Se formó y jugó en Boca Juniors. La 'Rata' Rodríguez admite su felicidad por lo que le pasa al arquero boliviano y porque ese ejemplo les eleva la confianza y el entusiasmo a los jóvenes en el país.

El Deber logo
29 de octubre de 2018, 12:17 PM
29 de octubre de 2018, 12:17 PM

Conoce muy bien el mundo Boca porque estuvo ahí, porque desde los 15, vivió ahí tras ser escogido luego de una prueba. “Habían pasado cuatro meses y el día menos imaginado, llegaron dos agentes de Boca a decirle a mi padre que debía alistar el bolso porque me tenía que ir a vivir a la pensión”. Claudio Rodríguez, la ‘Rata’ para muchos, hoy dice estar feliz por lo que le pasa a Carlos Lampe, porque más allá del premio al esfuerzo del arquero está el entusiasmo que ha generado en los chicos que se dedican al fútbol.

“Eso te infla, te motiva, te hace sentir distinto”, describe el hoy entrenador de las divisiones menores de Royal Pari. Esta situación, reconoce, origina un clima bueno para los técnicos que están abocados a la formación, porque se abre el abanico de los chicos con proyección. En su actual club, Claudio dice que ya se siente campeón, no tanto por lo que pueda hacer el equipo de primera, sino porque ha logrado que debuten cinco chicos en el profesionalismo. Elogia a Roberto Mosquera y dice que con él se aprende mucho.

Claudio Rodríguez acompañado de su esposa Luz del Rosario González y sus hijos Claudio (17) y Luciana (15). El chico juega en las menores de Royal Pari y hace poco tuvo la oportunidad de conocer la Bombonera junto a sus padres.

 ¿Qué aspectos se pueden resaltar trabajando con chicos en un momento como este?

Es muy bueno, te hace sentir contento. En mi caso, que había estudiado hace varios años es gratificante. Hoy estamos (junto a Miguel Ábrigo) con la reserva y la sub 19 en Royal y hacer debutar a chico en primera división, para nosotros es más que salir campeón. Siempre se pide que la comisión directiva y el técnico tengan participación con las menores y acá eso pasa, es como uno quisiera trabajar siempre.

¿Cómo es el Claudio técnico de menores tras su vivencia en Boca Juniors, como jugador?

En realidad se tiene que seguir trabajando duro, porque el momento te dice que llegan chicos con 18 o 19 años sin mucha técnica. A mí me encanta el buen fútbol, hablar mucho, aconsejar para que no pasen por lo que uno pasó. Siempre toco la vivencia que tuve formándome en Boca porque me tocó salir de Santiago del Estero hacia Buenos Aires cuando tenía 16 años y no fue nada fácil abandonar tu provincia sin saber lo que te vas a encontrar al otro lado. Les digo a los chicos que sin sacrificio esto no sirve, que hay que luchar, que esto no significa que vas a ser profesional solo porque ganes un millón de dólares, sino profesional en el cumplimiento del sacrificio que te dan estos resultados. Ya hay chicos que llegaron a primera y ojalá aterricen más.

 ¿Cuánto ayudan las vivencias en una etapa de formación?

Después de los trabajos siempre quedan dudas, charlamos, algunos me preguntan si de verdad jugué en Boca, de cómo llegué, y junto a Miguel (Ábrigo) buscamos hacerles el camino más corto, no el largo que recorrimos nosotros, porque para llegar a primera hay muchos tumbos, hay que caerse, aunque tratamos de que no tengan demasiadas vivencias duras. El objetivo, así sea en charla técnica o contando experiencias, es que lleguen. Habrán piedras a esquivar durante el camino, como las tuve yo y quienes han pasado por una pensión, pero no hay que rendirse.

La 'Rata' Rodríguez en el mundo Boca en Buenos Aires. Fue compañero de Navarro Montoya y de Gabriel Omar Batistuta. Nació en Santiago del Estero, pero se enamoró de Santa Cruz.

 ¿Qué piedras por ejemplo?

Que hay que seguir por más que no estés jugando, que por ahí no te citan o no jugás ni en las prácticas, pero eso debe sacar de vos la constancia. Sin embargo, en muchas ocasiones pasa lo contrario, que si no te citan, lo primero que haces es agarrar las chuteras irte a jugar al barrio, y el lunes apareces lesionado. Está claro que esos no son los caminos, aquí, en esta etapa, el camino es el sacrificio.

 ¿Y esto incluye incluso si tienes que dejar a tus padres, como te tocó a vos saliendo a los 16?

