En su peor crisis, la matriz de la región más futbolera del país conmemora hoy los 100 años de su fundación. Lo hará con un acto sin mayor trascendencia. Su presidente, Pablo Salomón, cumple arresto domiciliario. 

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17 de agosto de 2017, 9:12 AM
17 de agosto de 2017, 9:12 AM

Inmersa en la peor crisis de su historia y en medio de una desidia apabullante, la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF) recuerda hoy el centenario de su fundación. Lo hará esta noche en su sede de la calle Bolívar con un acto simple del que no se conoce programación alguna ni para el que han circulado invitaciones especiales. De tal modo, el que desde el punto de vista histórico e institucional se califica como un acontecimiento 'único e irrepetible', pasará casi desapercibido.

Con cientos de clubes nucleados en diferentes categorías y con un registro de alrededor de 15.000 futbolistas, la ACF es la más grande e importante cantera del fútbol nacional cuyas principales figuras han surgido de allí en todos los tiempos.

Tras el accidente que el pasado fin de semana costó la vida de un niño en el estadio del club Real Santa Cruz por la caída de una torre de iluminación provocada por fuertes ráfagas de viento mientras se jugaban partidos por el torneo de divisiones menores, la actual dirigencia que encabeza en forma interina Lily Rocabado, decidió dejar en suspenso el festejo. Un frondoso programa de actos conmemorativos elaborado por Pablo Salomón, presidente de la ACF que soporta una prolongada detención domiciliaria por presuntos hechos de corrupción, no pudo cristalizarse y quedó en un borrador.

El Consejo Central, la máxima instancia de la asociación, tampoco pudo tratar el medular asunto por falta de quórum en sus últimas reuniones y que es atribuido al receso en la primera 'A' tras haber concluido el torneo de la categoría. Un receso que se prolongará hasta enero del próximo año y que dejará inactivos a diez de los doce clubes de la principal categoría. Destroyers como campeón y el subcampeón Royal Pari se alistan para disputar, como representantes cruceños, la Copa Simón Bolívar desde septiembre.

La larga tregua dejará también sin esclarecerse las graves denuncias, sobre el arreglo de partidos, lanzadas públicamente por el presidente de la FBF, Marco Peredo, y que implicaron a algunos árbitros, exárbitros y a un instructor de la ACF.

La ausencia de una visión renovadora y la concurrencia de intereses mezquinos, han impedido que la matriz del fútbol cruceño llegue a sus 100 años modernizada y fortalecida en todo sentido para que sea capaz de hacer frente a los nuevos desafíos, así como de restablecer su protagonismo e influencia en el balompié local y nacional. Recelos infundados y la miopía casi generalizada de su  dirigencia impidieron sistemáticamente y durante años, los cambios que requería implementar la ACF a través de la reforma de su carta orgánica para modificar estructuras obsoletas con el fin de que los clubes, principales protagonistas y sostenedores económicos, recuperen su poder de decisión.

Cuando estaba a punto de concluir la gestión de 2016, el club Destroyers, decano del fútbol cruceño, hizo pública su preocupación “por la grave y prolongada crisis institucional de la ACF en medio de una deplorable y apabullante desidia dirigencial que ha facilitado el sometimiento de la matriz del balompié cruceño a intereses particulares".

El mismo club había planteado en septiembre de 2015 la necesidad de considerar la reforma del estatuto de la ACF pero su iniciativa no recibió ninguna respuesta y, por el contrario, fue objeto de interpretaciones “erróneas, sesgadas y mezquinas" tras haber entregado a los mandos de turno un borrador con la propuesta reformista que permitiera a la asociación mejorar su funcionamiento institucional y operativo.

A un siglo de su fundación, la ACF demanda con urgencia un golpe de timón y una corriente renovadora que le permita enderezar el rumbo. En ausencia del debate, de la formulación de propuestas y del ejercicio de la autocrítica, entre adormecida y anquilosada, la Asociación Cruceña de Fútbol parece un cascarón vacío, como si sus raíces históricas no fueran profundas y su ámbito no hubiera servido de escuela para muchos dirigentes.

 

Marzo de 1917, en la casa de OrdÓñez

En su libro Retazos de historia (Ed. La Hoguera 2010) el periodista Pedro Rivero Jordán escribe que en el encuentro inaugural de la temporada de 1916 entre los equipos de Ñuflo de Chavez y Nacional, se produjo una controversia que derivaría en un hecho relevante. El nombre del jugador Humberto Calderón aparecía en los registros de ambos equipos. Tal irregularidad indujo al cónsul de Inglaterra, Enrique Bloomfield, a proponer al prefecto de la época, Rómulo Justiniano, la convocatoria a una reunión de todos los clubes. En esa oportunidad se acordó la organización de la Asociación de Foot-Ball y comisionar al cónsul Bloomfield y a Federico Schwenk la elaboración de un proyecto de reglamento. Uno de los fundadores de la ACF, el Ing. Ernesto Moreno Irigoyen, escribió entonces: “Es una noche fría y húmeda de marzo de 1917, pero no impide que los delegados de todos los clubes existentes se reúnan a las 20 horas en casa del señor Eduardo Ordoñez (calle 21 de Mayo, entre Ayacucho y Junín). Esa noche quedó constituida la primera directiva de  “The Santa Cruz Foot-Ball Association", con el padre Medardo Tórrez como presidente; Eduardo Ordoñez, vicepresidente; el español Antonio Travería, secretario y Carmelo Ortiz Taborga, tesorero. Con sus delegados fueron representados en el acontecimiento los clubes Mundial, Franco Jugadores, Strongest, Nimbles, Nacional, Oriente, Rojo, Ñuflo de Chaves y René Moreno. “Los tiritones por la humedad y la baja temperatura entre los concurrentes de aquella histórica noche fueron eficazmente combatidos por las varias botellas de coñac que de sus reservas suministró don Eduardo Perlá".

Meses después, la fecha de fundación de la ACF quedó instituida el 17 de agosto de 1917, como un homenaje al Día de la Bandera.