El cantautor argentino dio una gira por Santa Cruz, Sucre, Tarija y La Paz, festejó sus 20 años de carrera y presentó su más reciente disco La vida al viento 

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“Es un placer muy grande empezar a celebrar estos 20 años en Santa Cruz de la Sierra”, dice Luciano Pereyra cuando suenan los primeros acordes de Desde que tú te has ido y las fans enloquecen. Era la quinta canción del recital que el músico argentino dio el jueves  en el salón Guarayo de Fexpocruz. A esas alturas ya había comenzado el idilio con el público local con Llegaste, Vuelve, Sin testigos y Enséñame a vivir sin ti.

El reencuentro de Pereyra con el público boliviano dio inicio en la capital cruceña con un show de casi dos horas, que incluyó un repaso por las más de dos décadas de carrera del artista, incluyendo piezas de su más reciente trabajo titulado La vida al viento. Se trata de uno de sus discos mejor trabajados, con diversos matices y provisto de sonidos renovados, acorde con lo que suena en diversas partes del mundo, pero siempre manteniendo la impronta folclórica, algo imposible de sustraer del alma del chico que nació hace 36 años en Luján (provincia de Buenos Aires).

“Significa mucho trabajo y mucha felicidad. Me pone muy contento que la  gente haya recibido tan bien este disco, que me ha dado tantas satisfacciones”, dijo el artista sobre La vida el viento en la entrevista previa con Escenas en el hotel, tras su arriba al aeropuerto Viru Viru.

Ante un salón Guarayo colmado de fans (alrededor de 3.000 personas), previo al show de Luciano, se presentó  la cantante boliviana Lucero Ríos y el cantante argentino radicado en Bolivia Ezequiel Bazán.

Pereyra subió a las 22:30 y desde un principio envolvió el ambiente con su magia y su sencillez.  Mar de amor, Perdóname, No te puedo olvidar, Porque aún te amo, Que suerte tiene él, Seré y El vestido rojo fueron algunas de las piezas más coreadas por los fans. Tampoco faltó Solo le pido a Dios, ese clásico de León Gieco, que Luciano interpretó en el Vaticano en 2000 ante el Papa Juan Pablo II.

Luego vino la despedida del artista, pero no el final. Pereyra volvió con Es mi culpa y Cómo tú, el éxito de La vida al viento, que suena en todas partes y que es la mejor muestra de la vigencia de Pereyra. Fue un cierre a puro baile y emoción.

Al día siguiente, todo el staff partió hacia la chura Tarija, con una breve parada en Sucre, donde Luciano aprovechó para tomas fotos y conectarse con sus fans a través de las redes sociales.

Y es que una de las cosas que Luciano hace con frecuencia es conectarse en las redes. Es más, durante los shows en Bolivia lo hizo en varias ocasiones, convirtiendo en cómplices y testigos a la audiencia.  Asimismo, desde su habitación del hotel Radisson posteó varias imágenes y videos demostrando el cariño por esta tierra.

En Tarija fueron casi 5.000 personas las que disfrutaron del concierto al aire libre, que se llevó a cabo en el Predio Rojas Bernasconi (a orillas del Río Guadalquivir) donde, nuevamente, dio un show inolvidable, que ni el frío nocturno ni la intermitente lluvia (al promediar el show) afectaron.

La gira finalizó en La Paz, donde actuó en uno de los salones del predio ferial Chuquiago Marka ante 3.000 personas. Las muestras de afecto no fueron menos en la Sede de Gobierno, como tampoco el ambiente de fiesta al final del show.