El famoso cantante del grupo musical argentino confesó, en un entrevista con el EL DEBER, que aún espera el amor. Además cuenta detalles sobre el inicio y éxito de su carrera

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14 de enero de 2018, 14:30 PM
14 de enero de 2018, 14:30 PM

Mario Federico ‘Pájaro’ Gómez Madoery (56), el fundador y líder de la banda argentina Vilma Palma, que se inició en los 90 y logró encantar a multitudes con sus canciones y con su estilo inconfundible y un sonido único con influencias de rock, pop y ritmos latinos, no tiene nada de divo. Vive en Rosario (Argentina) su ciudad natal. Camina por la calle como cualquier rosarino. Cada tanto, uno que otro fanático del grupo le acerca para pedirle un autógrafo o una fotografía y lo hace con una amplia sonrisa.

“Al principio fue difícil esto de manejar la fama, no me gustaba mucho. Ahora donde voy se me acercan, se sacan fotos conmigo y ya lo manejo bien. Soy una persona muy tranquila, me encanta estar en la casa y disfruto de mi ciudad, es mi rincón preferido en el mundo. De divo no tengo absolutamente nada”, afirma el vocalista de Vilma Palma, que en julio del año pasado visitó Bolivia para dar conciertos en Santa Cruz, La Paz y Potosí.

Casi siempre está vestido con remeras negra, azul o blanca porque son sus colores preferidos y con un buen jeans, se siente cómodo. Es una persona inquieta. Al conversar mueve las piernas constantemente. “Es un tic. Soy muy nervioso y he tenido que lidiar con eso siempre”, aclara.

Su clásica melena rubia es parte de su personalidad y contrastan con su ojos azules. Pocas veces ha estado con el pelo corto, dice, porque prefiere llevarlo largo y es algo que ya lo caracteriza.

El sobrenombre de Pájaro se lo puso un compañero de colegio. En su adolescencia era bien delgado y como tenía la nariz un tanto encorvada, como de loro, se quedó con ese apodo, con el que ahora es reconocido en el mundo de la farándula también.

De Identikit a Vilma Palma

No recuerda desde cuándo pensó en ser músico ni tampoco se le pasó por la mente que un día estaría en un escenario frente a miles de fanáticos coreando sus canciones. Solo sabe que cuando estaba en el colegio tenía muy claro que lo suyo era tocar batería, piano y guitarra y cantar.

No era muy apegado a los libros, pero gracias al impulso de su padre, Enrique Gómez, terminó el colegio y luego se formó como perito mercantil y durante un buen tiempo trabajó con su familia hasta que pudo mantenerse gracias a la música.

De muchacho fundó muchas bandas, pero sus inicios como músico fueron en un grupo creado por él y unos amigos de barrio al que le pusieron el nombre de Identikit, cuya música en parte estaba inspirada en el grupo Duran Duran. Claudio Mottura era la voz, mientras que Mario tocaba la batería, que era lo que más le apasionaba hacer.

Entre 1986 y 1988 sacaron tres sencillos, pero no les fue nada bien, por lo que en 1990, junto con Jorge Risso decidieron dejar la agrupación para formar otra, más veraniega. Fue así como nació Vilma Palma e Vampiros, pero con el Pájaro ya como vocalista.

Mario tenía experiencia porque desde que tenía ocho años su madre, Eli Alicia Madoery, lo hizo estudiar canto en un coro de su ciudad natal, donde también estuvo el cantante Fito Páez.

Durante mis años de estudios en la primaria y parte de la secundaria estuve en ese coro. Para un festival de la primavera que organizamos en el colegio, hicimos un acto en el que tocamos con Fito. Fue una linda experiencia”, rememora el intérprete de La Pachanga, Bye Bye, Fondo Profundo, Auto rojo, Te quiero tanto y Un camino hasta vos, entre tantos otros éxitos.

Indentikit. Mario Gómez, junto a Claudio Mottura, Jorge Risso y Sergio Rivas, estos cuatro músicos, formaban la banda argentina.