Yo jugaba en Mitre de Santiago del Estero, y luego fui a Newell’s Old Boys, tuve un mes en esa pensión y me volví. Después salió una prueba para irme a Boca, una sola prueba, y tres o cuatro meses después que no tenía nada de noticias (‘incluso dije se olvidaron de mí’)  un día aparecieron y vinieron directamente a buscarme; ahí comenzó un sueño, algo que siempre quise. Mi viejo me hizo el bolso y directo a viajar a Buenos Aires que para mí era un mundo aparte. Tuve que llegar, no conocía a nadie, tuve nuevos compañeros que no te hablan, porque vas a quitar un puesto, vas a competir con ellos, y nadie quiere tener a alguien detrás comiéndole los talones por tu lugar. Pero no era el único, porque a Boca llegan muchos jugadores de provincia, de Córdova, de Tucumán, de toda Argentina y uno se termina adaptando. La verdad que al comienzo uno sufre mucho, porque no conoce, pero luego uno se va adaptando a todo.

 ¿Cuánta diferencia encontraste de un rato a otro?

Primero, de viajar máximo 20 minutos para ir de un lugar a otro, a viajar entre dos o tres horas en micro, tren o subte. La rutina, el estilo de vida, cambió, pero valió la pena. Sabía a lo que iba y si me quedaba en el camino, a menos me iba a decir que me dí al máximo, que lo intenté,  pero gracias a Dios las cosas se me dieron y pude llegar. Hace poco estaba leyendo la nota de Lampe que por primera vez pisó la Bombonera para en un partido oficial con el escudo del club y me dije: ‘ya entró a la historia de Boca’. Eso es lo más importante cuando uno llega ahí.

¿Les hablas del lujo de compañeros que tuvistes?

(Sonríe) Aunque por ahí no conocen a quienes jugaron conmigo como Navarro Montoya, Giunta, Ponce, Tapia, Latorre o Batistuta, les digo que voy a explotar el talento que tienen ellos tomando como ejemplo a estos jugadores con los que estuve. A veces le digo: ‘Yo tenía un compañero que se llamaba Beto Márcico y te voy a enseñar lo mejor que tenía. Con otro delantero que jugué fue con Graciani de quien aprendí mucho, porque cuando llegué, él ya estaba en primera división. Eso mismo ahora quiero hacer con los chicos, enseñarles lo bueno, no lo feo (vuelve a sonreír).

¿Le ‘metes’ el mundo Boca?

Si a los chicos le preguntas por el fútbol argentino, rápidamente te van a decir Boca y River Plate. Pocos te van a hablar de San Lorenzo o Independiente que son también grandes en Argentina. Pero Boca es Boca y es por eso que te decía anteriormente que Lampe ya entró en la historia de Boca, jugando o sin jugar, pero ya firmó la planilla. Me alegra mucho que hubiera entrado en la historia de ese club.

¿De Bolivia no te mueves?

Tengo mi vida hecha acá, hace 19 años que vivo en Bolivia y me siento un boliviano más, un cruceño más. Fijate que en Santiago del Estero solo viví 16 años, no más, ya llevo más tiempo en Santa Cruz que en mi ciudad. Vine para Oriente Petrolero, conocí a mi esposa y me quedé. Fui y volví y felizmente me quedo a vivir en Santa Cruz.

¿Qué crees que está viviendo Lampe en este momento?

Está viviendo un sueño. Es que si un futbolista no tiene sueños, no puede llegar nunca a lo más alto. Conozco a su padre (Juan Carlos Lampe), del esfuerzo que hace y me hace acordar a mi papá porque él también luchó harto por mí y lo sigue haciendo porque el padre, hasta que se muere, siempre seguirá luchando por sus hijos. Yo feliz por el padre, por Carlos y porque motiva a los chicos, a los profesionales, porque es como si se diera el mensaje de que se puede salir al exterior. Creo firmemente que en Bolivia hay talento, hay grandes jugadores.

¿De verdad crees que se valore este fichaje de un boliviano a Boca por más que el contrato sea solo por la Copa?

Mirá, lo de Lampe es una puerta, si bien Milton (Melgar) abrió la primera, esa puerta no fue aprovechada. Quizá un empresario tiene miedo de ofrecer un jugador boliviano a Boca. ‘¿Qué lo van a llevar?’ Dicen muchos. Pero fíjense y ha sido clave para Lampe sus buenas actuaciones en la selección, a la que muchos desprecian, pero cuando uno juega ahí tus bonos suben el 100%. Lampe es un ejemplo a seguir, en metas y objetivos; es puro trabajo y eso le viene bien al país porque fijate en todos los medios está Lampe y te aseguro que de aquí en adelante, habrán muchos chicos que querrán ser arqueros.  Eso es lo que ha generado Boca y él con sus buenas actuaciones.

 Hablaste de soñar, de que es clave para el jugador que comienza soñar, ¿por qué?

