La academia cruceña reaccionó a tiempo y dio vuelta al marcador ante Guabirá (4-2). Los goles fueron anotados por Rafael Barros (16’ y 86’), Paúl Arano (75’) y César Menacho (76’), mientras que para el rojo de Montero marcaron Marcelo Aguirre (1’) y Javier Lezcano (32’).

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14 de abril de 2019, 18:54 PM
14 de abril de 2019, 18:54 PM

Nervios de punta, sufrimiento al extremo, pero al final y cuando parecía que le llegaba la noche, Rafael Barros apareció para rescatar a este Blooming que volvió a ser Blooming en este Apertura 2019. El triunfo por 4-2 en el Tahuichi ante Guabirá, no fue fácil, pero al final se logró sellar gracias a un golazo del brasileño que le permitió a la academia sumar 34 puntos y seguir vivo en la lucha con Nacional (37) y Bolívar (35), en la lucha por el título.

La aparición de Barros fue fulgurante, porque cuando Blooming perdía por 1-2 y quedaba poco para el final, el brasileño habilitó a Arano que marcó el 2-2 y luego hizo lo mismo con Menacho para el 3-2 y selló su gran noche con un zapatazo a los 87’ para el 4-2 que terminó dándole el triunfo a la academia. La celebración como era de esperarse, fue de manera eufórica. El miércoles los celestes visitan a Bolívar en un partido que se presenta como otra final.

En el primer tiempo todo fue frenético, por el golazo de Marcelo Aguirre cuando apenas se jugaba 1 minuto. Vio, calculó y remató para dejar sin opción a Rubén Cordano (0-1) y silenciar un Tahuichi cuyos hinchas celestes no podían creer lo que pasaba. Fue un golpe bajo, del que costó reponerse, ya que Blooming se abalanzó hacia el área rival con más ganas que orden, liderados por Joselito que comenzó a abrir el balón para Fernández y a buscar a Rafael Barros.

Esa insistencia por igualar le terminó dando el empate a Blooming tras un penal que Gustavo Peredo le cometió a Fernández cuando se internaba por izquierda. Lo pidió el brasileño Barros que marcó (16’) con un remate suave que por poco y desvía John Cuéllar con el botín derecho. El 1-1 daba otros bríos, otro panorama para la academia, pero pronto vino una mala noticia: se lesionó Jesús Sagredo lo que obligó a una variante táctica de parte de Erwin Sánchez.

Lo reemplazó Leo Vaca que se ubicó en la derecha, se fue a la otra banda Gabriel Ríos y José Vargas que había comenzado como volante, bajó al carril derecho. Ese momento de acomodo lo aprovechó Guabirá para volver a meter el puñal. Pase al vacío de Lovera, control pleno de Javier Lezcano y remate cruzado (32’) para el 1-2 parcial. Caras trémulas nuevamente en la academia y reclamos de Platiní al línea, por un agarrón a su jugador. No había vueltas.

En el complemento Guabirá lo pudo haber liquidado, primero a través de Aguirre y luego con Lezcano que fallaron prácticamente debajo del arco. Y como el montereño perdonó, Blooming no lo hizo, primero a través de Arano (75’) que remató de tres dedos un pase de Barros y al siguiente minuto con César Menacho (76’) que provocó la locura capitalizando un pase de Barros, justo en el peor momento de desconcentración de Guabirá.

Con ese gol Blooming fue otro, creció porque ese tanto dio confianza y cuando menos se esperaba el rojo, Rafael Barros liquidó el pleito con un zapatazo que resultó inatajable para el meta John Cuéllar (87’). Ese 4-2 no se movió más y en la academia hoy todo es festejo ya que dio una muestra de carácter en el peor momento del partido, teniendo en el brasileño Barros a un estandarte de la lucha que hoy asume este Blooming que todavía sueña.