Santa Cruz está destinada a ser la capital metropolitana del arte y la cultura del país, pero requiere de políticas culturales que ayuden a consolidarla.

25 de septiembre de 2022, 11:00 AM
25 de septiembre de 2022, 11:00 AM

Del pueblo a la ciudad, Santa Cruz sufrió un acelerado crecimiento desde la década de los 60 hasta la época actual. El departamento no es el mismo y la ciudad se ha transformado, reinventándose en los últimos años tanto en lo urbanístico como en lo social, en lo político y, por supuesto, en lo cultural.

En la última década del siglo XX la cara de Santa Cruz adoptó una nueva faceta gracias a esfuerzos conjuntos que lograron que la balanza de producción y difusión cultural de Bolivia se inclinara hacia la tierra cruceña. Resultado de esta labor fue la consolidación de festivales internacionales (de música barroca, teatro, cine, jazz, video), así como el crecimiento de la Feria Internacional del Libro y el surgimiento de orquestas, el avance de academias e instituciones de enseñanza artística. La actividad en las galerías arte y centros culturales también cobró fuerza junto a las propuestas de nuevos artistas visuales y contemporáneos que exponían en estos espacios.

La conjunción de criterios e inquietudes de parte de gestores culturales y artistas ha permitido que la región ocupara el espacio que se merecía.

Los espacios dedicados a la promoción de la cultura han sido fundamentales para el reencuentro ciudadano. Uno de los ejemplos que mejor ha dado resultado en este aspecto es la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra, que se ha convertido en el principal espacio de encuentro para los amantes de los libros, las casas editoriales y los diversos escritores en la región.

Los festivales organizados por la Asociación pro Arte y Cultura (APAC) son otra de las cartas de presentación a la hora de mostrar el desarrollo de la actividad cultural en Santa Cruz, como también el alcance que ha tenido la labor de la Orquesta Filarmónica de Santa Cruz de la Sierra, que nació a partir de la inquietud de jóvenes músicos y hoy es una institución referencial del quehacer artístico local.

No obstante, a pesar de los esfuerzos, el movimiento cultural que creció en Santa Cruz en estos últimos años no ha tenido una correspondencia en la comprensión de la magnitud económica que causa, acorde con el desarrollo que experimenta la región.

En la mayoría de las ocasiones, los responsables de desarrollar políticas públicas no han entendido que cultura es algo más que una sala de arte, que puede verse desde un punto de vista de políticas económicas, algo que han sabido comprender los mismos protagonistas de la actividad, que han llevado adelante el carro por cuenta propia.

La cultura va creando la realidad, la ordena de acuerdo con la estética de cada uno de sus creadores y a los valores culturales que el medio nos brinda. Se reconoce la buena intención de la empresa privada, que se ve reflejada en el apoyo que brindan al sector a través de departamentos de responsabilidad social o de la creación de fundaciones culturales. Sin embargo, es importante que estas acciones vengan acompañadas de otras articulaciones.

Políticas

Si Santa Cruz está destinada a ser la nueva capital metropolitana del arte y la cultura del país, se debe partir por la consolidación de políticas culturales que permitan proyectar las prioridades, definir los lineamientos de acción y articular a todo el ecosistema que gestiona la cultura en nuestra ciudad.

Raquel Terceros, gestora cultural y productora de la Orquesta Filarmónica de Santa Cruz de la Sierra asegura que contar con políticas culturales permitirá que podamos reconocer a todos los actores y valorar que el rol de cada institución o proyecto construye el sector cultural y a la sociedad en su conjunto.

“La priorización y líneas de acción de cada departamento responden a una visión integral de país, pero el detectar las necesidades locales permite que las políticas culturales puedan ser una respuesta integral y efectiva para la dinámica de cada lugar. En definitiva, las políticas culturales, son las que permitirán a Santa Cruz avanzar, en términos culturales, de manera más planificada, sabiendo a dónde vamos y a dónde queremos llegar, reconociendo nuestros desafíos y trabajando de manera articulada entre todos”, señala Terceros.

El director de teatro y coordinador Cultural y Deportivo de la Utepsa, Porfirio Azogue, considera que las políticas culturales deberían ser el incentivo a la producción artística a través del mecenazgo y fondos concursables. Asimismo, señala importante el apoyo a las carreras de arte para la formación de nuevos artistas. “Debería existir la política de circulación de espectáculos y exposiciones, esto tiene que ver con la representación misma del arte, ya sea a través de los gobiernos municipales, departamentales o nacionales. También considero muy importante la formación de públicos o escuela de espectadores”, indica Azogue.

Cómo la proyectan

Santa Cruz se ha convertido también en lo cultural en un espacio de convergencia, de encuentro, donde los artistas jóvenes de distintas procedencias, formaciones y visiones coinciden en crear. Existen tantos registros como artistas y todos ellos asumen su forma de mirar la región con una voz propia. Voces jóvenes de la música, como Mariana Massiel, Belén Bowles y Lu de la Tower se suman en estos años a las de Matamba, Ronaldo Vaca Pereira o Andrés Barba, que surgieron en la primera década de este siglo. Lo mismo ha ocurrido en las artes visuales, el teatro, la literatura o el audiovisual.

Partiendo de esta realidad, la directora y actriz de teatro Yovinca Arredondo, proyecta una Santa Cruz de artistas con sus carreras consolidadas y con logros fuera de nuestras fronteras. “Son artistas que luchan por ser parte de la mirada de más gente, que luchan por llevar la nobleza del arte a las grandes masas, aunque con grandes dificultades, pero sin rendirse, intentando regalar a la ciudad actos nobles y puros. La proyección tiene que ver con una Santa Cruz que es el centro de las miradas, que acoge y recibe a quien quieren ser más grandes”, concluye Arredondo.