Croacia le ganó a Islandia y se confirmó como primera de su grupo. Las jóvenes águilas lucharon hasta el final. El VAR no dio un penal a los africanos, por mano de Rojo

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26 de junio de 2018, 16:19 PM
26 de junio de 2018, 16:19 PM

Cosas del fútbol. Marcos Rojo, central argentino del Manchester United, es el héroe de la clasificación de su selección a octavos de final pero bien pudo ser el villano. El VAR a 15 minutos del final, decidió que su mano fue involuntaria, que tras pegar en la cabeza, la bola viajó caprichosa hasta su brazo y luego le quedó dormidita a un nigeriano, que la mandó a Júpiter.

Ese fue el antes y después de un partido bravo. A partir de ese instante Argentina se creció y Rojo terminó haciendo un golazo de bolea en el arco de en frente para terminar de meter a la Albiceleste a octavos de final como segunda de su grupo. Allí la espera la poderosa Francia, la selección más cara de este mundial que probablemente la hará sufrir más que Nigeria, la selección más joven de Rusia 2018.

En el otro estadio, en el Rostov Arena, Croacia le había ganado 2-1 a una dignísima Islandia. Con un equipo que alternaba titulares y suplentes, Croacia se había puesto en ventaja con gol de Badelj, pero había igualado de penal Sigurdsson justo en el peor momento argentino, cuando parecía desmoronarse en la arena de San Petersburgo.

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Argentina había hecho un gran primer tiempo, con dominio absoluto. Messi había arrancado pegado a la banda derecha y recordaba al joven de sus primeros momentos del Barcelona, cuando Frank Rijkaard era su técnico y jugaba de extremo. Fruto de un pase larguísimo, la pulga tuvo la oportunidad por primera vez en este mundial de mostrar toda su calidad. Su control no solo fue para matar la pelota, sino para fabricarse una ventaja contra el lungo defensor nigeriano y derrotar al arquero casi a quemarropa.

Fue el mejor momento de Argentina, que incluso admitió un clásico en medio. La culpa fue de Sampaoli, que calificó al partido como una final. Y el Pipita Higuaín suele fallar en los mano a mano en los finales. Este fue el menos claro de todos los que tuvo, pero le faltó el centavo para el peso para elevar la bola por encima del arquero nigeriano. 

Ahí comenzó a reaccionar Nigeria, que hasta ese momento se había clavado con una línea de cinco al fondo, dos volantes de contención en tres cuartos y una línea de tres casi en media cancha para tratar de tapar los embates albicelestes. 

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Cuando los pichones de águilas, que darán que hablar en Catar -si siguen con este ritmo-, desplegaron sus alas, Argentina demostró que igual puede ser un equipo dominador en un partido más igualado, siempre y cuando controle sus nervios. Por ello, Armani, que debutaba en el arco argentino, apenas tuvo que parar un tirito débil cuando moría el primer tiempo.

Todo cambió en el segundo episodio. Y todo a través de un córner. Argentina tenía tan amarrado el partido que Mascherano decidió jugar a que tocaba a un delantero nigeriano. Fue un penal cobrado por el VAR y fue bastante severo. Masche nunca termina de ‘faulear’ al africano, pero el toque existe. Moses, uno de los tres experimentados de las águilas, engañó como a un inocente al tan añorado Armani.

A partir de ese momento la selección argentina parecía una bolsa de gatos. Enzo Pérez puteó en directo a Sampaoli cuando fue cambiado. De sopetón entraron Meza y Pavón, los pedidos de la hinchada. Messi trataba de hilvanar jugadas de esa que descose defensas en el Barcelona, pero Banega en lugar de confiar en la Pulga y buscarlo en pared por el centro, terminaba abriendo la cancha para un lateral que por lo general tiraba un centro que siempre moría en la potencia física de los jóvenes africanos. 

Fue ahí, tras un par de intervenciones de Armani, que llegó el 'no penal de Rojo' y luego su gol. Fue ahí que Messi comenzó a mostrar experiencia y a enfriar el partido, con un Mascherano caliente, con la ceja ensangrentada, demostrando que no es por no dejarse la vida en la cancha que suele fracasar. Fue ahí cuando en el campo de Rostov llegó el gol de Perisic, Iván para sus amigos argentinos del Inter de Milán, que seguro le agradecerán con un asado a su vuelta, el haber terminado de sellar el boleto albiceleste para octavos de final.

Ahora a Argentina la espera Francia, un cuco que tiene jugadores como para asustar a cualquiera. A Croacia la espera Dinamarca, una selección que juega octavos por la falta de experiencia de Perú. Lo lógico sería que los de Modric y compañía tengan muchas esperanzas de jugar cuartos.