El autor se desafía a desentrañar los enigmas a medida que transcurre la historia subiendo en espiral

12 de mayo de 2023, 15:32 PM
12 de mayo de 2023, 15:32 PM

No es una película fácil. Sí sorprendente. Una montaña rusa de emociones, incógnitas y atajos. El autor se desafía a desentrañar los enigmas a medida que transcurre la historia subiendo en espiral.

Amancaya, Amancaya… llorarás cuando me vaya, es una guía, un presagio, un enigma, que recorre el susurrante mensaje a lo largo del largometraje.

Con escenarios naturales de la bella Tarija, el fuego, la montaña, el bosque y una casa de piedras contrastan con la nieve de Calicoon, Nueva York. Ambos escenifican un drama que mezcla suspenso con terror sicológico. No se puede pestañear.

Las actuaciones no tienen desperdicios. Amir (Mazin Akar), Amat (Kaolin Bass) y Amancaya (Andrea Camponovo) sostienen la trama en forma inquietante. Crean climas que ponen al espectador en situaciones de máxima alertaPresente y pasado conviven y elucubran historias que deambulan en cada personaje hasta definir qué es real, quién existe y cuáles son los sueños verdaderos, o las pesadillas recurrentes de un presente que interactúa entre la imaginación, el pasado y el deseo.

Amaru (Vitorio Lema), Amanda (Idalmis García Rodríguez), Amro (Julián Mercado), todos con A, recubren la trama dando un soporte sólido a la historia.
La paleta de color no es casualidad, por el contrario, sienta presencia, se erige detonante y crea el clima propicio para resignificar la potente historia.

Buey Rojo Sangre (Blood-Red Ox) es una película distinta en la cinematografía del director de Tu me manques y Dependencia sexual, porque rompe el molde y da un giro en otro eje. Toma riesgos, se atreve explorar otros mundos narrativos y lo hace con buenos resultados. Es una prueba a sangre y fuego (vaya paradoja) que el propio autor se hace ante su trayectoria como guionista y cineasta de culto.

A partir de la creación de capas narrativas (una es la imagen) se construyen y deconstruyen sonidos, susurros, bucles, repeticiones y otros recursos que parecen imperceptibles, pero no. ¿Qué es sueño y qué es vigilia? ¿Hasta dónde somos capaces de sumergirnos en un mundo donde las emociones y las experiencias se imprimen en un imaginario tan real como soñado? Una película intrigante, filosófica y cautivante.

Trabajar la temática del medioambiente mezclada con la salud mental, como guayabos y pinos de cerro, que crecen juntos y almacenan vida, es otro de los desafíos.

No es una apuesta lineal. El espectador deberá reconstruirla hasta el final. Es parte del juego del guion, que Bellott comparte con Nate Atkins, sabiendo que para lograr el objetivo se deben apoyar en impecables actuaciones y en un montaje ajustado, que sabe darle un ritmo efectivo. El sobrevuelo de la banda sonora y los efectos de sonorización dan una atmósfera inmersiva y sobrecogedora.

Después de la intriga y el suspenso, Rodrigo Bellott logra un salto de calidad con esta película. Apostar al cambio y tomar riesgos benefician al cine nacional y esto es un ejemplo que ensancha la marquesina del cine para que el mundo lo redescubra y por fin lo reconozca.


* El largometraje forma parte del catálogo de Vplus (V +) de VIVA. Se la puede ver en esta nueva plataforma.