Con respeto,  y tolerancia se da un gran primer paso. todos deben poner de su parte

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8 de enero de 2017, 5:00 AM
8 de enero de 2017, 5:00 AM

Gran parte del día transcurre dentro de las cuatro paredes de una oficina, compartiendo espacios comunes con los compañeros de trabajo e interactuando con todos ellos, bueno, con algunos con más o menos frecuencia. 

En medio de ese diario vivir,  existen comportamientos de ciertos colegas que llegan a irritar a unos en algún momento, a otros quizá les molesten actitudes opuestas a esas o, bien, que les sea indiferente o gracioso todo lo que pasa a su alrededor. 

Hay quienes no soportan tener cerca a compañeros de trabajo que siempre están con chismes,  quejándose de todo o interrumpiendo una charla; les incomoda escuchar a personas autoritarias o que presumen de su vida personal; o, por el contrario, detestan a colegas que se muestran amables la mayor parte del tiempo o que se hacen las víctimas.

Puede ser también causa de intranquilidad la reacción de algunos compañeros de trabajo que incumplen sus responsabilidades, que hacen uso sin permiso de bienes personales, que hablan con un tono elevado o que acostumbran comer en el escritorio haciendo ruido. Así, la lista de quejas puede crecer más y más.

Aprender a convivir en armonía dentro de un equipo de trabajo  es un desafío que requiere de buena actitud, respeto, confianza y tolerancia, coinciden en afirmar  expertos en sicología y administración de empresas. 

De lo contrario se corre el riesgo de que se rebasen límites y se afecte la productividad laboral. 
Respetar el espacio, la privacidad y el tiempo de los colegas es solo el principio del camino hacia una mejor convivencia laboral, que es lo que busca toda empresa. Especialistas consultados por Extra dan cinco claves para avanzar por esa ansiada ruta. 

1.Que fluyan la comunicación y la confianza. El sicólogo organizacional Juan Domingo Fabbri destaca la importancia de la comunicación y la confianza para lograr una buena convivencia laboral. “Hay que ser más abiertos y sociables. Debemos aprender a conversar y a decir lo que nos molesta y lo que necesitamos. La comunicación debe ser honesta, no fingida; hablar las cosas tal como son, pero decirlo con las palabras adecuadas, es decir,  con asertividad, de tal manera que no dañen o hagan sentir mal a otros. Cuando hay confianza, todo fluye”,  señala. 
La disponibilidad de conocer y escuchar al otro es lo que puede ayudar a mejorar las relaciones.   

2. Ser paciente y más tolerante. Todo nos puede molestar de otras personas: si hablan con un tono muy elevado, si comen haciendo ruido, si usan cosas sin pedir permiso, si son muy negativas o si son muy amables. El ser humano es tan complejo que puede mostrar diversas reacciones. Los comportamientos que resultan irritantes para unos no lo son para otros, observa Fabbri, por lo que cree que si no somos capaces de conversar del tema dentro del equipo de trabajo y, en última instancia, de aceptarlo es difícil mantener un buen clima laboral. 
"Uno debe hacer el esfuerzo de modificar ciertas conductas molestas. Y el otro debe aprender a tener paciencia. Es nuestra responsabilidad crecer humanamente, es decir, aprender a ser más tolerantes. Conforme pasen los años puede haber más cosas que nos irriten. Si no aprendo a controlar eso, me iré volviendo más caduco”, ejemplifica. 

3.El líder debe crear espacios de diálogo. La mediación del líder es importante para lograr una cohesión en el grupo. “Debe motivar a que la confianza y la comunicación fluyan de forma natural en el equipo. Para ello debe generar un entorno positivo y crear espacios para hablar de todo lo que molesta o agrada a cada trabajador”, explica el sicólogo organizacional Juan Domingo Fabbri. 

En opinión de este profesional, se requiere un gran esfuerzo de crecimiento y maduración personal para hablar de lo que se quiere o se busca. Todos deben  mantener una actitud positiva y abierta, de superación, para tener una mejor calidad de vida. Cuenta haber visto casos de personas que se resistieron a dejar su trabajo pese a tener mejores ofertas salariales porque se sienten a gusto con el ambiente de su actual trabajo.   

4. No confundir lo profesional con lo personal. El respeto es fundamental en la relación laboral y no debe perderse en ningún momento, observa por su parte  Mary Esther Parada, decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA). “Es importante entender que  somos un equipo que camina por la misma ruta para lograr objetivos o tareas que se nos encomendaron”, dice. 

En su criterio, un error frecuente es confundir una relación laboral profesional con un vínculo de amistad. Eso impide ver la objetividad en las decisiones a tomar, se omiten las oportunidades  de mejora continua y, en otros casos, se camuflan faltas. Parada reconoce que del contacto laboral pueden surgir sólidas relaciones personales, lo cual puede ser positivo; sin embargo, cree que se debe tener la capacidad de separar y ejercer los roles según corresponda.

5. La retroalimentación es clave. Los procesos de retroalimentación oportunos ayudan a subsanar situaciones del clima de la organización. “No hay que olvidar que se trabaja con personas con capacidades y necesidades específicas que deben ser dirigidas de la mejor manera”, indica Mary Esther Parada.  

Si no se lo logra, se corren  riesgos. Entre ellos que parte del equipo pierda autonomía en el trabajo, alto grado de dependencia en la realización de tareas individuales,  disminución de responsabilidad y compromiso, incumplimiento de normas o reglas, descenso de la eficiencia, resistencia al trabajo en equipo y otros. 

Es importante enfocarse en la solución y no en el problema, centrándonos en cómo llevarse mejor con los colegas, aunque el ambiente no siempre sea el deseado

El respeto es esencial para un buen clima laboral 
Tania Esqueda 
Lic. en Pedagogía con Maestría en Administración Organizacional
La actitud de respeto hacia las opiniones de los demás es vital en las relaciones laborales. Al ser educado y cordial se podrá disfrutar de una buena relación con los compañeros de trabajo y mejorará el clima organizacional. Escuchar a los demás nos dará la oportunidad de conocer realmente sus necesidades y saber mejor lo que piensan o sienten.

Hay errores en los que caemos frecuentemente en la convivencia diaria con nuestros compañeros de trabajo o jefes y entre ellos están el hecho de querer imponer nuestras ideas, resistirse a trabajar en equipo y no ser empático con las necesidades del otro.

¿Qué hacer para cambiar o sobrellevar los comportamientos que nos molestan o irritan de otros colegas y así mantener una mejor convivencia dentro de la oficina? Primero, hay que identificar el área de oportunidad (¿qué está pasando?). Segundo, proponer acciones en conjunto que permitan modificar las actitudes y/o comportamientos o bien mejorar los resultados o procesos de formación que permitan mejorar las actitudes o campañas de valores (clima organizacional).  Tercero, desarrollar un plan de trabajo en el que participe toda la organización y en específico las áreas con mayor problemática identificada. Y, finalmente, hacer un seguimiento y entrega de resultados. 

Se corren riesgos si no se logran superar esos problemas. Por un lado, se puede crear un  clima organizacional hostil y, por otro lado, pueden surgir  problemas de liderazgo. En definitiva, todo ello termina afectando los resultados estratégicos de la organización.