El ‘Matador’ se fue masticando bronca del estadio Hernando Siles y del hotel donde convivió con sus compañeros. La pelea con Messi por defender al preparador físico de la selección lo había sacado de sus cabales.

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14 de octubre de 2020, 20:54 PM
14 de octubre de 2020, 20:54 PM

La calentura por la derrota y la pelea que tuvo tras el final del partido con Lionel Messi no se le pasó rápido a Marcelo Martins, autor del único gol que marcó la selección el martes en la derrota ante Argentina (1-2).

El ‘Flecheiro’ del Cruzeiro de Brasil había sido solidario con sus compañeros mientras tuvo fuerzas durante el partido y lo fue cuando el ‘10’ del Barcelona increpó a Lucas Navas, preparador físico del equipo nacional, tras el pitazo final del árbitro.

El problema no era con él y no esperaba ser protagonista de semejante bochorno, siendo que antes del inicio del partido la televisión mostró una breve charla amistosa con el crack argentino.

Los gritos contra Navas de parte de Messi lo sacaron de sus cabales y por eso el ‘Matador’ saltó por encima de la multitud y fue a buscarlo. Se topó con el zurdo atacante, que había jugado su mejor partido de los tres que suma en La Paz.

No le importó estirpe de su contrincante ni su fama. En su enojo lo primero que se le vino a la cabeza fue recordarle que en el 2009 'se comieron seis goles' y otras cosas más, propias de la calentura de un partido.

La policía y los compañeros de ambos jugadores ayudaron a que la situación no pase a mayores. Martins dejó el Hernando masticando bronca y por eso fue el primero en dejar la concentración donde se hospedó el plantel nacional en la sede de gobierno.

Nadie de sus compañeros se animó a preguntarle sobre el tema. Fue una despedida triste y rara. Previo al encuentro, la convivencia del grupo había sido especial, sobre todo los que llevan en la concentración más de 50 días. Habían trabajado duro para tener un buen rendimiento en las dos primeras dos fechas de las eliminatorias. Pero así es el fútbol.

Martins llegó el martes cerca de la media noche a la casa que tiene en Santa Cruz de la Sierra. Su hermano menor, Marlons, dijo que ni siquiera tocó el tema. Este miércoles bien temprano viajó a Belo Horizonte para sumarse este jueves a los entrenamientos del Cruzeiro, club que necesita de sus goles para retornar a la máxima categoría del fútbol brasileño.