Explorando la  capital de escocia  lleva a una travesía por el tiempo. Un tour entre naturaleza y castillos  

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22 de enero de 2017, 4:00 AM
22 de enero de 2017, 4:00 AM

Por Ana María Copa Vásquez
Fotos Ana Copa/ Sheffield.Es

Como la idea de un viaje es aprovechar el tiempo al máximo y conocer lo más que se pueda de un lugar y sus alrededores, es así que se inicia esta nueva aventura.  

 Una vez en Reino Unido resulta irresistible darse una escapada a Edimburgo, la capital de Escocia, que lleva a sus visitantes a un paseo por el tiempo a lo largo de sus calles donde se fusionan su riqueza histórica medieval con el  paso de la modernidad. 

Una aventura sobre rieles

Desde Londres es posible ir en tren hasta esa ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en un entretenido periplo que demora unas cuatro horas. Hay tours que permiten ir y retornar el mismo día, pero si se tiene un poco más de tiempo, uno puede darse el gusto de una visita de tres días y dos noches. 

Siguiendo esa última opción recomendada, el recorrido empieza un viernes de octubre a las 6:00 en la estación ferroviaria de Euston (al norte del área central de Londres). De allí parte un confortable tren desde cuyos ventanales se puede disfrutar, más adelante, de una vista de verdes colinas y áreas agrícolas y ganaderas. 

Una vez en Edimburgo, se sigue en bus para un breve city tour. Así van asomando monumentos  de la parte antigua y moderna de esta urbe, entre ellas el majestuoso Palacio de Holyrood, residencia oficial de la Reina en la capital escocesa o el histórico Castillo de Edimburgo, que se alza imponente en la colina de Castle Hill.

Si bien de entrada uno se siente impactado por esas gigantes y vetustas edificaciones así como por la muchedumbre, luego se hace fácil orientarse y recorrer la ciudad a pie. Hay dos grandes vías a seguir: Royal Mile, eje central de la urbe medieval (Old Town) y  Princes Street,  la principal vía de la ciudad nueva (New Town). 

El día aún no ha terminado y la noche puede ser aprovechada para conocer la oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento en general. El clima frío y con llovizna no apaga los ánimos. Algunos prefieren disfrutar visitando sus museos, teatros y castillos, otros optan por ir a saborear sus platos típicos, como los populares Haggis o bien por descubrir el tradicional whisky escocés. Los más osados se animan a sumarse a los ‘tours de fantasmas’ que abundan en el lugar y que se basan en leyendas e historias misteriosas y de terror del pueblo. 

¿Y el monstruo del Lago Ness?

La excursión del sábado avanza cuesta arriba hacia Tierras Altas (Highlands) y al misterioso Lago Ness, un  sitio muy concurrido debido a la leyenda del supuesto monstruo que se dice habita en sus aguas. En esta ocasión nada extraño aparece por lo que los viajeros solo pueden recorrer las ruinas del castillo Urquhart que está en sus orillas y llevarse fotos del espléndido panorama. 
Todo este viaje es un deleite para la vista; así es imposible dormir en el bus. Y es que el agitado ambiente de la ciudad da paso a un relajante paisaje adornado por montañas, lagos y terrenos 'vestidos' de una colorida vegetación propia de la temporada otoñal. 

El domingo, último día del tour es jornada libre, momento ideal para hacer el tour del whisky o comprar algún ‘souvenir’. Los viajeros retornan a Londres con una gran sonrisa, colmados de gratas emociones, muchas experiencias y nuevas amistades  

El lujoso techo de la realeza. El Palacio de Holyrood sigue siendo hoy en día la residencia oficial de la familia real de Inglaterra cuando visita Escocia. Se encuentra al final de la avenida Royal Mile
Aroma y sabor tradicional. Visitar una destilería de whisky escocés, conocer de cerca su proceso de elaboración y degustarla, es una oportunidad que muchos viajeros no quieren perderse. Algunas empresas de turismo la incluyen dentro de sus itinerarios.
Música, vestimenta y tradiciones. Un recorrido a pie permite encontrar gratas sorpresas, como este gaitero escocés que complace a los turistas con música a elección. Al fondo, el Monumento a Scott