En París se mostrará por primera vez al público una colección excepcional que acumula piezas de arte de cuatro siglos de maestros como Goya, Van Gogh, Rothko y Freud

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1 de marzo de 2017, 17:47 PM
1 de marzo de 2017, 17:47 PM

De Zurbarán a Barceló. Cuatro siglos de arte atesorados por la multimillonaria española Alicia Koplowitz, que decidió compartir por primera vez con el público su excepcional colección en una exposición en París.

Un total de 53 obras de grandes maestros como Goya, Van Gogh, Picasso, Modigliani, Rothko y Freud serán exhibidas a partir del viernes en el museo Jacquemart-André, en una muestra que más que trazar la historia del arte busca reflejar la personalidad de su propietaria y su relación íntima con estas joyas.

Por eso el lugar elegido es la antigua morada de otra coleccionista apasionada, Nélie Jaquemart, que junto a su esposo, reunió un impresionante conjunto artístico entre los siglos XIX y XX. Su elegante palacete es ahora un museo repleto de tesoros, que alberga muestras temporales en lo que antaño fueron los espacios de vida.

"Nos sedujo la idea de aliar estas dos mujeres, que coleccionan con fines privados y compran según sus gustos", dijo el comisario de la exposición, Pablo Melendo.

Koplowitz, novena fortuna de España con 2.400 millones de dólares, según Forbes, empezó a adquirir sus obras hace casi tres décadas. "Compraba lo que le sorprendía, le gustaba", con un interés "enciclopédico", dijo Melendo.

El arte, un 'escudo'

Discreta, introvertida, esta celebridad española de 62 años, que estudió en el Liceo Francés de Madrid, decidió exponer parte de su colección en París, como quien expone su biografía.

"El coleccionista es aquel que trata de prolongar las diferentes etapas de su vida a través de las obras que guarda junto a él", escribe Koplowitz en la presentación de la exposición.

Koplowitz no ha podido evitar que su vida fuera de dominio público: su matrimonio y divorcio del empresario Alberto Cortina, sus negocios o su relación con su hermana Esther, a quien le vendió su parte en la empresa inmobiliaria heredada de su padre, un judío que huyó del nazismo.

Coleccionar arte, afirma en el texto, es un "camino iniciático" emprendido a los 17 años, que "me ha servido de escudo frente a las vicisitudes de la vida", afirma esta financiera. Quizás por ello muchas de las obras expuestas son retratos de mujeres, en su alegría, tristeza o soledad. 

"Hércules y Onfala", de Francisco de Goya, es por ejemplo el encargo de un hermano del rey Carlos III, el infante Luis, un cardenal que se enamoró perdidamente de una mujer. Hércules aparece en actitud humilde enhebrando una aguja ante la mirada atenta de una joven con un costurero. Es una pintura "irónica", sobre hasta qué punto la belleza femenina vuelve vulnerable al hombre, dijo el comisario.

Matrimonio a la fuerza

El "Retrato de Doña Ana de Velasco y Girón" (Juan Pantoja de la Cruz, 1603), un óleo encargado por el duque de Frías antes de la boda de su hija en Portugal, revela la expresión contrariada y entristecida de la joven prometida.

Koplowitz "se interesa por la historia que hay entre el artista y su mecenas", dijo Melendo.

Del siglo XX, la multimillonaria española adquirió "pequeños tesoros" como obras de Toulouse-Lautrec, Van Gogh y Juan Gris. De Picasso posee algunos cuadros "poco evidentes", como "Torso de Mujer", pintado en la campiña catalana en 1906 y del que destacan los colores cálidos, mediterráneos.

Un Modigliani, "La pelirroja con colgante" (1918), es un retrato de una de sus modelos más recurrentes, que posa con una actitud de reproche frente a quien la pinta. 

La muestra, abierta hasta el 10 de julio, expone también paisajes africanos de Miquel Barceló, obras de maestros del expresionismo abstracto como Rothko y esculturas de Giacometti y Louise Bourgeois.