Sonia Calizaya tiene los pies inquietos sobre la pista olímpica, siempre corriendo, siempre en movimiento

15 de octubre de 2024, 9:00 AM
15 de octubre de 2024, 9:00 AM

Sonia Calizaya tiene los pies inquietos sobre la pista olímpica, siempre corriendo, siempre en movimiento. A sus 48 años, la atleta sigue entrenando y desafiando sus propias marcas y exigiéndose cada vez más, un hábito que forma parte de su vida diaria y que la acompaña desde hace tres décadas, dos veces por día, cinco días a la semana.

A los 18 años descubrió su vocación, pero ya desde antes, viendo a sus hermanos Mamerto, Policarpio y sus hermanas Dionisia y Justina competir, el gen del deporte despertó en ella.

“Ver a mis hermanos viajando para competir, con sus deportivos de La Paz o Bolivia siempre me llamó la atención y cuando terminé el colegio y empecé mi formación como profesora de educación física descubrí mi talento y eso me impulsó a entrenar más”, cuenta.

Los ojos fijos en el objetivo que tenemos delante, con disciplina y constancia, preparación y entrenamiento, son las herramientas necesarias para triunfar, tanto en la vida como en una carrera 5K.

Con esa misma disciplina, centenares de jóvenes se preparan para participar, el sábado 26 de octubre, en la carrera 5K Unifranz a desarrollarse en la ciudad de El Alto, organizada por la Universidad Franz Tamayo, a través de su Fundación. El evento deportivo tiene un fin solidario y requerirá de todo el esfuerzo de los corredores.

La inscripción a esta carrera, que consiste en la donación de alimentos no perecederos, enfatiza la importancia de la solidaridad y el compromiso social, valores también remarcados por Sonia Calizaya.

Debemos creer en nosotros mismos

A través de su historia, la atleta olímpica, fisioterapeuta y profesora de educación física motiva a sus alumnos con miras a una competición y nos invita a creer en nosotros mismos y en apuntar cada vez más alto, poniéndonos metas más ambiciosas en cada ocasión.

Sus entrenamientos la llevan muchas veces a las largas avenidas de la ciudad de El Alto y a los caminos que parten de la ciudad más joven de Bolivia, ubicada a 4.000 metros de altura, una prueba de resistencia que fortalece tanto su cuerpo como su espíritu.

Con la visión de que el deporte puede ser un vehículo no solo para el desarrollo personal, sino también una forma generar un impacto positivo en la comunidad, los atletas participantes podrán experimentar el poder de la disciplina en acción, mientras contribuyen a un objetivo común de apoyo social y ayuda a los demás.

El camino hacia la gloria

Al poco tiempo de iniciar su camino como atleta, Sonia, de la mano de su único entrenador, su hermano Policarpio, ganó su primera medalla, en un campeonato departamental.

“Esta experiencia me animó a ponerme metas más ambiciosas, a largo plazo, siempre con la mira en más y mejores logros”, confiesa.

Los pies inquietos de Sonia la llevaron lejos, a los Panamericanos, a los Bolivarianos, a mundiales y hasta los Juegos Olímpicos de Beijing (China) en 2008.

Calizaya remarca que la disciplina y la constancia, que uno va haciendo a lo largo de su camino no solamente nos marca en el deporte, sino en toda la vida, ya sea en el estudio o en el trabajo, la disciplina y los objetivos son el motor que nos permite avanzar.

“Si no tenemos metas, no vamos a tener una disciplina para llegar a los objetivos que nos trazamos”, acota.

Sonia admite que, en medio de la determinación y la realización, también existen momentos de duda e introspección, en los cuales el peso del mundo parece caer sobre la atleta, momentos en los que es importante mantenerse enfocado para no caer ante la tentación de rendirse.

“Estando en el cuarto de preparación, antes de la llamada a correr es un momento en el que las dudas te pueden sobrecoger, cuando no sabes qué haces allí, si lo harás bien, si vale la pena el esfuerzo, es importante mantener el enfoque y perseverar en nuestros objetivos en esos momentos”, afirma.

Correr con propósito

A pesar de las dudas, Sonia señala que, segundos antes de pisar la pista, las dudas se disipan y la meta es todo lo que importa, impulsada por el viento de los bolivianos que siguen sus carreras y la determinación de estar representando al país.

“Correr con los colores del país conlleva una gran responsabilidad y orgullo, es un momento de realización. Tener a los ojos del país sobre mí, a pesar de que hasta hace unos meses no me conocían es una experiencia enorme, un impulso para romper mis propios límites y dar lo mejor de mí”, acota.

El correr con un propósito es fundamental, como Sonia, el hacer del deporte una experiencia de vida y en el caso de la carrera 5K además el aportar con tu inscripción con víveres (fideo, arroz, enlatados) a cientos de personas en situación de calle.

Además de ser una prueba de resistencia física, de disciplina y determinación, la 5K Unifranz también busca generar un impacto social. La inscripción consistirá en la donación de alimentos no perecederos como arroz, fideos, azúcar y enlatados, que serán destinados a personas de escasos recursos a través de la Fundación Unifranz.

“Esta carrera 5K tiene el propósito de comunicar y fortalecer un lazo muy particular que hemos desarrollado, que es la capacidad de hacer cosas creativas e innovadoras en nuestras comunidades y, a partir de ellas, generar un apoyo social, que es el centro de nuestra acción”,  expresa María del Pilar Hidalgo, directora de la Fundación Unifranz.

Según Hidalgo, la 5K no es un simple homenaje a la gente que le encanta el deporte en un lugar, sino que permitirá a los participantes correr con propósito y el propósito es ayudar a los demás, convocarlos para que a través de esta donación simbólica puedan apoyar a diferentes albergues de El Alto mediante la entrega de canastas familiares que van a ser donadas a albergues y personas en situación de vulnerabilidad.

Para participar, los interesados pueden realizar la donación de un kilo de arroz, azúcar, harina, o aceite, Sin embargo, Hidalgo resalta que se espera que la solidaridad de la gente supere lo mínimo solicitado.

“Sabemos de la generosidad de la gente y sabemos que van a llevar más de un kilo de alimentos. También se pueden donar conservas, condimentos, enseres, todo eso también no sirve muchísimo y sabemos que la generosidad se va a multiplicar. Esta no es una inscripción de dinero, es una inscripción de solidaridad, de amor hacia el otro y sabemos que eso va a ser muy particular todo el proceso”, agrega la directora del brazo social de la universidad.

El evento deportivo es posible gracias a la colaboración del Gobierno Municipal de El Alto. El objetivo es aumentar la participación y reactivar el turismo local, mostrando a El Alto como un destino con una vibrante cultura y una comunidad solidaria.

“Correr por la ciudad, por la cultura y por quienes esperan una mano amiga”, es el mensaje que resuena en el manifiesto del 5K Unifranz, una invitación clara a formar parte de algo más grande.

A medida que se acerca la fecha, la expectativa crece. Atletas, aficionados y ciudadanos de todas las edades podrán dar lo mejor de sí, sabiendo que cada paso deja una huella en su propia vida y en la de otros.

Los interesados en participar pueden registrarse en el enlace  https://eventos.unifranz.edu.bo/unifranz-5k#register y, una vez registrados, dejar su donación a Unifranz El Alto (Av. del Aeropuerto Internacional de El Alto N°1015).