Un nombre original

¿Por qué Vilma Palma e Vampiros? Le consultamos. Cuenta que cuando La pachanga sonaba mucho, después de ser la revelación con 120.000 placas vendidas, comenzaron a crear nuevos ritmos del primer álbum y se juntaban en una casa de ensayo, donde al frente había una mueblería que en esa época tuvo un problema obrero patronal, con un desfalco grande de dinero y dejó a muchos trabajadores en la calle. Ellos hicieron un grafiti en la pared reclamando a la gerente general que decía: “Vilma Palma e hijos vampiros de los obreros”.

Con el tiempo se fue borrando la leyenda y solo quedaba Vilma Palma e vampiros. Fue así que nació ese nombre que nos pareció muy original. Pero no lo tuvimos nosotros primero. Gabriel Yuvone era un amigo nuestro que tenía ese nombre para tocar con su banda, pero se lo tomamos prestado y no se lo devolvimos más”, comenta entre risas.

Desde ahí el Pájaro abrió sus alas, alzó vuelo con Vilma Palma y no paró más. Esta banda es, junto con los Enanitos verdes, una de las pocas  agrupaciones provenientes del interior de Argentina que logra trascender en el ámbito nacional y atraer a cientos de miles de fanáticos en Latinoamérica y de Estados Unidos.

Entre los años 1990 y 1995, además de La pachanga, el grupo lanzó grandes discos como 3980, que fue también doble platino y luego se vinieron otros más como Fondo profundo. La banda se separó en 2001, pero Mario, junto con Gerardo Pugliani, se instalaron en Los Ángeles y  con ayuda de músicos latinos editaron Volver a empezar y, en 2005, presentaron Histeria.

En 2007 los volvieron a reunirse para dar una serie de conciertos para rememorar los grandes éxitos del grupo, hicieron un  CD y un DVD Grandes éxitos en vivo en Buenos Aires, sumando algunos temas inéditos y lo lanzan al mercado, teniendo buenas repercusiones. Así, como el ave fénix, Vilma Palma volvió a renacer en el año 2010.

Los integrantes de la banda argentina, que después de  mediados de este mes, lanza su décimo segundo trabajo discográfico llamado Bumerang, además de Mario Gómez, son Gerardo ‘Largo’ Pugliani, Carlos ‘Oveja’ González, Pablo Cejas, Martín Cura,  Lucho Cristini, Karina di Lorenzo y Fabiana Díaz.

Entre el 20 de este mes y los primeros días de febrero en las plataformas digitales sonará el primer corte de nuestro nuevo trabajo que cuenta con nueve canciones, Carcamán, Nada más, Pintó con sangre, Vamos Linda, Misterio, Sol, Centurión, Hechicera y Bumerang”, remarca.

Para promocionar su nuevo disco, el 10 de febrero la agrupación iniciará giras por Chile, Argentina, México y Estados Unidos, mientras que después de medio año lo harán por Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia y, muy posiblemente por algunos países de Europa.

¿Qué te ha dado Vilma Palma? “Además de llevarse todo de mi, de causarme esofagitis, presión alta y elevarme el colesterol, me ha permitido vivir de lo que me apasiona, he podido darme ciertos gustos como tener mi casa, que es mi rincón favorito, en una de las mejores zonas de Rosario, comprarme un buen auto Mercedes Benz, aparatos de música y celulares de última generación, que son necesarios en mi carrera, viajar y conocer a mucha gente. Para eso me rajo el lomo trabajando todo el año”, remarca.

Sin embargo, deja claro que no es un hombre de muchos lujos ni de gustos exóticos o caros. Si le queda bien algo se lo compra, sea de marca o no.

Disfruta más de comerse un buen asado argentino, acompañado de tiras, morcillas y ensaladas, además de tomarse una copa de vino o de champán, ya sea entre amigos o con la familia.

Algo que no le puede faltar en su día a día es ir al gimnasio y tomar sus medicamentos para la presión arterial, que es un mal del que padece. ¿Un sueño pendiente? Volver a Europa, no solo de paseo sino también a cantar.

