El escritor beniano dimitió aduciendo problemas de salud por la altura, pero continuará ligado a la institución como uno de los siete consejeros

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8 de abril de 2016, 23:30 PM
8 de abril de 2016, 23:30 PM

El escritor beniano Homero Carvalho renunció esta semana a su puesto como presidente ejecutivo de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (Fcbcb), aduciendo problemas de salud, ya que, según él, la altura de la ciudad de La Paz lo afecta demasiado.

Carvalho dimite a menos de un año de haber asumido (julio de 2016), pero mencionó que seguirá ligado a la institución como uno de los siete consejeros administrativos.

Gestión
Carvalho señaló que desde que forma parte de la Fcbcb, tanto como consejero y de presidente, ha podido gestionar cosas importantes, una de ellas la de hacer del Centro de la Cultura Plurinacional de Santa Cruz (CCP), un repositorio que tenga una estructura y funcionamiento independiente desde 2013; también se inició el traspaso de la Casa Suárez, de Beni, a la fundación; en su presidencia se creó la Unidad de Transparencia de la Fcbcb.

Desde el año pasado la fundación gestiona la edición de antologías literarias de cada departamento de Bolivia. “Se cambiaron los estatutos de la fundación, que tenían más de 20 años y necesitaban actualizarse”, indicó Carvalho.

Denuncias
La otra cara de la medalla son las denuncias en contra, tanto de Carvalho como de sus consejeros, una de ellas, ocurrida en diciembre de 2014, se relacionó con la adjudicación de parte de la fundación de un inmueble que funcionaría como oficinas administrativas, el precio a pagar era de Bs 10 millones. Lo irregular era que el inmueble le pertenecía a la madre de Óscar Vega, consejero de la fundación. Si bien la transacción fue detenida, nunca se realizó ningún proceso contra Vega, que siguió en sus funciones hasta febrero de este año.

Asimismo, tres directores de repositorios designados directamente por el la Fcbcb: Silvana Vásquez (CCP), Galo Coca (Museo de Arte de La Paz) y Juan Carlos Fernández (Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia), tuvieron que ser sustituidos por diferentes aspectos; de ellos, Fernández, que ingresó a su puesto en medio de un escándalo, está ahora acusado de malversar fondos (Bs 556.800) para la compra de un software.
También está el caso de la compra en 2014 de una impresora por el precio de Bs 1.5 millones en La Paz, para reducir costos en papelería, que hasta ahora no funciona.

El nuevo presidente será designado el 1º de mayo por el presidente del Banco Central de Bolivia, y por el ministro de Culturas, saldrá de entre los otros seis consejeros.

En algunos medios de comunicación, Carvalho manifestó que siente que hay una persecución hacia su persona.
Recién se supo que la fundación del Banco Central de Bolivia paga mensualmente Bs 10.780 por los ambientes de la casa donde está la impresora, comprada en 2014 y que aún no funciona