"No me sentía muy bien físicamente, pero luché", reconoció el serbio, que venció a Daniil Medvedev por 6-3, 6-7 y 7-6 en el ATP de Turín.

18 de noviembre de 2022, 13:26 PM
18 de noviembre de 2022, 13:26 PM

Novak Djokovic echó mano de sus recursos físicos y mentales para vencer este viernes a Daniil Medvedev por 6-3, 6-7 (5/7) y 7-6 (7/2) y mantenerse invicto en el Grupo Rojo de cara a las semifinales del Masters ATP de Turín (Italia).

"No me sentía muy bien físicamente, pero luché", reconoció el serbio. "Estoy muy orgulloso de haber sacado la poca energía que me quedaba".

En el primer set, Djokovic hizo el único 'break' para ponerse 5-3 y ganar el set con su servicio. 

El serbio lo tuvo mucho más difícil en el segundo set, salvando tres puntos de set con 4-5 y forzando un tiebreak que se llevó Medvedev.

De cara al último y definitivo set, Djokovic parecía muy cansado, pero aguantó hasta un tiebreak que ganó con autoridad (7/2) para mantenerse invicto en el torneo.

Este derroche de energía es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que el serbio tenía asegurado su pase a las semifinales incluso antes de jugar el partido, gracias a sus dos victorias sobre Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev. Estos dos se enfrentarán a partir de las 20H00 GMT por el segundo puesto del grupo de clasificación para las semifinales.

Y lo más extraño de todo es que Djokovic sabía antes de comenzar su partido contra Medvedev (N.5) que jugaría su semifinal al día siguiente contra Taylor Fritz, que se clasificó el jueves y tenía un día de descanso.

"No sé si podría haber renunciado y jugar mañana. Ni siquiera lo pensé. Tenía muchas ganas de ganar", explicó.

Djokovic, actualmente octavo del mundo tras una temporada truncada por su rechazo a la vacuna contra el covid, es el único jugador que todavía puede ganar el torneo con pleno de victorias. Se embolsaría el premio récord del circuito ATP de 4.740.300 dólares en juego en Turín este año.

Por encima de todo, aspira a un sexto título de Masters, con el que igualaría el récord de Roger Federer, y a un segundo título importante este año, después de Wimbledon, para demostrar a la generación emergente que a sus 35 años todavía sigue en un gran estado de forma.