El pianista cubano realizó el sábado su segunda presentación en Bolivia junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil en el teatro del CBA. Fue ovacionado por el público

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22 de enero de 2019, 4:00 AM
22 de enero de 2019, 4:00 AM

El programa informativo que se repartió antes del concierto era escueto, con un repertorio variado, pero escueto. Hasta podría pensarse que era un tanto mezquino, si se toma en cuenta que el protagonista era uno de los mejores pianistas del mundo y que visitaba por primera vez Bolivia.

El programa del concierto indicaba que el artista cubano tendría no más de cinco intervenciones, sin embargo Frank Fernández, acompañado por la Orquesta Sinfónica Juvenil, casi duplicó la cantidad de sus interpretaciones, animado por un público que el sábado por la noche colmó el teatro del CBA y que terminó visiblemente emocionado por un recital que, en palabras del propio músico, “no fue perfecto, sino maravilloso”.

Música y emociones

La Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz de la Sierra, de la mano de Boris Vásquez, fue la encargada de iniciar el concierto con dos temas del folclore oriental. Minutos después aparecía en el escenario Franck Fernandez que, en lugar de un terno o un frac, eligió presentarse con una guayabera cubana.

Inició su presentación con La bella cubana, composición del músico matanzero José White. Luego continuó con un par de composiciones suyas para el cine y la televisión de su país (La gran rebelión y Tierra Brava), para luego continuar con La comparsa de Ernesto Lecouna, arreglo que provocó la primera gran ovación de la noche, que posteriormente se haría más efusiva al finalizar Rhapsody un Blue, de George Gershwin. Animado por los aplausos volvió al escenario para desplegar su virtuosismo en temas como el Ave María de Schubert y para regalarle a los asistentes El trasnochador, de Nicolás Menacho.

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