicar a tiempo, antes de los primeros actos violentos.

¿Por qué tardan tanto tiempo en darse cuenta de que están siendo maltratadas?

Por las creencias y juicios de la sociedad. Pero si analizamos; imaginemos que tengo mi pareja y me estoy dando cuenta de que existe violencia, ahora me toca decidir si quiero afrontar el dolor y dimensionar mi soledad,  o afrontar el conjunto de responsabilidades por mí misma. Estas condiciones frenan el proceso de decir adiós para cortar la violencia. 

Otro factor alargador es la ambivalencia; imaginemos que a veces soy el universo para el otro y otras veces me hace andar en el desierto, esto crea duda y confusión pues sostiene la ilusión y alarga el decir adiós.

Esconden los hechos de violencia a la familia ¿Cuesta denunciar las agresiones de la pareja?

Para que una persona se atreva a denunciar necesita romper barreras, una de las primeras a romper es no tener duda del “si me ama o no” recordando que lo que está en juego es el amor. Además se requiere tener fuerza, es decir, sacar mi lado agresivo para defenderme y poner límites, por eso cuesta denunciar. La siguiente barrera es el sistema policial y demás procesos que no facilitan la denuncia. Imaginemos, si ya me hicieron daño y estoy maltratada, tengo además que permitir que me maltrate el sistema para denunciar y estas características no facilitan las denuncias.

¿Qué señales deben advertirnos de una pareja violenta?

Cuando una pareja sobrepone el interés o necesidad de su pareja sobre la suya, considerándolo como un acto de amor y desprendimiento, surge la dinámica del poder y control que dan inicio a la violencia y en ese momento se rompe el vínculo amoroso. 

Desde este punto puede surgir cualquier tipo de violencia; pues en esta dinámica por permitir, por ceder tanto; empiezan a surgir los cuestionamientos de las decisiones personales; seguidos de actos de control y manipulación, donde la agresividad se incrementa y el estar juntos se convierte en “me perteneces”. De este modo, la agresividad se convierte en cualquier tipo violencia. 

La primera señal de alerta surge al perder mi individualidad y ceder en nombre del amor. Debo revisarme y detenerme para así evitar cualquier acto violento y de ese modo lograr el autocuidado y respeto entre pareja.