El ex secretario ejecutivo de Fabol se encuentra en Santa Cruz después de haber estado preso en La Paz durante casi nueve meses. No se le ha probado el supuesto delito

5 de noviembre de 2023, 4:00 AM
5 de noviembre de 2023, 4:00 AM

 David Paniagua está libre y conserva sus convicciones. Volvió a su casa a mediados de octubre, después de haber estado detenido casi nueve meses en La Paz, acusado de malos manejos del gremio de futbolistas, algo que hasta la fecha no se comprobó.

“Estoy en mi casa, llegué el 18 de este mes (octubre)...Estuve 8 meses y veinte días, más o menos. Creo que todo el mundo sabe, está claro que es una situación que no se debería haber dado, pero hay que enfrentarla. Fue una situación complicada”, manifiesta Paniagua.

El que fue representante de los exfutbolistas durante más de dos décadas habló con Diez sin esquivarle al bulto. Se refirió a su caso y también opinó sobre la situación que vive el fútbol boliviano.

“La sensación que tengo es que la intención es clara, tratar de hacernos desaparecer. Ya lo habían intentado en 2021, con una denuncia de un jugador no profesional, la cual, se demostró, no debió ser admitida”, sostiene.

Y agrega, “el objetivo era dejarnos sin Personería Jurídica, que estemos al margen, pero les ganamos el Amparo Constitucional que presentaron y se reconocía como FABOL, denominación que conoce todo el mundo y reemplaza a La Federación Sindical de Futbolistas Profesionales de Bolivia, que es como se denomina el gremio. Nos dieron una restricción absurda, que decía que Paniagua y Melgar no podían hacerle huelga (en 2021) a La Liga, cuando esta entidad ya no existía porque se había creado la División Profesional”.

Pero el problema principal fue otro. “Después hubo la falsa denuncia del hijo del profesor (Marcos) Ferrufino. No se presentó una sola prueba. En primera instancia la rechazaron y después dijeron que había estafa y víctimas múltiples...Hasta me crearon un domicilio en El Alto para forzar a que el juez admitiera la demanda. Después me raptaron, me llevaron a Cochabamba en avión y luego a La Paz, por tierra”.

“Jamas nos llevamos un centavo de los jugadores”, aclara el exjugador de Universidad, Real Santa Cruz, The Strongest, Blooming, Bolívar y la selección boliviana en los años 80.

“Decían que era la punta del iceberg, pero no huba una sola denuncia en nuestra contra. Tucho Antelo se las agarró con nosotros porque los jugadores de Sport Boys no le dieron una plata que gestionamos con César Salinas (desaparecido expresidente de la FBF) por los partidos que Fabol organiza anualmente, porque el club no les pagaba hacía varios meses. Él renunció como técnico y los jugadores no lo incluyeron en la lista”, explica David.

Al caso Ferrufino se sumó el encono personal del actual presidente de la FBF, Fernando Costa, y los integrantes del Comité Ejecutivo, con Fabol, y en especial con Paniagua, generados por las amenazas de paro en el fútbol.

Con Fernando Costa no tengo ninguna relación. El problema ( con él) surgió cuando pretendíamos que la FBF cumpla con los acuerdos firmados con los referentes de la selección nacional (Marcelo Martins, Carlos Lampe y Juan Carlos Arce) para que Fabol forme parte de las comisiones en el TRD y el TCA. La FIFPRO denució el caso a la FIFA en octubre de 2022. Después de eso empezaron a montar esta tramoya, en vez de cumplir con los convenios, para tratar de inviabilizarnos. Lo que han hecho es limpiarnos”, comenta.

Luego vuelve a aclarar que “nunca ni Fabol ni el secretario general se quedaron con un peso de los jugadores, eso quedó demostrado.Me denunciaron por ganancias ilícitas, pero lo hace gente con la que no hemos tenido relación; nuestra relación es con los clubes. No hay solo poder de un club, solo denuncia el Comité Ejecutivo (de la FBF)”.

Paniagua cree que “cuando Carlos Romero (expresidente de Sport Boys) certifica que el club no pudo pagar los 32.000 dólares (a la familia de Ferrufino), ahí debió cerrarse el caso”.

Explica además que “los 7 millones que dicen (que ingresaron a Fabol), era dinero de los clubes y llegó a sus destinatarios, está demostrado”.

Después de explicar y aclarar sobre las acusaciones que le realizaron, se refirió a su estado de ánimo. Durante la entrevista se lo notó muy tranquilo, convencido de lo que expresaba en cada ocasión.

“En estos casos, la que sufre es la familia. Cuando uno tiene la conciencia tranquila, está tranquilo, sabe que en algún momento se tiene que acabar (el problema). No podía ser eterno, no hay un solo elemento o causa para que nos puedan llevar a juicio”, revela.

Asimismo, sostiene estar “muy fortalecido en lo personal, igual Fabol, que va a tener larga vida, está libre de sospecha”.

No siento que esta situación como algo que me haya hecho daño, al contrario, me ha hecho más fuerte. Como también me fortalece el respaldo de insticiones como la FIFPRO”, agrega con énfasis.

En la parte final de la entrevista, David habla de sí mismo y marca diferencias con los dirigentes de la FBF. “Soy un hombre de fútbol a diferencia de ellos, creé Facruz, FAL, soy coautor de la primera Ley del Deporte en el Parlamento, reactivamos el gremio y fui secretario nacional de deportes”.

Acota además que “el mio es un proyecto de vida, no soy un aparecido que quiere encaramarse. Soy sindicalista por convicción. Mi vida en el fútbol nadie me la va a cortar”.

Gringo, como le dicen en su entorno, también critica a los dirigentes por no aceptar al gremio de los futbolistas y tampoco el rol que cumple en defensa de los derechos de los jugadores. “No sé quién les ha dicho a los de la FBF que los países sin gremio de futbolistas progresan; ahí está Argentina, que tiene un gremio fuerte y hoy es campeona del mundo. La FBF y el gremio deberían caminar juntos.

Por último, se mete de lleno en la problemática del fútbol nacional. “Todos hablan de refundar el fútbol, pero el fútbol boliviano no se va a organizar si no pone en funcionamiento el Reglamento de Licencias. Esa sería la verdadera refundación del fútbol boliviano. Un campeonato con diez o doce clubes que cumplan los requisitos. Si esto se cumple, en unos cuatro o cinco años será todo distinto”.

Insiste en que “el fútbol va a tener futuro cuando se cumpla con las normas, mientras tanto, va a ser una chacota. Todos los actores tienen que ir unidos para que el fútbol vaya adelante, una férrea unidad en igualdad de condiciones”.

En la despedida, advierte y hace un pedido: “imploramos para que se aplique el Reglamento de Licencias, es la última oportunidad para que el fútbol boliviano pueda cambiar”.