Tras perder por goleada la Supercopa de Arabia, el portugués hizo gestos ofensivos señalando a los jugadores del Al-Nassr

19 de agosto de 2024, 11:45 AM
19 de agosto de 2024, 11:45 AM

Cristiano Ronaldo perdió la cabeza y los papeles durante la final de la Supercopa de Arabia Saudita. Antes de comenzar el partido, hizo algo expresamente prohibido por el manual de la superstición futbolística: acarició el trofeo cuando salía de los vestuarios en dirección al césped, un gesto considerado grave.

Poco después, él mismo pareció liquidar esa maldición al anotar el primer gol de su equipo, el Al-Nassr. Pero lo peor estaba por llegar. Porque tras el descanso su rival, el Al-Hilal, le dio la vuelta al marcador de forma escandalosa y en apenas 18 minutos.

El resultado final, una goleada (1-4), hizo que el portugués se volviese loco de ira. Cuando se disponía a sacar de centro comenzó a hacer gestos a sus compañeros. Mediante mímica les acusó de estar dormidos y, como guinda final, de ser unos cagones o algo parecido.

Un comportamiento increíble e inapropiado, seguramente fruto de la frustración de Cristiano, que todavía no ha podido festejar ningún título oficialmente reconocido desde su llegada al multimillonario fútbol árabe.