Miembros del club pasearon por la Chiquitania al cumplir 20 años

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27 de agosto de 2023, 9:24 AM
27 de agosto de 2023, 9:24 AM

 Por Osman Patzi

A la voz de ¡Embarcaaar! del presidente Oscar Aldunate, los willyseros, que ya tenían asignadas sus ubicaciones en la columna motorizada, disciplinadamente ponían en funcionamiento motores y así ponían en marcha, tras cada parada, la vigésima caravana anual del Club Willys Santa Cruz que entre el 5 y el 10 de agosto recorrió las misiones de Concepción y San Javier, así como las comunidades Santa Rita y El Carmen, travesía con veinte unidades que llevó el nombre del Dr. Edmundo Cañellas Urquiza (+) fundador y asociado que falleció en mayo pasado.

“Las caravanas son el carnaval de los willyseros”, solía decir el recordado Dr. Cañellas. En la generalidad, este grupo de amigos no parece tan entusiasta con la llamada Fiesta Grande de los cruceños. Una nítida excepción es el asociado Elvio (Chuny) Callaú, que fiel a sus costumbres carnavalea como si fuera por el conjunto, pero la alusión de esta frase inicial cobra sentido al entender que los preparativos de una caravana demandan un despliegue logístico impresionante; desde lograr ponerse de acuerdo con la ruta y consensuar las fechas de partida y de retorno, el diseño de distintivos, la indumentaria, la preparación de la largada simbólica, la entrega de reconocimientos y los afanes particulares de cada uno de los participantes, obvio, para poner a punto cada Willys, así como en la organización personal y familiar para realizar el viaje esperado todo el año.

Al principio era más sencillo decidir a dónde ir porque cualquier lugar resultaba conveniente. Con el paso de los años (y de las caravanas), los destinos naturales se agotan y cada directiva se empeña en lograr cada vez mejores experiencias. Este año, de entre tres opciones sometidas a votación en asamblea, se determinó, con amplia mayoría, retornar a Concepción y San Javier, en la Chiquitania, que había sido el destino de la caravana del año 2008.


Caravaneros en la cima del mirador en El Carmen, reserva de orquídeas
Caravaneros en la cima del mirador en El Carmen, reserva de orquídeas


“Vamos a paso de tortuga”

Para comprender la afirmación, también del Dr. Cañellas, es bueno recordar que estos motorizados fueron concebidos hace más de 80 años. Y que han sobrevivido el trato que se les dio en la Segunda Guerra Mundial, en la posguerra inmediata, en los esforzados trabajos civiles y de transporte y, en definitiva, que casi todos han arribado a Santa Cruz en condiciones lamentables. Rescatados y restaurados lucen ahora mucho mejor, pero no dejan de ser octogenarios o septuagenarios.

Tampoco son motorizados concebidos para desarrollar velocidad. Los 60 kilómetros por hora que son casi de vértigo para un Willys en carretera asfaltada, resultan insignificantes en estos tiempos para un vehículo moderno. Así se entiende que partiendo a las 6:00 de un día sábado, víspera del aniversario patrio, y desde los límites municipales por la Ruta Nacional 4, apenas haya alcanzado para llegar a almorzar pasadas las 13:00 en Santa Rosa de la Mina (Km 196) y perderse el recibimiento del alcalde de Concepción (Km 289) que esperaba a la comitiva desde las 17:00. 

Reconocimiento de la Alcaldía de Concepción al club Willys
Reconocimiento de la Alcaldía de Concepción al club Willys

La autoridad se cansó de esperar y se retiró a cumplir otros compromisos, mientras los willyseros arribaban fatigados a esa hermosa población dos horas después. Eche pluma. Descontando la parada de almuerzo, el promedio no llega a 25 Km/h. ¿Un problema? No, al contrario, a esa velocidad es posible apreciar mejor el paisaje y disfrutar la travesía, incluidas las paradas técnicas, o dicho sin eufemismos, detenerse porque alguno de los jeeps se plantó.

Comunidades emblemáticas

Y lo mejor todavía estaba por llegar. Después de deleitarse con la gastronomía local y de participar en el desfile patrio, se visitó dos comunidades emblemáticas; primero Santa Rita, a 10 kilómetros de Concepción, donde se pudo apreciar la calidad de los productos artesanales, tejidos con la sabiduría ancestral de hilado y teñido con productos de la zona, y El Carmen, a 40 kilómetros en otra dirección. Un santuario de la orquídea Cattleya nobilior, símbolo de Concepción y del Festival de la Orquídea, que se realiza anualmente en octubre, en la época de floración de estas maravillosas especies nativas. Se caminó el sendero de kilómetro y medio que conduce al mirador, desde donde la majestuosidad del bosque chiquitano parece no tener límites.



Willyseros después de visitar el Museo de la Catedral en Concepción
Willyseros después de visitar el Museo de la Catedral en Concepción


Fue muy grato recibir la cálida bienvenida musical de los comunitarios, retribuida modestamente con la entrega de materiales escolares y algunos medicamentos para los niños. Y que el subgobernador de la provincia Ñuflo de Chávez, Daniel Velásquez, se convierta en un aliado para lograr que la Asamblea Departamental gestione la Declaratoria de Patrimonio Histórico y Cultural a los Willys.

Anécdotas divertidas

Además de componente turístico, cultural e histórico de las caravanas del Club Willys Santa Cruz, cada travesía deja divertidas anécdotas que se festejan ruidosamente entre los participantes. Ora el grito ninja de algún tripulante en los acelerones impulsados por las pendientes entre San Javier y Concepción, ora por el atuendo llamativo de alguno, ora por el polvo de los caminos, o por la cordialidad y simpatía de la gente de tierra adentro.


Recibimiento de mamas y yarituses en San Javier

Recibimiento de mamas y yarituses en San Javier



Paciencia y solidaridad con quienes lidiaban, junto al maestro Bernardino Cuéllar, dificultades mecánicas. Las soluciones prácticas, los repuestos que van de aquí para allá entre los asociados, más para allá de parte de los previsores que cargan hasta lo inimaginable en sus cajas de herramientas.

Acompañantes dispuestas a ofrecer bebidas y alimentos y atender a todos sin distinción, preocupadas porque nadie quede fuera del ruedo en las pascanas para que cada jornada sea especial. Y risas, muchas risas. Ocurrencias y tomaduras de pelo, a quienes aún lo tienen y a los que no. Veinte o más años de amistad. De experiencias familiares compartidas. Esposos. Padres e hijos, hermanos. Una familia ampliada y unida por la pasión que despiertan los Willys. Un nuevo capítulo para la historia willysera estaba cerrado, pero ni bien arribaron a Santa Cruz ya estaban pensando en la siguiente aventura. Así son.

Un libro sobre los Willys en Santa Cruz

Los Willys en Santa Cruz es el título de una historia sencilla y buena desplegada en sus cien páginas y ocho capítulos, escrita por el periodista y willysero empedernido Osman Patzi. Se encuentra a la venta en librería El Ateneo y Radio Bistró, en Bs 200.


 Un libro sobre los Willys en Santa Cruz
Un libro sobre los Willys en Santa Cruz