De la mano de José Enrique Peña, Destroyers vuelve al fútbol profesional después de una larga y ansiada espera. “Tengo mucha fe en que nos va a ir muy bien”, manifestó.

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29 de enero de 2018, 10:08 AM
29 de enero de 2018, 10:08 AM

Después de una década de ansiada espera José ‘Pepe’ Peña finalmente logró el retorno de Destroyers al fútbol liguero, algo que parecía una misión imposible.

A escasas horas de su estreno como director técnico de un equipo ligado al fútbol grande, nada menos que ante  Oriente Petrolero, este hombre de fútbol, a sus 49 años, asegura no tener temor de asumir el desafío que se plantea porque -sostiene- de la mano de Dios no hay nada imposible. Pese a que pocos apostaban sus fichas por él, con responsabilidad, planificación y trabajo en equipo demostró a grandes luces que el técnico nacional también está capacitado para grandes desafíos. 

En tu palmarés tenés dos ascensos a la Liga, primero con Guabirá (2009) y hace poco con Destroyers, ¿es con fórmula para lograr lo que uno se plantea, o las cosas se dan porque sí?

No hay nada que se dé porque sí, si estamos vivos es porque Dios creó los cielos y la tierra, es él quien da los dones y el talento a las personas, nada llega por casualidad. Todo esfuerzo tiene su pago, y todo jornalero es digno de su salario. Gracias a Dios, las veces que hemos podido dirigir siempre dimos resultados, primero con Guabirá en la Liga, después fuimos campeón con Ciclón y Real Santa Cruz, en 2012. Luego estuve cuatro años parado, dedicado al trabajo en menores con Nuevo Horizonte, donde éramos punteros en la Primera B hasta que nos eliminaron por temas dirigenciales. Cuando subimos la primera vez con Guabirá decían que era ‘suerte’; después fuimos campeón con Ciclón, también suerte; la tercera vez campeón con Real Santa Cruz, suerte de nuevo; y ahora, con Destroyers, también suerte. No creo en tanta suerte, algo bueno debo tener, las cosas no se dan por suerte. Detrás de todo esto hay un trabajo y un equipo responsable y profesional que me acompaña.

A Destroyers le costó diez años volver a la Liga, y sus hinchas ahora están más ilusionados que nunca, ¿sos consciente de la responsabilidad que cae sobre tus hombros?

Es una responsabilidad como cualquier trabajo, con la diferencia de que hicimos una alianza con los dirigentes. Acá el riesgo es compartido, yo pongo una parte y la dirigencia pone la otra. Estamos trabajando en equipo, y una de las cosas que ponderamos y damos gracias a Dios es que aprendimos a trabajar en equipo.

¿Qué te diferencia de tu hermano, Álvaro, como técnico?

Tengo que aprender mucho de él, de su experiencia en Europa. He caminado y aprendido mucho con él, por eso hay una diferencia muy grande, además sé de lo que es capaz, y lo respeto muchísimo porque es un hombre frontal, quizás no gusta a la gente porque en este tiempo el que hace algo malo resulta ser bueno, en cambio el que hace algo bueno, termina siendo malo. En la FBF se perdieron como $us 2 millones, y uno, ¿por qué se tiene que callar? La diferencia entre ambos es grande porque él tiene campeonatos, partidos, torneos internacionales en sus espaldas, en cambio yo solamente tengo ascensos.

¿Creés que tu hermano estuvo bastante tiempo parado por ser frontal, o ser frontal significa cerrarse puertas?

En este país, sí. No conozco en otros lados como funciona porque no tuve la chance de trabajar fuera, pero acá en Bolivia pasa. A mí me costó también el trabajo en Guabirá, porque comenzaron a decir que no estaba preparado para dirigir un equipo profesional, pero estoy convencido de que el único que puede cerrar puertas y nadie las puede abrir es Dios, nadie más que él.

Cuando asumió en Wilstermann tu hermano describió su estilo de juego como ultraofensivo, siempre para el frente, ¿cuál es el tuyo?

Antes de asumir un equipo tengo que saber si hay o no posibilidades de dar batalla, si se dan las condiciones, entonces me arriesgo, pero si sé que no voy a conseguir objetivos prefiero no asumir. Uno arma un equipo y plantea un esquema de acuerdo a las características de los jugadores que hay, todo varía, mi estilo es un poco más conservador, pero no quiere decir que no sea efectivo o que no hagamos daño al rival.

