Silvestre Justiniano Áñez, de 43 años y que jugó en Amboró, de Santa Cruz, y en Aurora, de Cochabamba, sufre de esclerosis amiotrófica lateral, que poco a poco debilita sus músculos y prácticamente lo está dejando en cama. Hace un año tuvo los primeros síntomas

El Deber logo
19 de abril de 2020, 18:30 PM
19 de abril de 2020, 18:30 PM

Los que lo conocieron le decían ‘Viejita’, un lateral derecho rápido que jugó a finales de los 90 y principios del 2000 en Amboró, de la Primera A de Santa Cruz, y en Aurora, de Cochabamba. Silvestre Justiniano Áñez una vez se retiró del fútbol siguió jugando en los campeonatos de barrios, pero hace un año su vida cambió radicalmente. El exjugador, de 43 años, comenzó a sentir molestias en la garganta y luego en los músculos hasta que decidió ir al médico. Los especialistas le confirmaron que padecía de una rara enfermedad: esclerosis amiotrófica lateral (ELA).

En los meses siguientes los síntomas comenzaron a ser más notorios de una enfermedad, que, con el paso de los días y meses, debilita los músculos hasta dejarlo sin poder andar. Actualmente, ‘Viejita’ camina poco y con la ayuda de un bastón, pues se cansa rápido. Los medicamentos y la terapia pueden reducir el avance de la ELA y el malestar, por ello es que Silvestre necesita de la solidaridad de la gente para poder pagar la fisioterapia diaria, colágeno y otros medicamentos.

“Hasta antes de la cuarentena yo salía a trabajar y podía pagar parte del tratamiento, pero actualmente no se puede. Por ello pido la colaboración de las personas. Por falta de dinero hace 10 días que no le realizamos su fisioterapia”, sostuvo su esposa Dayana Villagómez Torrico, que, junto a sus tres hijos de 2, 4 y 9 años (dos niñas y un varón), trata de sobrellevar la situación. “Es complicado, pero la estamos luchando”, sostiene.

Los que quieran aportar para ayudar a Justiniano pueden hacerlo través del número de cuenta del Banco Unión (10000030401602) o llamar al teléfono 784-94471. “Cualquier ayuda es bienvenida”, sostuvo ‘Viejita’, con una voz cansina, rodeado de sus pequeños hijos y esposa.