Dio positivo por alcoholemia y fue separado por el director técnico Víctor Hugo Antelo. “Me equivoqué y debo pagarlo”, dijo el arquero que trabaja en la reserva. Uraezaña y Cuéllar tienen chance de ocupar su lugar. 

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17 de octubre de 2018, 4:00 AM
17 de octubre de 2018, 4:00 AM

Luis Cárdenas no negó que había consumido bebidas alcohólicas y tras ser separado del primer plantel de Guabirá, aceptaba la sanción impuesta por el técnico Víctor Hugo Antelo, porque cometió una falta. Ayer, la dirigencia que preside Rafael Paz, confirmó que el 40% de su sueldo le ha sido descontado. “Ya le pedí disculpas a mis compañeros y se las pido al técnico también; cometí un error”, dijo un arrepentido Cárdenas.

El arquero cumplió un nuevo día de práctica en la reserva, no solo trabajando para no perder el estado físico, sino también ayudando a los arqueros de esa categoría. Dijo que tras la sanción escribió al grupo de chat que tiene de sus compañeros dándoles la explicación de lo que había pasado. Con el que le falta hablar es con Tucho Antelo. “La verdad quisiera hablar con él, para quedar bien porque no soy una lacra”, sostuvo Luis.

Junto a Cárdenas también se entrena en la reserva Mauricio Chajtur, sancionado por similar situación. Por la noche, el presidente de la institución, Rafael Paz, en contacto con Los Más Buscados de EL DEBER Radio, dijo que intercederá ante el técnico para que ambos jugadores tengan una nueva chance, aunque aclaró antes que cualquier decisión que tome Tucho es respaldada por ellos. De momento todo sigue igual.

Lo que Cárdenas se encargó de aclarar ante las versiones que surgieron por las redes sociales, que él no cometió la falta por la fiesta de las expromociones en Montero, sino que fue “por un compartir familiar”. “Lo dejo en claro, porque no fue que me amanecí como están diciendo. Yo al día siguiente me presenté a la práctica”, dijo el arquero que admitió que permanecerá en la reserva trabajando duro hasta esperar otra chance.

“Es acá donde tengo que demostrar y esperar a que me den otra oportunidad; debo estar listo para responder si es que me toca”, añadió el arquero que hasta la fecha 14 del Clausura, atajó en 13 de los 14 partidos. “El pleno apoyo en estos momentos difíciles lo he recibido de cuatro de mis amigos en el club, de mi familia y de mi novia; espero salir pronto de esta situación”, añadió el meta. Mientras eso sucede el equipo se alista para visitar este sábado a The Strongest.

Uno de los datos llamativos que Rafael Paz dijo anoche en la radio, fue que el nivel de alcoholemia no había sido tan alto como se informó al principio. De todas formas, aclaró que este aspecto no significa que aparte la sanción al arquero. Para el presidente, Tucho tiene toda la potestad de tomar decisiones de este tipo porque antes se habló con los jugadores para que estas faltas no ocurran.

Los que quedan como opción para el choque ante los atigrados son Braulio Uraezaña y John Jairo Cuéllar, que esperan su chance. El técnico definirá en los próximos días al titular aunque también se habla de la posibilidad de que ambos alternen de acuerdo a cómo rindan en las prácticas. Tucho se ha mantenido firme en la decisión que tomó. De momento no hubo ningún acercamiento ni con Cárdenas ni con Chajtur y lo más probable es que ambos sigan en la reserva hasta que acabe este campeonato.

Con respaldo del presidente

Rafael Paz, presidente de Guabirá, fue claro sobre la decisión de Tucho Antelo de apartar a Cárdenas y Chajtur por indisciplina. “Tiene todo nuestro respaldo”, dijo. De todas formas hablará con el técnico para una evaluación con los jugadores.

En otro tema, Rafael Paz le confirmó a Los Más Buscados de DIEZ que será candidato a presidir la División Profesional. Al menos cinco clubes deben respaldarlo y el titular azucarero aclaró que los tiene.

Además de trabajar en lo físico, Cárdenas entrena a los arqueros de la reserva.

ANÁLISIS

La mano dura de Tucho

Pedro Rivero Jordán – Periodista

Sin vueltas, aplicando sus códigos con todo rigor, Víctor Hugo Antelo ha dispuesto la separación de dos jugadores de Guabirá que dieron la mala nota con graves actos de indisciplina, recurrentes en el fútbol profesional boliviano y que se apuntan entre las causas principales de su rezago en el plano internacional.

El exgoleador histórico y ahora conductor de los rojos, asumió la medida sin poder ocultar su malestar y su frustración porque sintió defraudada la confianza que había depositado en el arquero Luis Cárdenas y en el atacante Mauricio Chajtur, poseedores de condiciones estimables pero sin una noción clara y firme de su responsabilidad como profesionales. ‘Tucho’ los desafectó y convocó en su lugar a quienes considera que pueden aprovechar mejor la oportunidad de probar sus aptitudes y de acercar sus metas. Una oportunidad que ha tocado sus puertas.

Junto a otros factores que acompañan y ensombrecen la carrera del futbolista nacional, la indisciplina, en todo tiempo y lugar, ha impedido y/o truncado el surgimiento, la proyección y la consagración de numerosas promesas, de talentos innatos que son abundantes particularmente en la región cruceña, pero que se extinguieron como destellos fugaces. El consumo de alcohol e incluso de drogas, terminó hundiendo en el abismo a muchos protagonistas de la ‘pasión de multitudes’. Tampoco es novedad alguna que, por unos pesos y arriesgando su condición física, los ‘profesionales’ alternen, violando los contratos con sus clubes, en torneos vecinales que suelen rematar en bebendurrias y en otros excesos.

En Bolivia, el problema tiene raíces profundas. Son determinantes, en la mayoría de los casos, crisis estructurales y necesidades básicas no satisfechas en el seno familiar así como la ausencia de valores en la formación humanística del individuo. Influyen también los procesos que no son bien conducidos o que no llegan a completarse en las divisiones menores, un ciclo clave del futuro profesional del fútbol.

Frente a la indisciplina, la inevitable y justificada mano dura de Tucho ha dejado al desnudo, una vez más, una penosa faceta de nuestro fútbol, de sus limitaciones y de las debilidades que a sus actores principales les cuesta superar.