¿Cómo te imaginás el primer duelo entre hermanos?

Me imagino con tres puntos, aclaro que me estoy imaginando, no estoy diciendo que así será, pero en nombre de Jesús declaro que así será. Primero me imagino ganándole a Oriente y luego yendo a Cochabamba por otros tres puntos. Espero que sea así.

De tu experiencia como jugador, ¿qué aspectos estás tomando en cuenta para no tener que sufrir malas experiencias, ahora como técnico?

Uno siempre aprende, la vida misma te enseña. Yo fui un desordenado en mi vida personal, pero tremendamente. Si me hubiera cuidado solo un 30% de lo que mis compañeros se cuidaban, a lo mejor hubiera tenido otro rumbo, tal vez hubiera llegado a ser más de lo que pude ser, lo reconozco. Ese mensaje les dejo a mis jugadores para que valoren las oportunidades que les brinda la vida. Por estos tiempos los jugadores son muy amañados; antes el futbolista, como ahora, se embriagaba, pero a la hora de jugar lo daba todo, y cuando se perdía, dolía, nos tratábamos, discutíamos, porque no nos gustaba perder, incluso a veces llegando a las manos; en cambio ahora, después de una derrota el jugador comienza a sacarse fotos, están pendientes del celular, de las selfis, como si no les pesara perder. En mi etapa de jugador si el técnico me sacaba, yo respetaba su decisión, ahora te piden explicaciones, te discuten, hay otros que incluso te quieren pegar. El fútbol ha cambiado mucho.  

¿Sos de la idea de que el técnico tiene que ser amigo del jugador, o debe haber una línea que los separe?

Dentro de la cancha todos nos merecemos respeto, porque es un trabajo y nos pagan por eso, pero fuera de ella, si un jugador me invita a su cumpleaños o a tomar un café, no encuentro motivos para no ir. En el fútbol hay códigos que el jugador y el técnico saben. Más que amigo prefiero tener un tipo trabajador, luchador, que honre lo que hace. 

 Hay voces que dicen que tu equipo terminó armándose con remiendos, con jugadores ‘baratos’ y de poca ‘calidad’, ¿qué pensás?

Siempre voy a respetar lo que la gente diga. Conozco a personas que son gerentes de banco, pero empezaron sirviendo café, luego estudiaron, fueron contadores y ahora están ahí; en el fútbol es lo mismo. No estoy en condiciones de exigir que me den Oriente, Blooming o Bolívar, peor que me lleven al exterior. Para eso tengo que hacer un buen trabajo donde estoy, con remiendos o sin ellos. Si tengo los jugadores adecuados para darle pelea a Oriente o a Blooming, el día de mañana veremos si eran remiendos o no.

¿Este Destroyers liguero te deja tranquilo, te ilusiona, o hubieras querido algo mejor?

Hasta ahora me deja tranquilo, aunque me hubiera gustado tener un par de jugadores más, pero el tema económico no lo manejo yo. Con un arquero y un volante de contención estamos completos. Me ilusiona el equipo porque soy un apostador, y porque -como dije- puse el ejemplo del gerente de banco que empezó repartiendo café y terminó en un cargo importante. Soy un convencido de que podemos llegar a lograr objetivos, pero es luchando, con resultados.

¿Hasta dónde creés  que podés llegar con tu equipo?

Lo único que pido es no descender, ese es mi objetivo. Para mí es negocio mantener el equipo en la Liga, y si agarramos una Sudamericana sería mucha cosa. Es difícil, pero no hay nada imposible.

En este fútbol resultadista y exitista, ¿sos consciente de que tu estadía en Destroyers puede ser más corta de lo que esperás?

No me pongo a pensar en que si va a ser corta o larga mi estadía en un equipo, desde que soy creyente vivo el día a día porque no sé si mañana voy a estar vivo. Si Dios permite, será largo, al final de cuentas es él quien decide las cosas. 

En orden de favoritos, ¿a qué equipos ves con posibilidades de ser campeón?

Fui a ver jugar a Oriente contra Royal Pari y también lo vi frente a Universitario, de Perú, y no creo que esté por encima de nosotros. Con el respeto que se merece, Oriente no tiene un padrón equilibrado, no vi eso en ninguno de los dos partidos, lo que vi es que tiene individualidades, eso es lo que pude percibir. No estoy criticando, solo hago un análisis de lo que tiene nuestro primer rival. Para mí, uno de los mejores equipos armados es Wilstermann, y por ahí Bolívar.

