Culebrón. Tras la muerte del ídolo del rock galo, Laeticia Hallyday pasó a ser la madastra que dejó fuera de la repartición a los dos hijos del artista

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1 de abril de 2018, 4:00 AM
1 de abril de 2018, 4:00 AM

Esposa abnegada hasta la muerte de su marido, el rockero Johnny Hallyday, Laeticia Hallyday ha visto cómo su imagen dio un vuelco en los tres meses desde el fallecimiento, en los que los fans y parte de la familia no le perdonan su su actuación con respecto al testamento, estimado en varias decenas de millones de dólares.

Laeticia tenía 21 años cuando se casó en 1996 con quien ya era un monstruo del escenario francés, que ya había pasado por el altar cuatro veces y tenía dos hijos: David Hallyday y Laura Smet.

La modelo de rulos rubios y cara angelical no hacía presagiar que 22 años después sería, según sus detractores, la astuta mujer de negocios, que al avanzar el cáncer del intérprete asumió el poder en el emporio de su marido. Hasta su muerte, el 6 de diciembre, Laeticia era aceptada entre el público por su apoyo al ídolo, que era una especie de Elvis Presley francés.

El funeral de Estado, en el que David y Laura lloraron con la viuda y sus dos hermanastras, las niñas vietnamitas que Hallyday adoptó con Laeticia, regaló a los fans y las revistas una insólita imagen de la familia unida.

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Pero cuando se filtraron detalles de la herencia, de la que los hijos biológicos quedaron excluidos, la batalla judicial por el patrimonio puso en la mira a su última mujer, acusada por el resto del clan de haber actuado en beneficio propio.

De muestra, un botón: la abuela paterna de Laeticia, de 82 años, fuera designada presidenta de las empresas que controlan los derechos de autor del cantante.

David y Laura, ausentes de la repartición porque ya habían recibido donaciones en vida, reclaman que el testamento, redactado en EEUU, se ajuste a la ley francesa, que obliga a dar un porcentaje a los hijos. La pugna es por heredar residencias en EEUU, en Francia y en la isla caribeña de San Bartolomé -valoradas en 12 a 17 millones de dólares- y por derechos de autor de 1.160 canciones del intérprete, a lo que se suma el álbum póstumo del artista.

Esa grabación, que saldrá este año, es el catalizador de las críticas contra la esposa, que fue directora artística. En las redes sociales, los seguidores del cantante piden un boicot para que las ganancias no reviertan en Laeticia.

También echaron leña al fuego las exparejas de Hallyday Sylvie Vartan y Nathalie Baye.

Vartan, madre de David, criticó que Hallyday renegara de su sangre y Baye, madre de Laura, dijo que los dos eran “ovejas negras” para la madrastra.

A la espera de que un tribunal francés resuelva el curso legal del caso, la viuda se mantiene alejada de la polémica en San Bartolomé, mientras que Laura y David, de 34 y 51 años, usan las redes sociales como escaparate en su lucha por lo que consideran que es justo.

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