La chilena actuó el sábado en el estadio de Real Santa Cruz. Ofreció un espectáculo romántico y con mucha energía. Recordó la primera vez que vino a la ciudad

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20 de mayo de 2018, 19:44 PM
20 de mayo de 2018, 19:44 PM

Diez años después de aquel memorable concierto en el desaparecido centro de espectáculos Sonilum, la artista chilena Myriam Hernández retornó a tierra cruceña, en esta ocasión para presentarse en el estadio de Real Santa Cruz.

El recital se realizó el sábado en una fría noche, que, sin embargo, no fue óbice para que los fans de la cantante se hicieran presentes en el recinto y se deleitaran con piezas representativas en los casi 30 años de carrera de Hernández.

Y así fue. Lo que ocurrió anoche fue un desfile de éxitos de la chilena, que dio inicio con Herida. Luego siguieron No te he robado nada, Eres, Mañana, Ese hombre, Te pareces tanto a él y Tonto.

“Estoy muy emocionada porque son 10 años que no venía a Santa Cruz de la Sierra y ahora me encuentro de nuevo con este público maravilloso”, dijo Myriam, a la vez que recordaba cuando hace tres décadas se presentaba por primera en un canal de televisión de Bolivia (canal 5). “Esta fue la primera ciudad que me recibió y le guardo mucho cariño”, añadió.

Con un estadio colmado de público en todos sus sectores, la noche continúo con Peligroso amor, Un hombre secreto y Ay amor.

Uno de los momentos más emotivos llegó con la interpretación de Se me fue, tema que dedicó a su abuela fallecida. Al concluir se refirió a una canción muy especial para ella, porque se convirtió en un éxito y porque la melodía fue escrita por sus hijos Myriam y Jorge. Fue el preámbulo para He vuelto por ti, cuyo coro fue cantado con muchas ganas por parte del público femenino en las graderías.

Pasada la primera hora de show, cantó acompañada solo por el piano Y vete ya, Ayúdame y Tu boca.

No faltó la versión de Dónde estará mi primavera, de Marco Antonio Solís, incluida en el disco Enamorándome, de 2007.

La artista demostró también que sabe moverse y que contagia alegría. Realizó un par de coreografías junto a sus coristas, muy bien elaboradas y, por si alguno se estaba enfriando a esas alturas, ella se encargó de poner calor el necesario en el lugar.

El clímax de la noche llegó con La fuerza del amor y Huele a peligro, canción con la que se retiró del escenario. A los pocos minutos volvió con su primer gran éxito: El hombre que yo amo. Fue una gran noche.