En el país ahora más se habla de amparos, fallos, recusaciones y aprehensiones que de campeonatos. La pelea entre Robert Blanco y Marcos Rodríguez por la presidencia de la FBF divide y profundiza la crisis.

El Deber logo
28 de octubre de 2020, 1:38 AM
28 de octubre de 2020, 1:38 AM

La demanda de ‘acción de libertad’ que ganó el lunes Marco Rodríguez y los que lo colaboran en el comité ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en un juzgado paceño pone en evidencia que el balompié nacional gira más en torno a los problemas que se resuelven en los tribunales y no en las canchas.

Con este corto proceso judicial resuelto, Rodríguez se libró del mandamiento de aprehensión contra él librado por la Fiscalía de Santa Cruz por desobedecer el fallo constitucional, que reconoce a Robert Blanco como presidente de la FBF.

“Al fin voy a poder trabajar con tranquilidad. Debido a una supuesta desobediencia a un amparo fui perseguido y mellado en mi dignidad personal”, declaró Rodríguez, que, sin embargo, no podrá liberarse de las investigaciones de la fiscalía cruceña, pues según Roger Mariaca, máximo representante del Ministerio Público de Santa Cruz, continuarán indagando sobre el aparente incumplimiento a una  resolución constitucional.

Mariaca aclaró que el Ministerio Público sigue teniendo competencia en el caso y que en los próximos días nuevamente citará a Rodríguez y a cuatro miembros del comité ejecutivo (Rolando Aramayo, Lily Rocabado, Antonio Decormis y Jaime Cornejo) que lo respaldan como presidente de la FBF.

Sobre el tema, Mary Carrasco, abogada de Blanco, lamentó la resolución que favoreció a Rodríguez en el referido tribunal paceño y adelantó que por este motivo denunciarán al juez que dictaminó dicho fallo.

“Una citación es un acto de investigación. Ese juez no sabe y ha cometido delito; por eso vamos a denunciarlo”, sostuvo Carrasco.

Este es el pan de cada día del fútbol nacional en los últimos tiempos. Hace ocho meses que no hay competencia en el país. Los clubes están cada vez más pobres, los futbolistas y la selección nacional están sufriendo las consecuencia de esta profunda crisis que impidió al DT César Farías, alistar el mejor plantel para encarar las dos primeras fechas de las eliminatorias del Mundial Catar 2022 (se perdió de visitante ante Brasil por 5-0 y en La Paz ante Argentina por 1-2) y a menos de tres semanas de enfrentar a Ecuador y Paraguay, respectivamente, no están dadas las condiciones para que el venezolano pueda ejecutar su plan de preparación.

A medida que pasa el tiempo, la incertidumbre es mayor. Los jugadores entrenan en sus clubes sin ningún horizonte claro, pues no hay fechas para el reinicio del campeonato, sin embargo en la FBF tanto Blanco como Rodríguez siguen en lucha por la presidencia, que se dio después del fallecimiento del expresidente federativo César Salinas, el 19 de julio pasado.

El tema central de la pugna es la venta de derechos de televisión de los campeonatos 2021-2024. La oferta mayor fue de aproximadamente 46 millones de dólares por cuatro años. La adjudicación de esos derechos se ha convertido en el embrollo que divide a la dirigencia de los clubes de la División Profesional.

La crisis se desató con la paralización del campeonato por la pandemia, pero ahora que puede retornar el fútbol, dada la  flexibilidad sanitaria del Gobierno nacional, la dualidad de poder en la FBF solo ha generado caos y no aporta ninguna solución.

El problema es moral y ético, dijo Guido Áñez, ex presidente de la desaparecida Liga del Fútbol Profesional Boliviano, mientras que Marco Peredo, ex presidente de la FBF, sostiene que gran parte de la dirigencia es incapaz de aportar una solución a los problemas del fútbol porque tiene cola y está esperando la oportunidad de entrar a la Federación para incurrir en los mismos hechos de corrupción