Mirá, aquí está la muestra. Sin necesidad de que Carlos lo diga, él ha dado un mensaje claro: que se tiene que soñar. Porque un jugador sin sueños, no es jugador. Hoy los chicos solo hablan de Lampe, Boca, Lampe, Boca... pero saben que es con sacrificio porque al arquero nadie le regaló nada. Fue campeón con Sport Boys, pasó por momentos difíciles, cayó, se levantó y hoy tiene la experiencia de contarle a sus hijos y nietos, a sus amigos, que jugó en Boca. Además de la experiencia que va a acoger cuando le toque dirigir, si es que en algún momento piensa ser técnico.

¿Te imaginaste que se fuera a dar en esta Copa Libertadores?

Me emocioné mucho por él y por su papá con quien charlaba y me decía que había la posibilidad de Boca. Y yo, la verdad, no le creía. Debo reconocer que acá no hay mucho acceso a la información del fútbol de Chile, acá se sigue solo el fútbol argentino, el fútbol español o el italiano, pero había alguien que estaba viendo las actuaciones de Lampe en el Huachipato y en la selección nacional. Ojalá que Boca pueda hacer uso de la opción de compra para motivar aún más a todos los chicos en Bolivia.

 ¿Hincha aún más?

De Boca y de Mitre. Siempre en la Argentina tenemos dos equipos, el de la capital y el de provincia porque Mitre es de Santiago del Estero. Bueno de Boca, es toda mi familia.

 ¿Cómo viste el partido ante Palmeiras el miércoles?

No sufriendo, pero sí mirando muy atento. En realidad uno como técnico ya mira los partidos de otra manera, cómo marcan, cómo rompen líneas, cómo se agrupan. Los hinchas, quizá, miran más las gambetas, los goles, una buena jugada; nosotros miramos otra cosa, hasta cómo te atacan y cómo se erra un gol, las causas que hubieran podido llevar a aquello.

Es muy lindo compartir con los amigos viendo un partido, aunque de verdad que no soy mucho de opinar. Hay gente que dice muchos conceptos acertados. Tampoco voy a negar que acá veo a Boca y quiero que gane. A Boca le ha tocado una semifinal bastante difícil, porque Palmeiras es complicado, es un equipo que viene jugando prácticamente junto, desde hace tres años y encima tiene a un técnico como Luiz Felipe Scolari, que jerarquiza aún más al club.

 ¿Cómo vez nuestro fútbol?

Te hablo primero de Oriente que es un equipo con historia y que tiene que estabilizarse. Después si se hace una mirada nacional creo que falta incentivo, motivación, por eso te digo que lo de Lampe es mucha cosa para las menores y también para el fútbol profesional. El futbolista boliviano, sin mucho sacrificio, juega bien, ¿te imaginás con un mayor sacrificio? No solo va a apuntar a jugar en Argentina, sino más allá. Tenemos que mejorar en ser un poquito más profesional, pero no profesional solo porque ganés un millón, sino profesional en cómo trabajas, cómo te cuidas, en meterle duro para conseguir las metas que uno desea. El camino ya es más corto para llegar a primera y en esto ayudó el Internet.

¿Por qué?

Hoy por ejemplo me voy de vacaciones a mi casa y miro el fútbol boliviano desde donde esté. A Lampe lo contrataron porque lo miraron prácticamente en vivo. Eso antes era imposible si es que el técnico o el dirigente no viajaba a verlo, porque de lo contrario, te limitabas al video que te mostraban -donde todos juegan bien- y cuando lo veían jugar ya contratado decían ‘ey! ese no fue el jugador que yo ví’. Hoy tenemos el Internet y los medios que nos hacen ver todo a cada paso.

 ¿Lo tuyo es solo menores o es un paso de formación para llegar en algún momento a primera?

Dirigir en primera es mi deseo, para eso nos estamos preparando. Como te digo tengo mi licencia, mi carné. Hoy estoy trabajando con la sub 19 y la reserva y estoy feliz, porque sigo aprendiendo.

 ¿Se aprende mucho del peruano Roberto Mosquera (actual técnico de Royal Pari)?

Es un excelente profesional, un excelente técnico, sabe mucho. Es una persona que vino a enseñar y nosotros lo estamos aprovechando porque de lo bueno hay que aprender. Trabaja de cerca con nosotros, hay buena relación. Vino a Bolivia un gran técnico y no hay que desperdiciar la oportunidad de aprender, de formarse aún más.

 ¿Qué le dirías a los que arrancan como futbolistas?

Primero a los padres que en muchos casos desaniman a sus hijos a entrenar diciéndole ‘dejá eso y andá a estudiar’, que se pueden hacer ambas cosas y que si logra llegar a ser futbolista profesional, que también se puede vivir. De todas formas siempre creí en que ambas cosas se pueden combinar, porque como decía el profesor Xabier Azkargorta, las prácticas son solo dos o tres horas, ¿y el resto del día?. Hay que tener ocupada la cabeza del chico y el estudio es muy bueno. Pero sin dejar el fútbol, que jugarlo, es muy hermoso.