Algunos productores reconocen que la situación económica los convierte en un lujo para el público. A eso se suman los aranceles municipales, de Impuestos Nacionales y los costos logísticos en Santa Cruz

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31 de agosto de 2019, 4:00 AM
31 de agosto de 2019, 4:00 AM

El anteaño pasado quedó extraviada la bien alimentada agenda de eventos musicales. De mediados de 2017 a esta fecha, la intensidad ha bajado, según coinciden algunos productores, hasta en 60%, sobre todo de shows internacionales, que son los que mayor riesgo conllevan.

Las iniciativas actuales, además, están menos sonadas que antes. Gabriel Feldman reconoció que en los últimos dos años ha disminuido la cantidad de conciertos, al no tener la respuesta esperada por el público, “la gente tiene más opciones y elige dónde ir”, opinó.

Para Carlos Tarupayo, a partir de 2018 ya se palpaba una recesión “tal vez microeconómica por los números que uno ve, pero la gente está privándose del gusto de un ver y escuchar un show, prefiere invertir en otra cosa, o ahorrar. Al bajar la cantidad de shows, uno va a la mayoría de ellos para medir al público, y se percibe que desde el año pasado no reacciona de la misma manera que antes, ya no responde y uno la piensa para invertir. Fácilmente los conciertos han disminuido en más del 50%, sobre todo los que conllevan mayor riesgo, es decir los más caros, los internacionales”, dijo.

Tarupayo indicó que, a diferencia de Bolivia, otros países donde hay crisis, como Argentina, están acostumbrados de toda la vida a tener diversos espectáculos. Jean Paul Flores, otro productor, coincidió con que hay un bajón económico, para muestra dijo que no se puede cobrar como antes, “solo entre Bs 100 y Bs 700, ya no hay un vip de Bs 1.500 o de 2.000.

Es que la gente no dejará de pagar sus gastos mensuales, el consumo ha bajado bastante y como el concierto es un lujo que no es necesario en el día a día, no es prioridad”. Flores se vio obligado a cambiar de estrategia. La primera es cambiar de segmento, trajo a Il Divo, para personas más pudientes y con mayor estabilidad económica como el adulto.

“La segunda medida fue irme a Asunción (Paraguay) porque acá los costos tributarios son súper altos y allá hay facilidades. Hace dos años estoy allá, en un mercado mucho más estable económicamente, el 60% de mis shows se hacen en Asunción y el 40% en Bolivia”, explicó. Flores criticó la exageración de cobros en Bolivia.

“Pago el 13% por IVA, 3% de Impuesto a la Transferencia y 25% de Impuesto a las Utilidades; y lo que es único en el mundo es que exigen una boleta de garantía por proyección de ventas, es decir, que si digo que quizás venda un millón de dólares, tengo que depositar $us 200.000 en el banco, que son retenidos por 90 días y esperan el día 89 para pedir algo, parece extorsión y que tienen metas de recaudación”, lamentó.

A eso suma la Alcaldía, dijo que hace dos años subió su arancel para el expendio de bebidas alcohólicas, de Bs 600 a 10.000. Por ley, a Sobodaycom debe darle el 10% sobre ventas brutas, “pero con ellos negociamos, hacen un prorrateo de entradas vendidas”.

Diferencias

Los costos de entradas entre Santa Cruz y otras ciudades son distintos. Los productores lo reconocen, pero dicen que se debe a los precios generalizados de la ciudad. Jean Paul Flores pone como ejemplo los lugares del show. “El Tahuichi costaba como $us 35.000 por tres días, el Real Santa Cruz entre $ 6 y 10.000 por seis días, no tenemos un Teatro al Aire Libre como La Paz que cobra $us 2.500”, puntualizó.