 Apegado a la familia. Celebración la última Navidad con su familia en Rosario.

El chico rebelde

Su niñez fue muy linda, rememora el Pájaro. Tiene hermosos recuerdos de una familia muy unida, con una madre muy amorosa, que ‘sucumbía’ ante los encantos de esa tierna mirada color azul cielo y lo complacía en todos sus caprichos, según cuenta Mario.

“Mi mamá, Ely Alicia,  que lamentablemente partió de este mundo en el año 2013, nos cuidaba, mientras mi papá trabajaba y dentro de lo duro que era, también trató de darnos lo mejor. Mi vieja siempre estaba pendiente de lo que necesitábamos. Fui un niño muy feliz, que hice lo que me gustaba. Llegó un momento en el que me puse un poco rebelde, pero como mi viejo era de armas tomar, me ponía en mi lugar”, indica.

Cuenta que en el colegio era un poco vago, no estudiaba mucho las materias troncales y solo le ponía atención a la música y las artes, que era lo que le gustaba. Dentro de todo se recibió bien, porque su padre siempre estuvo al pendiente y presionando de que por lo menos termine sus estudios y tenga una carrera.

De esa forma si no le iba bien con la música iba a tener un oficio para mantenerse, ya que don Enrique siempre le dejó claro que él no iba a mantener a ningún músico vago en su casa.

Le agradezco a mi viejo por todo lo que hizo. Él quería lo mejor para mí y gracias a su mano firme me formó como un hombre de bien. Ahora él dice que no me puede reclamar nada, porque yo luché por lo que quería y que, gracias a Dios, me fue bien”, manifiesta el cantante, que es quien además, le pone la música a la mayoría de las canciones.

Al mundo de la farándula se lo asocia siempre con los excesos. El  Pájaro también tuvo una época en la que cometió alguno de ellos. Recuerda que en su época en Identikit fumaba marihuana y que incluso llegó a probar cocaína, pero que luego paró y no siguió con ese estilo de vida.

Lidiar con la fama fue un poco complicado al comienzo y cuando uno es joven y no tiene una buena dirección, nos puede pasar una factura muy alta”, asevera.

Su gran amor. Mario en brazos de su mamá, Ely Alicia.

Aún espera el amor

El cantante, que nació en Rosario el 10 de mayo de 1961, no llegó a casarse ni a vivir en pareja y tampoco tuvo hijos. Varias mujeres pasaron por su vida, pero cree que no ha tenido suerte en el amor y considera que en parte quizá se deba al estilo de vida que ha llevado como músico. “Me he enamorado y también he sufrido por amor, porque es difícil encontrar a una mujer que aguante este trajín y entienda mi locura”, asegura.

Hace poco tiempo tuvo un desengaño con una chica que era su novia, que lo dejó en crisis. La pasó muy mal, lloró mucho porque quedó muy dolido y estuvo tres semanas sumido en una profunda depresión. Durante ese tiempo no salió a ningún lado, se encerró en su casa y solamente se dedicó a tocar guitarra, a mirar películas y a escuchar música hasta que fue pasando el sufrimiento que llevaba por dentro y ahora está más tranquilo.

Aunque no es algo que le quite el sueño, dice que no es demasiado tarde y no pierde las esperanzas de encontrar a la mujer de sus sueños. No obstante, no está desesperado ni buscando, solo espera que llegue.

Mientras aguarda a su pareja ideal, disfruta su papel de tío con los hijos de sus hermanos, Diego y Natalia. Santi, Julieta y ahora la pequeña Francesca, son sus grandes amores. A ellos les dedica parte de su tiempo.

¿Sos feliz? Le preguntamos, a lo que responde que  no se considera una persona completamente feliz. “Me falta mi complemento, creo que también necesito un hijo. No quiero envejecer solo, espero disfrutar de mi vejez teniendo a alguien a quien amar y cuidar”, concluye.

Su ‘chochera’. La menor de sus sobrinas, Francesca, lo tiene loco de amor.