Un nuevo estudio ha dado un primer paso hacia la comprensión de cómo la exposición a la radiación podría afectar el ADN de esos animales y en las personas

19 de marzo de 2023, 10:09 AM
19 de marzo de 2023, 10:09 AM

Por Smithsonianmag.com

En abril de 1986, una explosión y los consiguientes incendios en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en ese momento parte de la Unión Soviética y ahora en Ucrania, arrojaron material radiactivo al medio ambiente.

Después del desastre, los funcionarios evacuaron todo el pueblo de Pripyat, ubicado a solo un par de millas de la planta de energía. Hoy en día, un área de más de 30 kilómetros que rodea la planta está esencialmente deshabitada por humanos, pero alberga cientos de perros.

Durante generaciones, estos animales y su descendencia han vivido en la misma planta, han dormido en edificios abandonados e implorado a los equipos de limpieza y a los turistas por las sobras de comida.

Estos perros siempre llamaron la atención de los científicos, pero muy poco se ha dado a conocer acerca de ellos, hasta hace algunas semanas cuando un artículo de la revista Science Advances indicaba que los investigadores estudiaron los genomas de 302 animales, que en gran parte descienden de las mascotas que los residentes dejaron atrás cuando huyeron durante el desastre.

Los científicos descubrieron que los perros de la planta de energía eran genéticamente distintos de los que vivían a kilómetros de distancia del sitio. Los caninos que vivían en la planta eran más endogámicos y principalmente pastores alemanes, mientras que los perros en las cercanías de Chernobyl City y Slavutych, ubicados a más de 14 y 45 kilómetros del lugar del desastre, respectivamente, eran más una mezcla de razas modernas que se asemejan a perros en otros lugares, escribe Katherine J. Wu de The Atlantic.



Perros de Chernobyl



Los científicos aún no tienen evidencia de que la radiación haya causado las diferencias genéticas entre los perros en estas diferentes áreas, como dice a Science News Jim Smith, un científico ambiental de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra que estudió el accidente de Chernobyl y no contribuyó a la investigación. Pero el estudio es el comienzo de un esfuerzo por comprender mejor cómo la exposición prolongada a niveles bajos de radiación puede afectar la genética de los animales y cómo podrían sobrevivir en condiciones tan duras.

“Tuvimos que caracterizar estas diferentes poblaciones como el primer paso necesario para hacer el experimento que queremos hacer a continuación, que es averiguar cómo [los perros de Chernobyl] han sobrevivido en este ambiente hostil de radiación, bajas temperaturas y comida limitada.”, comenta Elaine Ostrander, coautora del estudio y genetista del Instituto Nacional de Salud que estudia genomas de perros.

Los investigadores también descubrieron que los perros de la planta de energía y los perros de la ciudad de Chernobyl no parecían cruzarse mucho, escribe Emily Anthes del New York Times .

El equipo planea realizar más estudios sobre estos caninos, que esperan que revelen mutaciones genéticas asociadas con la supervivencia en entornos radiactivos hostiles. Los conocimientos futuros sobre estos perros podrían ayudar a proteger a las personas contra la exposición a la radiación, conducir a tratamientos contra el cáncer o informar a las agencias espaciales sobre cómo manejar la radiación cósmica , según New Scientist .