Interacción amorosa. Es importante revisar las bases en las que se forjan las relaciones de pareja. Hay casos en que se elige pareja no por amor, sino por costumbre, por una necesidad de compañía o de que alguien resuelva la vida o llene vacíos. Amor es decidir compartir la plenitud personal con otro.

El Deber logo
3 de marzo de 2019, 4:00 AM
3 de marzo de 2019, 4:00 AM

Siempre volverás, aunque ya no sientas más amor por mí, solo rencor, yo tampoco tengo nada que sentir y eso es peor;
pero te extraño, también te extraño, no cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor...”, dice parte de una canción de Juan Gabriel.

Alfredo y Luisa llevaban 15 años de casados y se acostumbraron a la rutina del día a día. Sus vidas transcurrían casi de manera monótona. Entre el trabajo, la atención de dos hijos en edad escolar y las responsabilidades en el hogar no se daban el tiempo necesario para alimentar la relación.

Esa situación fue calando hondo en el corazón de ella porque sentía que no había amor y que solo estaban juntos por costumbre y por necesidad de dar a sus hijos una supuesta estabilidad de hogar. Un día Luisa planteó la separación, pero Alfredo, antes de tomar tan drástica decisión, propuso realizar una terapia de dos. Así que comenzaron a restaurar la relación.

El verdadero amor

En criterio de la sicóloga Lucía Fernández de Córdova, para que el amor verdadero exista, debe haber reciprocidad. Ambas personas deben estar enamoradas, sentir la fuerza del amor. Este vínculo que los une los tiene que orientar a formar un proyecto en común. Asimismo, ambos se conocen, se aman y sienten cariño incondicional por las virtudes del otro y también aceptan y conviven con los errores y defectos.

La sicóloga Fanny Parrado indica que el amor es un conjunto complejo de expresiones, sentimientos, emociones que experimentan las parejas de manera multidimensional, que se construye en diferentes fases de toda relación. Inicia con el enamoramiento, sigue con el romance, los detalles, las semejanzas y se fortalece en la complementariedad y la aceptación de las diferencias.

Para la terapeuta familiar, Lourdes Heredia, el verdadero amor o amor maduro promueve el crecimiento mutuo. Es un proceso, es una construcción. En esta construcción donde se va conociendo las otras facetas de la pareja, lo que realmente es y no lo que se quiere que sea, se produce el desencanto.

Muchas parejas no resisten al desencanto y rompen la relación. Otras en cambio, deciden comprometerse a trabajar en ella. Significa tratar de comprender al otro en sus virtudes y defectos. En esta fase del amor la relación es de mucha estimulación y apoyo que se cultiva a través de la comunicación abierta y recíproca.

¡No a la costumbre!

Fanny explica que la mayoría de las parejas comienzan su relación con un intenso enamoramiento, con toda la emoción, pasión y romanticismo de la conquista, pero que con el tiempo y los diferentes desafíos que se presentan en las diversas áreas de la vida, se dejan absorber por la rutina y la monotonía y, si no hacen cambios, se convierte en costumbre, lo que genera crisis en la relación, pero al darse cuenta pueden superar realizando una serie de cambios que nutren y renuevan la relación.

“Así tengan cinco, diez, veinte, treinta o más años de matrimonio, el gran desafío de las parejas es seguirse enamorando día a día mutuamente, cultivar el romanticismo, fortaleciendo la relación, recuerden que cuando se casan o deciden vivir en pareja, hay una proyección de vivir juntos, por lo menos los próximos 40 años, multiplicados por 365 días de cada año”, remarca.

Asimismo, Lourdes agrega que la relación por costumbre se da cuando la relación se vuelve monótona, deja de tener ese entusiasmo por estar con la pareja, dejan de tener proyectos en común que les apasionen, existe un distanciamiento físico y afectivo. “La pareja se vuelve intolerante entre ellos, con menos paciencia, lo que provoca que se coloquen en actitud de ataque o defensa, o indiferencia total”, dice.

Es una necesidad

“Desde la búsqueda de pareja te puedes dar cuenta de que estás con alguien solo por necesidad cuando te cuesta estar solo, te enganchas en una relación tan pronto terminas otra, y si ya estás en una relación, es por necesidad cuando observas que no se sienten compañeros, no aportan a su vida recíprocamente, creciendo en todas las áreas de sus vidas, sino solo lo económico, lo social o solo los hijos son el vínculo que une. No tienen ya nada en común, que les emocione, les divierta, les desafíe, convirtiéndose en relaciones disfuncionales de necesidad y apego emocional”, dice Fanny.

Lourdes añade que la soledad se asocia con desvalorización, no sentirse querido, o aceptado. “Este tipo de soledad genera y remueve las carencias afectivas de infancia. En esta huida de la soledad se elige a la pareja para llenar esa carencia. Se establece una relación con un fantasma, donde la pareja es el proyecto de la necesidad del carenciado”, argumenta.

Lucía agrega que es común encontrar personas que están en pareja durante muchos años por la necesidad de estar con alguien y por miedo a estar solas. “No aceptan ni aman completa y verdaderamente a su pareja. La critican constantemente, se fijan a diario en los defectos y muchas veces se los representan. Tienen una relación distante, fría y muchas veces egoísta”, detalla.

Además, agrega, puede ser una necesidad económica, porque la persona depende exclusivamente del dinero del otro. Probablemente vive una buena vida, cumple con sus caprichos, viajes, ropa, lujos, pero a nivel personal y sentimental, no se compenetran ni se complementan.

“Una vez la situación económica de la pareja cambia, es cuando surgen los problemas. Es probable que luego de la separación, como persona acostumbrada a una relación basada en la necesidad económica, busque una similar”, expresa Lucía.

Existen también parejas unidas solamente por necesidad sicológica, es decir que esta persona ve en el otro lo que le falta, busca complementarse y llenar los vacíos.

¡Alimenta el amor!

Lourdes afirma que la idea es romper esa relación por costumbre con un pequeño gesto que se haga día a día. Lo primero es hablar sobre ello, no hacerlo acentuará el problema.

Tal vez, acota, cada uno necesita tener un poco de espacio para que, encontrándose en la soledad, el corazón tenga tiempo de añorar al otro y que verlo no sea un acto de costumbre. Es de vital importancia reavivar ese amor. Romper la rutina con nuevas actividades, hacer uso de la creatividad en todas las áreas de la relación, que la falta de tiempo no sea una excusa para dar rienda suelta a la innovación de conductas.

“Por ejemplo es bueno celebrar fechas importantes como aniversarios, día de los enamorados o cumpleaños, pero también es fundamental recordar que cualquier motivo es bueno para convertir en especial un día cualquiera, por ejemplo el éxito laboral”, insiste.

Lucía argumenta que debemos entender que la persona para encontrar la felicidad plena en pareja tiene que lograr alcanzar el amor maduro. “Ambos deben unirse, integrarse de una manera muy fuerte, convertirse en una simbiosis de dos seres humanos que pasan a ser uno solo sin dejar de ser dos”, concluye.

Tags