El mandamás del fútbol nacional falleció este viernes luego de luchar varios meses contra el cáncer. Fue detenido en 2015 acusado de diversos delitos que incluían estafa agravada y corrupción.

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3 de agosto de 2018, 11:28 AM
3 de agosto de 2018, 11:28 AM

Era un 17 de julio de 2015, el entonces presidente de la FBF, Carlos Chávez llegó junto a su 'mano derecha' Alberto 'Tico' Lozada para prestar su declaración convocado por el Ministerio Público y que se realizó en Sucre. Después de más de 8 horas, una comisión de fiscales determinó la detención preventiva de ambos. En aquel momento, el fiscal superior asignado al caso, Iván Montellano, indicó que Chávez fue convocado en el marco de las investigaciones que se tenían a causa del escándalo por corrupción, dentro de una investigación iniciada por la Fiscalía de los EEUU, pero que su situación se agravó luego de una denuncia por estafa agravada que se hizo en su contra.

Para entender su detención, hay que remontarse a principios de 2013 cuando en un partido por Copa Libertadores entre los equipos de San José de Oruro y Corinthians, el joven Kevin Beltrán (hincha del santo) resultó afectado por una bengala y perdió la vida. Como muestra de buena fe y para resarcir en parte el daño causado a su familia, la Confederación Brasileña de Fútbol y la FBF pactaron un amistoso entre ambas selecciones y se decidió que el dinero recaudado sea en favor de los familiares del fallecido.

El dirigente de Bolívar, Wálter Zuleta, que fungía como tesorero del ejecutivo de la FBF, fue quien presentó esta acusación ante la Fiscalía y denunció que tal acuerdo no fue cumplido a cabalidad por parte de la Federación Boliviana que manejaba Carlos Chávez.

En el mes de junio el Fiscal General del Estado, Ramiro Guerrero, anunció la conformación de una comisión que estuvo integrada por tres fiscales, que investigaron supuestos malos manejos de los recursos económicos que fueron entregados a la FBF por instituciones como la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

A Palmasola

El 22 de julio, Chávez y Lozada fueron trasladados desde Sucre llegando pasado el mediodía a Santa Cruz en donde decenas de medios de comunicación esperaban su arribo en el aeropuerto Vivu Viru para tener la primera imagen: la de Lozada enmanillado. Al inicio se tenía previsto que Chávez llegue en la misma aeronave, pero al final se cambió su itinerario. 

‘Tico’ volvió a Santa Cruz escoltado y con las esposas de seguridad cubiertas con una toalla. “En este momento acaba de descender del avión Alberto Lozada…”, se escuchaba decir a más de un periodista que realizó trasmisión en vivo del hecho que dejó una huella en el balompié nacional. Lozada fue trasladado en un vehículo de inteligencia, a gran velocidad, por la avenida G77, hasta Palmasola para solicitar una custodia y así poder cumplir la orden del juez en su domicilio. 

A las 15:45 de aquel miércoles, el ‘poder’ de Chávez se vino abajo. Delgado y demacrado salió de la celda en la que estuvo por cuatro días con destino a una del penal de la capital cruceña. 

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El dirigente llegó a Santa Cruz al promediar las 19:00, con resguardo policial, y fue trasladado hasta la cárcel de Palmasola, donde lo esperaba el pabellón uno de la prisión. 

El 5 de agosto, 15 días después de ser detenido, las redes sociales explotaron al ver las fotografías de Carlos Chávez en la cárcel jugando billar. El entonces mandamás del fútbol tenía un cigarro en la mano y una camiseta de la Juventus. Las imágenes se hicieron virales en solo segundos, además de muchos comentarios negativos.

Carlos Chávez estuvo recluido en el penal de Palmasola más de dos años y medio. En abril de este año, el Tribunal Tercero de Sentencia de Sucre determinó excluir del proceso de malversación de fondos en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) por motivos de salud, para que pueda viajar a Brasil y ser sometido a un tratamiento especializado contra el cáncer, enfermedad que este viernes terminó por apagar su vida.