¿Qué objetivos se han planteado en este retorno a la Liga?

No perder la categoría este año, a eso estamos apuntando. Si los dirigentes y los hinchas esperaron diez años para ver a su equipo de nuevo en la Liga, imagínense si perdemos la categoría, sería muy doloroso para todos. No es que esté loco o exagerando las cosas, pero nuestro fútbol está para hacerle frente a cualquiera, está para ganar una plaza a la Sudamericana, porque no hay una diferencia abismal con el resto de los equipos. A lo mejor cuando tengamos que ir a La Paz y nos toque Bolívar, ahí tal vez, pero no porque sea un gran equipo, sino porque ellos tienen una ayuda muy especial.

¿Qué pasa por tu cabeza cuando estás a horas debutar como técnico en el fútbol profesional?

No tengo ansiedad porque confío en la gente que se ha escogido, confío en la capacidad y en el trabajo de cada uno de mis jugadores, en la individualidad y en la forma de trabajo colectivo que realizamos.

¿Qué le falta a este Destroyers para estar a la altura de grandes equipos, como Oriente, Bolívar o The Strongest?

Destroyers tiene una sede hermosa que otros clubes no tienen, quizás nos falta un poco más de presupuesto para poder caminar de otra manera, trayendo más gente. Estoy con mucha luz en mis ojos y estamos apostando a ello, ahora soy el que sirve café, y me voy a esforzar para hacerlo bien y que lo podamos disfrutar.

¿Cómo evaluás la serie que les tocó en el Apertura?

Dura, están Bolívar, Wilstermann, Oriente, San José, Guabirá, además que la interserie la tenemos con Royal Pari. Está difícil, pero vamos a dar pelea.

¿Qué tipo de técnico sos?

Antes que nada soy una persona normal, común y corriente, soy una persona que si estoy apurado me voy en taxi, sino lo estoy subo al micro, tengo mi movilidad, gracias a Dios, pero más me gusta relacionarme con la gente de mi niñez, de mi barrio, me gusta ir a la Mutual de exjugadores. Nunca voy a cambiar, por más que me toque dirigir en el exterior, porque para mí el éxito es momentáneo, nada es duradero.

¿José Peña es de prometer cosas a los hinchas?

Si tuviera diez pelotas se las regalaba, pero no puedo prometer lo que no puedo cumplir. Cuando vine a Destroyers nunca le aseguré al presidente que íbamos a volver a la Liga, siempre soy conservador y hablo las cosas como son.

¿Qué es lo más difícil de ser técnico?

Cuando te aparece un amigo de toda la vida y quiere que lo pongás a su hijo a jugar.

¿Te pasó alguna vez?

Cuando Álvaro y yo no tuvimos trabajo en cuatro años, nunca fuimos a tocar la puerta a nadie para pedir trabajo, siempre mantuvimos una base firme que nuestros padres nos enseñaron. Lo triste es cuando te ven en un equipo, piensan que uno lo tiene que meter a su hijo por amistad, y duele tener que decirle que eso es imposible.

¿Creés que Destroyers puede ser tu trampolín para dar un salto más grande?

Estoy sirviendo café en este momento, sueño con ser el gerente de un banco más adelante.

¿Se puede ser exitoso sin necesidad de tener mano dura?

Claro que se puede, hay que saber hablar con el jugador en el momento justo y las palabras adecuadas.

 Tucho Antelo tiene fama de ser un técnico con mano dura, luchador frontal contra la indisciplina, ¿vos qué fama tenés?

No, yo no tengo fama, en realidad tuve fama, fui exborracho, exmujeriego…

¿Por qué resaltás tanto esa parte de tu vida pasada?

Porque fui, no soy, le doy una mirada al pasado para no volver a tropezar con lo mismo. Hoy le tengo miedo a la fama, a las faldas, a la fortuna. Prefiero vivir una vida cómoda, tener lo necesario, ni mucho, ni poco, porque si tengo mucho capaz que me olvide de Dios, y si no tengo nada capaz que me vuelva a olvidar de Dios. El mejor gol de mi vida fue abrirle un día las puertas de mi corazón a Dios, porque a través de él encontré paz en mi vida.

¿Qué tan importante es Dios para vos?

Hace seis años que lo conocí y vivo de la mano con él, me siento muy afortunado porque si lo tengo a él, lo tengo todo. Soy un agradecido porque gracias a él cambió mi vida.