Tony Suárez, el fotógrafo del Illimani que fue testigo de 5 olimpiadas, mundiales y lanzamientos espaciales

Sus ojos parecen estar constantemente sobre el visor de una cámara, con la boina inclinada y media sonrisa, Tony Suárez trata siempre de mantener el encuadre cuando mira una situación o conversa con una persona, una habilidad que lo llevó alrededor del mundo, atestiguando al menos cinco juegos olímpicos, cinco mundiales y un lanzamiento espacial, memorias que atesora casi tanto como observar el Illimani cada mañana.

Suárez se define como un fotógrafo apasionado nacido en Cochabamba, pero al final del día, un boliviano de todas partes. “Mi padre es cochabambino, mi madre chuquisaqueña, mis hijos paceños y mi esposa beniana. Por eso, mi amor por la fotografía recorre todo el país”.

Su cámara lo ha llevado por todo el mundo, presenciando hechos históricos, eventos deportivos, ciudades ocultas y paisajes majestuosos. Estas son algunas razones que lo llevan a compartir su historia en la charla TEDx Unifranz 2024, el próximo 28 de noviembre en La Paz.

“La fotografía me ha llevado a viajar por el mundo. He tenido la suerte de asistir a los primeros vuelos de transbordadores, cinco olimpiadas, cinco copas del mundo en fútbol y muchos otros eventos importantes, incluyendo transmisiones de mando presidencial en Estados Unidos. También he viajado extensamente por Bolivia, explorando todos sus departamentos y, en La Paz, he podido observar y fotografiar al Illimani casi a diario”, expresa.

Sus fotografías fueron expuestas en La Paz, Santa Cruz, Nueva York, entre otras ciudades del mundo. Tuvo como profesores de fotografía a Philip Halsman, Lisset Model, Leonard Freed y Neil Leifer.

Participó en varios libros de fotografía entre los que se destacan, Illimani Santo, Salto al Futuro, La historia de la selección en el Mundial USA 94, Entre Ángeles y diablos y Los cimientos de La Paz, Tarija y Santa Cruz, entre otros más.

Suárez cuenta que el debía ser arquitecto, pero que un día, mientras recorría las calles de Nueva York, documentando las formas de los rascacielos, compró una cámara y una relación simbiótica nació, el lente expandió su visión y su curiosidad dio vida a los rollos de película que cargaba.

“Mi pasión por la fotografía surgió mientras estudiaba arquitectura. Comencé a notar detalles en las calles que capturaban mi atención. Decidí comprar una cámara, una Asahi Pentax, para fotografiar esos detalles. Pedí consejos a personas con experiencia en fotografía y empecé a tomar fotos. Mis amigos elogiaban mis fotos, lo que me motivó a tomar cursos de fotografía. Pronto dejé de lado la arquitectura para dedicarme completamente a este arte”, cuenta.

Con el tiempo, sus fotos llamaron la atención de la gente indicada y comenzó a trabajar en la reconocida revista Time, primero en el laboratorio fotográfico, aprendiendo el oficio, para luego pasar a ser asistente y finalmente como fotógrafo por más de 20 años, para luego retornar a su Bolivia natal, donde por más de 30 años ha retratado al país.

“Comencé mi carrera en la revista Time, trabajando primero en el laboratorio y luego en el departamento de noticias. Fui el primer y único asistente fotográfico de la revista antes de ser nombrado fotógrafo oficial. Tras regresar a Bolivia, continué mi carrera durante más de 30 años, fotografiando una amplia variedad de eventos y trabajando tanto de manera independiente como con diversos medios, desde la prensa hasta el arte”, recuerda.

Esa sensibilidad artística lo impulsó a retratar al Illimani casi diariamente por cerca de 4 años, preparando “Illimani Santo”, una colección que homenajea al guardián de La Paz en todas sus facetas.

“La Paz no sería La Paz sin él, es el que nos cuida, nuestro ángel guardián. He fotografiado el Illimani casi a diario por mucho tiempo y sigo fotografiándolo y nunca es igual, eso me inspiró a hacer un libro sobre él”, dice.

El libro de fotografías Illimani Santo fue impreso en un gran formato y es posiblemente el libro de fotografía más grande hecho en Bolivia: abierto mide 1,38 metros. Por esta razón, solo se imprimieron 500 ejemplares numerados y firmados por el artista.

“El Illimani es tan majestuoso que no podía ser impreso en un formato menor. El Illimani es La Paz y este libro es la convivencia que todos tenemos”, explica Suárez.

Un trabajo constante

Para Suárez, la fotografía ha sido una pasión desde que la descubrió.

“Mi objetivo siempre ha sido ser fotógrafo, y dediqué más de 10 años a alcanzar este sueño. Defino la fotografía como un trabajo constante que requiere constancia y dedicación, donde el éxito es un 2% inspiración y un 98% esfuerzo”, expresa.

Por esta razón, el fotógrafo anima a los jóvenes a dedicarse plenamente a su pasión, sea cual sea ésta, comparando esta dedicación con la de un cura que se convierte en predicador.

“Insisto en la importancia de la constancia y el trabajo diario para alcanzar el éxito”, agrega.

Este consejo cobra mucho sentido para Suárez, que considera que dedicarse a la fotografía es un camino lleno de obstáculos, pero que intentarlo vale la pena completamente.

“Reconozco que vivir de la fotografía en Bolivia es muy difícil, pero admiro a quienes lo logran por su amor y dedicación. Considero que estos fotógrafos tienen un gran valor y destacan por su pasión. Deseo que los jóvenes aprendan la importancia de tener un objetivo claro y luchar por alcanzarlo, manteniendo siempre su meta en mente, sin importar los desafíos”, finaliza.

Antonio Suarez Weise, más conocido como Tonny Suarez, será speaker del TEDx Unifranz 2024, una iniciativa de la Universidad Franz Tamayo. Junto a Suárez estarán  Álvaro “Conejo” Arce, músico, productor, DJ y pionero de la música electrónica en Bolivia; Susana Machicao,  comunicadora, diseñadora y gestora cultural y directora de la Bienal de Diseño y Cartel Bolivia BICeBé; Grecia Bello, ingeniera electrónica con visión social, experta en robótica industrial, investigadora Fabricademist  y coordinadora del FabLab Santa Cruz y Milan M.A. González, poeta, corresponsal de guerra y periodista.

Por cuarto año consecutivo Unifranz impulsa la iniciativa.  “Creemos en el poder de las palabras para transformar vidas, por ello impulsamos las charlas TEDx Unifranz, como un escenario de reflexión, debate, co-creación de futuros y desarrollo del pensamiento crítico. Este tipo de espacios son imprescindibles en estos tiempos de incertidumbre  para inspirar y juntos  construir un mundo mejor”, asegura Verónica Ágreda, rectora de la casa de estudios superiores.