El homenaje al escritor colombiano estuvo lleno de recuerdos y anécdotas y terminó con la inauguración de una figura de bronce en su honor 

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16 de febrero de 2017, 21:52 PM
16 de febrero de 2017, 21:52 PM

De los escritores foráneos que dejaron huella en Cuba, y con permiso de Ernest Hemingway, fue Gabriel García Márquez quien tejió la más profunda y duradera relación con la isla, que este jueves celebró con emoción el 90 "cumpleaños" del colombiano y el medio siglo de su universal "Cien años de soledad".

"Cuba siempre estuvo entre sus preocupaciones, entre sus afanes, entre sus riquezas y pérdidas, alegrías y dolores durante una larga relación que mantuvo con el país", señaló a Efe el escritor cubano Leonardo Padura.

El premio Princesa de Asturias de la Letras en 2015 se unió al homenaje que esta jornada se rindió a Gabo en la Casa de las Américas, una institución cultural a la que el literato, fallecido en 2014, estuvo estrechamente vinculado.

Padura, junto al embajador de Colombia en Cuba, Gustavo Bell, y al responsable de la editorial Planeta en México, José Calafell, repasó la relación del padre del realismo mágico con la isla caribeña, un vínculo que trascendió lo literario y llegó hasta lo político en virtud de la estrecha amistad que mantuvo con el fallecido mandatario Fidel Castro.

"La relación de Gabo con Cuba fue muy diversa", aseveró Padura, quien recordó la admiración del autor nacido en Aracataca por figuras de las letras cubanas como Alejo Carpentier, Eliseo Diego, Guillermo Cabrera Infante o José Lezama Lima.

Pero los lazos de García Márquez con la isla caribeña fueron más allá de la literatura y la política hasta llegar al séptimo arte, pues fue uno de los impulsores de la ahora renombrada Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, donde cada año dictaba un curso fijo de guiones llamado "Cómo se cuenta un cuento".

"Pienso que ahí también había un problema de carácter o la forma en que se hace el mundo cultural cubano de esos años. Tuvo aquí grandes amistades en el mundo de la cultura, pero no fue pródigo con respecto al resto de los escritores", consideró Padura.

A juicio del escritor cubano, la actitud de García Márquez fue "en su estilo" parecida a la Hemingway: "trataron de preservar su privacidad estando en Cuba y tuvieron una relación no abierta hacia los escritores".

En el homenaje en la Casa de las Américas, donde se repartieron a los presentes mariposas amarillas de papel para que escribieran dedicatorias al escritor, también se celebró el "significado vital" que supuso para Colombia la escritura de un autor que reivindicó la diversidad de la identidad del país frente al centralismo imperante desde el siglo XIX.

Padura aludió a la "conmoción" que debió producir en un país "tan bogotano" encontrarse con la literatura de García Márquez, a partir de la cual cambió "la percepción de sí mismos" que tenían los colombianos.

También la ciudad de La Habana dedicó este jueves su mirada al Nobel de Literatura, que desde ahora cuenta con una estatua en el pintoresco casco histórico de la ciudad por la que tantas veces paseó y en la que llegó a tener una casa permanentemente a su disposición.

Ahora, la mirada en bronce del autor colombiano acompaña a los visitantes del jardín del Palacio del Marqués de Arcos, antigua sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana.