Aniversario. La música popular no había recibido un golpe tan emocional y mediático como la muerte de Elvis Presley, el 16 de agosto de 1977. El coctel de medicamentos, la muchedumbre emocionada y el silencio de las rocolas marcaron las primeras horas de la noticia

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19 de agosto de 2018, 5:00 AM
19 de agosto de 2018, 5:00 AM

Hubiera sido solo el día en que EEUU realizó una de las 1.054 pruebas nucleares de su historia, pero el hongo atómico que se levantó sobre el desierto de Nevada el 16 de agosto de 1977 quedó como una fumarola más frente a la implosión de una vida en Memphis. No todos los días muere un inmortal. Aún en una época prerredes sociales, la onda expansiva de la noticia dio vuelta a l planeta en pocas horas: Elvis Presley, el rey del rock, había muerto en un hospital, tras ser hallado inconsciente en el baño de su mansión.

Legiones de fans no habían visto la partida de un ídolo de esa talla, por lo que la versión edulcorada de que fue fulminado por un ataque cardíaco a los 42 años fue la primera en establecerse. Hablar de una sobredosis de medicamentos era sacrilegio, aunque todo el país había visto la decadensia física del cantante ese año.

Los últimos meses de Elvis estuvieron marcados por shows cancelados por malestares, por un sobrepeso que desdibujaba al galán de ojos azules y por la escasa movilidad de esa pelvis que causaba éxtasis femenino años antes. Su voz de barítono también había perdido claridad, arrastrada por una vida de excesos.

El fin en Graceland

El 15 de agosto había concluido con una nada anormal visita nocturna al dentista, de la que Elvis salió con una receta de codeína, pese a que era alérgico a ese analgésico derivado del opio.

Su adicción a los medicamentos de receta ya tenía larga data, pero el reporte final indica que hasta la madrugada, el cantante tomó tres dosis de codeína. Sufrió un choque alérgico que llevó a una parada cardíaca mientras estaba en el inodoro de Graceland, su mansión. Allí fue encontrado a las 13:30 por su novia, Ginger Alden, que había pasado horas dormida.

Fue llevado a un hospital, pero tras varios intentos de reanimarlo, fue declarado muerto a las 15:00. La autopsia indica que en su organismo se encontraron rastros de 17 medicamentos.

Estrenos. Los años de Jailhouse rock, antes de entrar al Ejército.

A primera vista

Esta semana, el periodista Michael Cole, que en 1977 era reportero de la BBC, rompió 41 años de silencio para relatar que fue uno de los primeros periodistas en ver el cuerpo de Elvis, a invitación de la familia del artista.

“¿Cómo se veía? No muy bien. Siendo inglés, no me gustaba mirar. Pero fue una vista extraordinaria. Lo más sorprendente fue el tamaño de su rostro. Tenía la forma de una sandía. Supuse que las drogas habían causado la hinchazón”, relató. Cole fue el primer reportero en mencionar que en Memphis había fans incrédulos y que “había especulaciones, a pesar de los comunicados de los doctores, que decían que había falseado su propia muerte y se había ocultado”, lo que dio pie a infinidad de teorías de conspiración que siguen hoy.

Declive. El sobrepeso evidente en sus últimos shows le hacía difícil respirar y fue minando la potencia de su voz.

Rockolas desenchufadas

La respuesta del público fue mayúscula. El 17 de agosto, miles de personas rodeaban Graceland para despedir al legendario cantante, que estaba casi retirado desde 1972. En el Elvis Presley Boulevard de Memphis, el cóctel de emoción, calor sofocante y muchedumbre causó desmayos.

Miles lloraron al depositar ramos de rosas rojas frente a Elvis, vestido con traje color crema, camisa azul y corbata plateada.

Como contó el crítico de música Robert Hillburn a la revista Variety en 2017, en los 40 años de la muerte, “no podías caminar dos metros sin escuchar otra anécdota sobre él”. Elvis se respiraba, pero también era silencio. Hillburn recuerda haber entrado a un café y notar que la rockola del local estaba desconectada. “El dueño me dijo que era demasiado doloroso poner su música, que los clientes lloraban”, y agrega, “para Memphis fue así. Para ellos era como el presidente de EEUU”

En Washington, la Casa Blanca recibió llamados que reclamaban un día de duelo nacional. “Ninguna muerte, desde la del expresidente John Fitzgerald Kennedy (1963), conmovió tanto al pueblo estadounidense”, escribió una pareja de californianos en un telegrama dirigido a Jimmy Carter.

Universal. En 1973 dio el primer concierto por satélite a todo el mundo

Fiebre de discos y el entierro

En todo EEUU, las tiendas de discos no daban abasto. En un día se vendieron 250.000 ejemplares de Moody Blue, el último disco de Elvis. Los talleres de fabricación de vinilos trabajaron día y noche para alimentar la voracidad de admiradores a los que el “rey” ya había vendido en vida más de 500 millones de ejemplares.

En la madrugada del 18 de agosto, los hoteles de Memphis estaban completos. Unos 5.000 admiradores se concentraron frente a la villa. Un centenar de periodistas fueron mantenidos a distancia por agentes de seguridad vestidos con elegancia llamativa.

Los funerales comenzaron por una misa bautista para invitados en Graceland. La muchedumbre solo vio pasar el cortejo fúnebre seguido por 15 Cadillac blancos, el color favorito de Elvis. El cuerpo remontó la avenida que lleva su nombre hasta el cementerio de Forest Hills, donde fue enterrado.

Fraudes. Un reporte sobre una foto de Elvis que llora de verdad

¿Por qué alguna gente aún cree que el ‘rey’ no murió? 

Una de las encuestas más curiosas data de 1997. Un estudio de la firma Gallup halló que un 4% de los estadounidenses encuestados cree que el rey del rock fingió su muerte y sigue vivo.

Pese a ser una porción pequeña del público, las teorías conspirativas que aseguran que el cantante no ha muerto siempre tienen eco. ¿Qué alimenta esas historias? ¿qué hay detrás de los relatos sobre encuentros callejeros y fotos borrosas?

Esta semana, en el aniversario 41 de la muerte, el ex reportero de BBC Michael Cole reveló que fue uno de los primeros en ver el cuerpo y que uno de sus reportes desde Memphis sobre que entre los fans había “especulaciones” de que el músico falseó todo, a fin de esconderse, fue base para las teorías conspirativas.

A la versión de Cole, recogida en las calles de la ciudad natal del artista, siguió el libro de Gail Brewer-Giorgio, Elvis vive (1988), que asegura que el rey entró en un programa de protección de testigos del FBI tras declarar contra la mafia y luego recibió una identidad secreta.

Otra génesis de la sospecha es el hecho de que su tumba lleva el nombre Elvis Aaron Presley, cuando el nombre legal llevaba apenas una letra a. En realidad Elvis empezó a escribir Aaron en sus últimos años. /CO